Читать книгу Comprendiendo las parábolas de Jesús - Klyne Snodgrass - Страница 12
Referente a las alegorías
ОглавлениеNo he incluido la cuarta categoría de Jülicher, la alegoría, como un tipo de parábola distinto. Este es el término que ha causado tremendo debate. Típicamente, se define una alegoría como una serie de metáforas relacionadas,75 y la parábola del Sembrador sería un ejemplo obvio.Sin embargo, el asunto no es tan simple y Jülicher pensó, además, que las alegorías son obscuras y necesitan descodificación. Supuestamente ellas confunden más de lo que revelan. Consecuentemente, en los estudios bíblicos (pero también en los estudios literarios de los siglos dieciocho y diecinueve) frecuentemente se consideraba la alegoría con desdén y sospecha. La alegación era que la alegoría dice algo más de lo que significa el texto mediante el empleo de figuras frente a la realidad, pero la parábola hace lo mismo. Ambas tienen su marco en la realidad que representan. Es absurda la afirmación de que otras formas realzan el entendimiento mientras que la alegoría supone el entendimiento. Cuando la gente habla de alegoría, con frecuencia se refieren a ejemplos extremos como El progreso del Peregrino por Juan Bunyan, pero las alegorías pueden ser tan variadas como las parábolas. Pocos están conscientes que El Mago de Oz es una alegoría política sobre las condiciones en los Estados Unidos a principios del siglo veinte, donde “Oz” (abreviatura de “onza”) y el camino de ladrillo amarillo se refieren al modelo de oro (debatido en aquella época), el espantapájaros que representa los granjeros, el hombre de hojalata a los trabajadores industriales, y el león cobarde a los reformadores, en particular a William Jennings Bryan. Es una historia comprensible por sí misma, pero también placentera y poderosa cuando el objetivo de su intención está en lugar.
Se ha puesto mucho empeño en distinguir entre parábola y alegoría, pero debemos reconocer que los esfuerzos han sido un completo fracaso, a pesar de los galones de tinta que se han gastado. Entre las distinciones que se repiten con más frecuencia está la afirmación de Paul Ricoeur, que la alegoría es un procedimiento retórico que se puede eliminar después de haber logrado su propósito, mientras que la metáfora (y la parábola) no se pueden reducir a un lenguaje abstracto.76 Y Dan Via afirma que las características de las alegorías están directamente relacionadas con ideas externas y levemente la una con la otra, mientras que las características de las parábolas principalmente se relacionan internamente entre sí y no se determinan por eventos o ideas externas.77 Tales declaraciones parecen impresionantes hasta que uno reflexiona. Es discutible si se puede interpretar las parábolas,78 pero que se las pueda explicar es incuestionable, y la alegoría no está más expuesta a una eliminación después de cumplir su objetivo que la parábola. Tampoco se puede demostrar que la alegoría se relaciona más con lo externo mientras que la parábola con lo interno, o que la alegoría es necesariamente más oscura. Un vistazo a El Mago de Oz o cualquier otra “alegoría” prueba cuán poco creíbles son tales declaraciones. Lo mismo sucede con otros intentos de distinguir ambas formas.79 El método de Jülicher fue rechazado,80 pero su desdén por la alegoría permanece.81 Jesús no necesita protegerse de las alegorías. Las parábolas son alegóricas, algunas más que otras. Las parábolas refieren temas fuera de sí mismas, con excepción de las historias indirectas simples, o de lo contrario no son parábolas. Si se piensa que algo proviene de la iglesia primitiva, entonces se debe determinar bajo otro fundamento, y no solo bajo el pretexto de que cierta característica es alegórica.
Algunos eruditos no dudan en describir como alegóricas las parábolas de Jesús,82 y es posible mantener la alegoría como una categoría de las parábolas, si uno así lo desea, incluso si la categoría es confusa. Por otro lado, los teóricos intelectuales arguyen que la alegoría no es un género literario, sino una forma de pensar.83 Como no se puede establecer una clara diferencia entre alegoría y parábola, y debido a que todas las parábolas menos las historias ejemplo son alegóricas en diversículos grados,84 no considero la alegoría como una categoría de las parábolas.
Sin embargo, las características alegóricas de las parábolas no es una licencia para alegorizar. Debemos resistir la tendencia de la práctica de cambiarparábolas en alegorías, lo cual nunca fue el propósito de Jesús. Buscamos la intención del relator de la parábola y el propósito explícito de lo que comunica. Cómo hacer esto se discute a continuación.
En resumen, las parábolas se pueden clasificar como similitudes, parábolas interrogativas, parábolas narrativas de doble directa, parábolas jurídicas (como un tipo específico de parábolas narrativas de doble directa), parábolas “cuanto más”, y parábolas indirectas simples (véase el Apéndice 5). Todas las parábolas, excepto las indirectas simples, son metafóricas/alegóricas pues reflejan la realidad externa a ellas mismas. Las similitudes y las parábolas interrogativas no tienen una trama desarrollada; las parábolas narrativas de doble directa, las parábolas jurídicas y las parábolas indirectas simples tienen una trama desarrollada. Las parábolas “cuánto más” pueden tener o no una trama desarrollada.