Читать книгу Revelaciones del Popol Vuh - José Napoleón Mariona - Страница 21
ОглавлениеSÉPTIMA REVELACIÓN
La explicación revelada por mi Carmencita relacionada con este texto del POPOL VUH comienza por definir la base de la creencia indígena protomaya de que en cada animal se encuentra algo de los dioses criadores y formadores llamados el corazón del cielo y de la tierra. Esto explica el enorme respeto del cazador frente a los animales y del agricultor frente a la tierra que va a cultivar. Es la referencia evolucionaria contenida en el relato del POPOL VUH.
El orden cósmico fue retratado, en esta evolución, a partir de la sopa química que se transformó durante millones de años (un parpadear en tiempo cósmico), separando las aguas y dejando que se asentaran los continentes de tierra firme.
Después de una vida protozoaria que hubo de comenzar en las aguas, se van decantando los vegetales y los animales.
Los años de evolución quedan en este texto bien indicados —aunque no explicados— con la intención de que estas explicaciones reveladas sean aclaradas por los místicos chamanes.
En cada animal creado hay un elemento común, que es la respiración o la forma de oxigenarse el organismo, y en esto quedan vinculados con las plantas.
Este es el misterio que es revelado:
Que la oxigenación es el elemento catalizador de la vida espiritual y la vida animada:
Ánimo = Aliento/Exhalar–Desalentar
Mi Carmencita revela, para las generaciones del siglo 21, esta parte del POPOL VUH:
Hay un fluido espiritual que emana de cada cosa y ser (animado e inanimado) y que los mesoamericanos que reciban estas revelaciones, y las interioricen, podrán visualizar.
Conocer y aceptar estas revelaciones lleva a vislumbrar ese fluido espiritual.
Los mayas aprendieron que en las piedras —por ejemplo— había vida. Y ahora sabemos que los átomos se mantienen unidos por medio de los efectos físicos del magnetismo y de las reacciones atómicas que mantienen adheridas las partes de los átomos.
Nosotros apenas visualizamos el «producto final» de esta aglomeración atómica cuando observamos a la piedra, aunque no podamos «ver» la dinámica física que está uniendo aquellos átomos.
Hasta ahora es que sabemos y empezamos a entender lo que los protomayas ya sabían entonces.