Читать книгу Comprendiendo las parábolas de Jesús - Klyne Snodgrass - Страница 5
Prefacio
ОглавлениеEste es un libro motivado por el egoísmo sin disculpas y muy consciente. Esto deseo cuando me preparo para enseñar o predicar sobre las parábolas. Espero que otros aprecien útil el material que he recopilado. Este no es un libro devocional, ni debe leerse en una sola sesión. Es el recurso para entender las parábolas.
¿Son las parábolas tan complicadas que requieran una guía general? Creo que un lector promedio puede entender las parábolas de Jesús sin necesidad de ayuda ni instrucciones especiales. Las parábolas no son rompecabezas. Algunas son enigmáticas como la del Mayordomo infiel, pero muchas son claras y persuasivas; de no ser así, no serían tan amadas. Al mismo tiempo, las parábolas fueron pronunciadas en un contexto complejo, enriquecido por muchos textos paralelos, y suponen que el lector está familiarizado con una cultura antigua. Tratan de cuestiones relacionadas a diferentes temas, como: antiguas suposiciones sobre la agricultura, costumbres nupciales, relaciones entre amos y esclavos, y el judaísmo en general y su historia, sólo para nombrar los más obvios. Los especialistas han colocado las parábolas en un contexto de escrutinio, que envuelve de nuevo una variedad de temas. Cualquiera que desea captar la luz que ofrece el contexto del primer siglo y seguir las discusiones especializadas, necesita una guía como ésta. Cualquier persona que predicará o enseñará sobre las parábolas debe estar bien informada sobre el mundo de las parábolas, del propósito del relator, y las discusiones sobre las parábolas en la literatura moderna. He tratado de transmitir la complejidad de las discusiones que sostienen los eruditos del NT porque creo que las personas deben estar bien informadas y porque tales discusiones se convierten en plataformas para la reflexión. Estoy consciente de cuán fácil es malentender a alguien y, si lo he hecho, pido disculpas por adelantado.
En la época que vivimos se puede producir las bibliografías electrónicamente y actualizarlas con facilidad, por tanto decidí citar una lista de recursos en las notas e incluir una bibliografía completa para todo el libro, en vez de una bibliografía exhaustiva para cada parábola. En la sección “lecturas recomendadas” de cada parábola no incluyo obras obvias sobre las parábolas ni los comentarios, a menos que sean de gran ayuda. No escogí las contribuciones por creer que sean las más correctas, sino aquellas que son de mayor ayuda para entender los temas y la discusión de cada parábola.
El periodo de gestación de este libro ha sido bastante largo, y he recibido un apoyo extraordinario. Doy gracias por la donación otorgada por el programa Pew Evangelical Scholars. Estoy sumamente agradecido por el apoyo inigualable que me ha brindado la institución donde sirvo, el Seminario Teológico North Park. En todo momento, el rector, Jay Phelan, el decano de la facultad, Stephen Graham, y mis colegas de la facultad han respaldado mi trabajo. Sus joviales conversaciones han sido de gran ayuda. He tenido varios colaboradores, algunos por más de un año, que no solo han contribuido grandemente sino que también se convirtieron en buenos amigos. Todos ellos son sal para las personas en la tierra: Nathan Pawl, Cindy Reinhart, John Madvig, Sarah Frisk Eix, Rebekah Ecklund, James Amadon, Lars Stromber, Chris Nelson y Nathanael Putnam. Además, Chris Nelson hizo una gran contribución al preparar los índices. El personal de la biblioteca de la Universidad North Park fue muy solícito y de gran ayuda. Otros buenos amigos han leído y comentado uno o más capítulos: Bruce Chilton, Jan DuRand, John Painter, Roger Aus, Stephen Chester, Glenn Palmberg y Mark Fitzgerald. La contribución de cada uno es de gran valor, pero cualquier falta en el libro es, por supuesto, mía.
Sofija Burton, una buena amiga, ayudó significativamente en la lectura del alemán. Bernice Brandel ha sido de gran apoyo y una buena amiga por muchos años; su mente investigadora y su compromiso con la vida de la iglesia son un aliento siempre. El personal de Eerdmans ha sido muy útil y paciente; y mi agradecimiento especial a Jon Pott, John Simpson y Reinder Van Til. Ha sido un placer trabajar con amigos en la preparación de este libro. El apoyo más importante ha sido el de mi esposa, Phyllis, cuya paciencia, tolerancia, y asistencia son un don divino.
Semana Santa, 2007