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Capítulo 3
Cómo iniciar la cetosis
El arte de la macromanipulación y las ocho estrategias cetogénicas básicas
ОглавлениеLuego de varios años como profesional de la salud, un nuevo paciente llegó a verme. Dave era un sujeto simpático que había jugado futbol americano en la preparatoria y subido un par de kilos al año desde que dejó de practicar ese deporte. Cuando apareció en mi consultorio era ya mayor de 30 años, tenía 11 kilos de más y su salud pagaba las consecuencias. Su nivel de azúcar en la sangre lo ubicaba en la zona de la prediabetes, y él tomaba medicinas para mantener bajo control su presión arterial y colesterol. Me contó que poco antes había iniciado una dieta cetogénica para recuperar su salud, y que aunque había bajado unos kilos, no se sentía bien.
—El problema —me dijo— es que me duelen las articulaciones. Me siento torpe y cansado. Mi piel está tan irritada como cuando estaba en la preparatoria. He oído tan buenos comentarios de esta dieta que no sé qué pasa. ¿Podría ayudarme?
Le respondí que me daba gusto que hubiera descubierto la dieta cetogénica y le expliqué que muchos de mis pacientes habían obtenido excelentes resultados.
—Pero hay una forma correcta y otra incorrecta de hacer la dieta —añadí—, y sin una guía es fácil meterse en problemas.
Le expliqué entonces que él tenía un caso clásico de Keto Flu o gripe cetogénica, afección que se desarrolla en ocasiones cuando el cuerpo de una persona pasa de quemar azúcar a quemar grasa y tiene que ajustarse a la cetosis. Pero señalé que la Keto Flu no era inevitable, y que en realidad era improbable si la dieta se aplicaba del modo correcto.
—Platícame qué comes todos los días —le dije— y te aseguro que aclararemos esto.
Describió su día usual: desayunaba café y tocino frito en mantequilla, comía huevo con queso y tocino envuelto en una tortilla sin cereales y cenaba una hamburguesa no orgánica cubierta con —¡adivinaste!— queso y tocino. Le puse la mano en el hombro y sonreí.
—Esto será muy fácil de remediar —afirmé, y le hice algunas sugerencias para que pusiera en regla su programa cetogénico para que pudiera sentirse sano y maximizar su pérdida de peso.
Para comenzar, le sugerí que sustituyera el tocino de cerdo por el de res (el de cerdo está saturado de toxinas y podría tener parásitos) y que lo limitara a una vez al día. En lugar de hacerlo con tocino, le dije que empezara el día con un vigorizante smoothie cetogénico de aguacate, leche de coco, colágeno en polvo y espinacas. Como la forma más sana de iniciar un régimen cetogénico es consumir una amplia variedad de antioxidantes y nutrientes, le sugerí también que a mediodía comiera una enorme ensalada de nutritivas verduras cubiertas con aguacate, pechuga de pollo orgánica deshebrada y aceite de oliva. Y para la cena le recomendé una hamburguesa orgánica de carne de animales alimentados con forraje, para evitar las hormonas y toxinas de la carne de res convencional, junto con una abundante guarnición de verduras asadas al horno cubiertas con ghee, mantequilla que contiene vitaminas solubles en grasas y ácidos grasos saludables y que es capaz de fortalecer los huesos y estimular la pérdida de peso. Se lo escribí todo y le pedí que regresara en seis semanas.
Cuando volví a ver a Dave, era ya otra persona. Había bajado 9 kilos y se veía esbelto y en buen estado físico. Su piel se había limpiado y su energía era mayor que nunca. Su presión arterial y colesterol habían vuelto a la normalidad, lo que le permitió dejar de medicarse, y su glucosa en la sangre se hallaba de nuevo en una gama saludable, así que se había librado también del riesgo de diabetes. Tiempo después me enteré de que Dave participaba ya en medios triatlones Ironman. Años más tarde me encontré con él en una carrera y su aspecto seguía siendo increíble.
En la última década he conocido a cientos de Daves, personas sinceramente interesadas en mejorar su salud y dispuestas a hacer los cambios de estilo de vida indispensables, pero que cometen algunos errores clásicos. Necesitan una guía firme y de base científica para implementar modificaciones de la manera más efectiva y segura posible. Yo he asumido la misión de brindar esa guía, lo cual es justamente el propósito de mi programa cetogénico.