Читать книгу Comprendiendo las parábolas de Jesús - Klyne Snodgrass - Страница 24
El siervo implacable (Mateo 18.23-35)
ОглавлениеAdolf Jülicher consideraba que esta era una de las parábolas más simples y precisas que Jesús relató.1
Otros desprecian esta parábola debido a la contradictoria y poca favorable imagen que ofrece de Dios, y en consecuencia lo que Jülicher consideraba sencillo inútilmente se ha convertido en un rompecabezas teológico.2 El enfoque en el juicio en esta parábola se debe comparar con otras parábolas de juicio, especialmente la del trigo y la cizaña, la del rico y Lázaro, y las de escatología futura.
1. Tipo de parábola
Esta parábola, que se menciona sólo en Mateo, es una narrativa doble indirecta3 con desarrollo de una trama de cuatro componentes. Tiene una estructura triple bien balanceada, que presenta tres escenas de la narración seguidas por un nimshal (una explicación): vv. 23-27: la misericordiosa decisión del rey; vv. 28-30: la despiadada decisión del primer siervo; vv. 31-34: la respuesta del rey; y el v. 35 es el nimshal explicativo. Los vv. 23-27 podrían funcionar como una parábola por sí mismos. Nótese cómo se desarrollan las tres escenas:
Escena 1 | Escena 2 | Escena 3 | |
Introducción | vv. 23-25 | v. 28 | v. 31 |
Palabras | v. 26 | v. 29 | vv. 32-33 |
Acción | v. 27 | v. 30 | v. 34 |
Explicación | v. 354 |
2. Asuntos que merecen atención5
1. La relación de la parábola con su contexto, en particular los vv. 15-20 y 21-22.
٢. ¿Cuánto son los “diez mil talentos”? ¿Es esta cantidad una hipérbole de Mateo?
٣. ¿Se presenta a los personajes como gentiles y, si es así, qué importancia tiene esto? ¿Ha enaltecido Mateo al maestro al darle el título de “rey”?
٤. ¿Termina la parábola en el v. 33, o son los vv. 34-35 parte integral de la narración original?
٥. ¿Qué enseña la parábola? ¿Se parece Dios o no al rey de la parábola?
٦. ¿Enseña esta parábola una forma de “obras de justicia” que arguye que nuestro perdón de otros es una condición previa para que experimentemos el perdón divino?
٧. ¿Cuánta cristología tiene esta parábola?
٨. ¿Está Dios obligado por el perdón ilimitado de los vv. 21 y 22?
3. Material importante de fuentes primarias
Véase también las fuentes primarias que se citan bajo la parábola de los dos deudores.
a) Material canónico
• Antiguo Testamento: Génesis 4.24; 2 Reyes 4.1; Nehemías 5.5; Salmos 103.8-13.
• Nuevo Testamento: Mateo 5.7, 25-26 / Lucas 12.57-59; Mateo 6.12 / Lucas 11.4; Mateo 6.14-15; 7.1-2; 10.8; Marcos 11.25; Lucas 7.36-50; 17.3-4; Efesios 4.32.
b) Escritos judíos tempranos
• Eclesiástico 28.2-4: “Perdona las ofensas de tu prójimo, y Dios perdonará tus pecados cuando se lo pidas. Si uno guarda rencor a su prójimo, ¿cómo puede esperar sanidad de Dios? Si uno no tiene compasión de su semejante, ¿puede entonces él pedir perdón a Dios de sus pecados?”
• Eclesiástico 33.26: “… para el siervo malo hay tormentos y torturas.”
• Sabiduría 2.19, habla de los impíos probando a los justos con insultos y torturas.
• Sabiduría 11.9 señala que los israelitas conocieron “como el injusto es atormentado (ebasanizonto) cuando juzgado con ira”.
• Sabiduría 12.23 dice que Dios atormenta (ebasanisas) a los injustos a través de sus propias abominaciones.
• 2 Macabeos 7.17: Se advierte a un rey extranjero que el gran poder de Dios atormentará (basaniei) a él y a sus descendientes.
• Testamento de Zabulón 5.1-3: Todo el Testamento de Zabulón trata de la compasión y la misericordia, que se promueven en este pasaje, pues “todo lo que uno hace a su prójimo, también Dios hará con él”.
• El Testamento de Gad 6.3 promueve el amor de corazón y el perdón.
• Antigüedades Judías 12.155-185 (de Josefo), relata cómo las personas adineradas compraron el derecho de los impuestos de las fincas y cómo José, hijo de Tobías, rescató al pueblo de la dificultad al prometer pagar el doble de los ocho mil talentos por tener el derecho de recaudar impuestos en Coele-Siria, Fenicia, Judea, y Samaria.
• Testamento de Abrahán 12.18 describe la escena de un juicio en la que ni se entrega una persona a los torturadores ni se encuentra entre los salvos.
c) Material greco-romano
• Diógenes Laertios, Bion 4.46, narra que el padre de Bion había engañado en los impuestos y a consecuencia él y toda su familia fueronvendidos como esclavos.
• Quintilio, Instituciones 6.3.96: “De nuevo, cuando su mayordomo [de Afer], no pudiendo dar cuentas de cierta suma de dinero, decía: ‘No lo he comido: vivo de pan y agua’, y replicó, ‘maestro Gorrión, pague lo que usted debe’.”
• Juvenal, Sátira 14.274, hace una queja sobre un mercader que corre riesgos por causa de mil talentos o cien mansiones.
d) Escritos judíos tardíos
• Mishná, tratado Sona 3.8: “… se podría vender un hombre [para hacer restitución] por lo que ha robado, pero no se puede vender una mujer [para hacer restitución] por lo que ella haya robado.”
• Mishná, tratado Ginnin 4.9: “Si un hombre se vende a sí mismo y a sus hijos a un gentil, ellos no pueden redimirlo…”
• Mishná, tratado Baba Batra 10.8: “Si un hombre toma a su deudor por la garganta cuando lo encuentra en la calle…”
• Tosefta, tratado Yoma 4.13: “[Si] un hombre peca dos o tres veces, ellos le perdonan. [Pero en la] cuarta [vez], ellos no le perdonan.” Basándose en Amós 2.6 y Job 33.28-29, se supone que este es el procedimiento que Dios también sigue. (Cf. ’Abot de Rabí Natan 40: “Pero el que dice: “Voy a pecar y luego me arrepentiré”, sólo se le perdonará hasta tres veces y no más”; tratado Yomá 86b (del Tárgum de Babilonia): “Si un hombre comete una transgresión, se le perdonará la primera, la segunda y la tercera vez; la cuarta vez no será perdonado”. El tema es el perdón de Dios.)
• Tosefta, tratado Sona 2.9: “Un hombre es vendido como esclavo hebreo, pero una mujer no puede ser vendida como esclava hebrea”.
• Sifré Deuteronomio 26: “Una parábola: Un hombre pidió prestado del rey mil kor de trigo por año. Todos dijeron: “¿Acaso puede este hombre sortear el préstamo de mil kor de trigo en un año? ¡Debe ser que el rey le hizo un regalo y le dio un recibo!” Una vez al hombre nada le quedaba y no podía pagar al rey, entonces el rey entrando en la casa de éste, tomó a sus hijos e hijas y los ubicó en la sección de subastas, y todos notaron que el hombre no había recibido el perdón del rey. Así también todos los castigos que vinieron sobre David se multiplicaron…”
• Targum de Babilonia, tratado Roš Haššaná 17b describe un juramento por la vida del rey para pagar una deuda a un vecino y, por no poder pagar éste la deuda, el rey perdona la infracción, pero le reconviene a buscar el perdón de su vecino (véase arriba).
• Targum de Babilonia, tratado Ketubbot 102a: “He aquí”, replicó, “esto es como si [un acreedor] estuviera [en el acto de] asfixiando a un deudor en la calle…” (véase también el tárgum de Babilonia, tratado Baba Batra 175b-176a).
• La Mishná, tratado Tanhumah Mishpatim 6.7 indica que Dios no es como los humanos, que demandan lo que se le debe.
• La Mishná, tratado Tanhumah Emor 8.30 (Sobre Lv 23.39-40) tiene una parábola extensa de una provincia que debía impuestos al rey. La gente no pagó, incluso cuando el rey envió reiteradamente sus emisarios. El rey mismo y sus cortesanos fueron a la provincia. Y acercándose el rey, vinieron a su encuentro tres delegaciones de la provincia pidiendo que la cantidad le fuera perdonada. Él perdonó la mitad, una mitad más y luego toda la deuda. La explicación es que el rey es el Santo y el pueblo de la provincia es Israel, cuyos pecados son perdonados en las festividades a lo largo del año. Las múltiples correspondencias entre la parábola y la explicación son obvias.
• Éxodo Rabá 31.1: “No hay persona que no esté en deuda con Dios, pero por ser lleno de gracia y misericordia, perdona todas las faltas pasadas, como dice No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados (Sal 79.8). Esto se puede comparar a deudor que pide prestado y luego se olvida. Pasado un tiempo, vuelve junto a su acreedor y dice: ‘Sé que soy tu deudor’. El otro replica: ‘¿Por qué me recuerdas la primera deuda? Hace tiempo que la olvidé completamente.’ Así es con el Soberano del Universículo. Las personas pecan ante Él; y viendo Él que no se arrepienten, les perdona pecado tras pecado; cuando van a Dios y le recuerdan la deuda que tienen con él, dice Dios: ‘No recuerden sus pecados pasados’.” Se considera a Dios como acreedor y los pecados como deudas, véanse también la Mishná, tratado ’Abot 3.16 y Génesis Rabá 85.2; 92.9.
• Midrás sobre Salmos 79.5, sin embargo, compara la persona a la que se debe dinero y que no puede cobrarlo porque el amigo deudor no tiene dinero, mientras que Dios hace que el alma pague.
4. Características del texto que merecen atención
Las características estilísticas de Mateo son cuantiosas, como empezar una oración con un participio y el uso de “entonces” (tote), “ser como” (homoioō), “adorar” / “hacer reverencia a” (proskyneō) y “extremadamente” (sphodra). Mateo tiene un enfoque retórico en la “misericordia” (eleos y palabras relacionadas): eleos en 9.13; 12.7 (citas de Os 6.6); 23.23; eleeō en 5.7; 9.27; 15.22; 17.15; 18.33 (dos); 20.30, 31; eleēmosynē en 6.2-4; y eleēmōn en 5.7. También enfatiza la importancia del corazón (kardia aparece dieciséis veces, como en 5.8, 28; 13.15; 22.37) y del perdón (el verbo aphiēmi aparece quince veces con el significado de “perdonar”, pero el sustantivo aphesis solo aparece en 26.28).6 Algunos sugieren que Mateo fue el primero en poner esta parábola en forma escrita.7
Mateo 5.7; 6.12, 14-15 son directamente relevantes para esta parábola. Mateo 5.7 enfatiza la misericordia, mientras que 6.12, 14-15 enfatiza la conexión entre perdón y ser perdonado. Véase también 5.23-26 / Lucas 12.57-59; Mateo 5.48 y 7.1-2.
El “discurso eclesiástico” de Mateo, en el capítulo 18, está cuidadosamente organizado. Los vv. 1-5 enfatizan la pregunta: “¿Quién es [será] el más grande en el reino?” (o sea, ¿en qué consiste la grandeza?), con el resultante enfoque en la humildad; vv. 6-9 centran en las tentaciones a pecar; vv. 10-14 presentan la parábola de la oveja perdida; vv. 15–20 son instrucciones para tratar con el pecado en la comunidad; vv. 21-22 introduce la interrogante de los límites del perdón, y los vv. 23-35 refiere la parábola de los dos deudores. Los vv. 15-20 trata el tema central, y el resto del discurso se da como comentario y balance al tratar con el tema.
Las peticiones de los dos deudores por paciencia (vv. 26 y 29), son casi idénticas.
La compasión (splanchnistheis en el v. 27) tiene una función importante en el ministerio de Jesús.8 Considero que esta es una de las cuatro características principales del mensaje de Jesús.9 También se menciona explícitamente en las parábolas del buen samaritano y el hijo pródigo (Lucas 10.33 y 15.20).
Todos los cinco “discursos” de Mateo terminan con un enfoque del juicio, la mayoría en forma de parábola.
5. Información cultural
La mayoría de los dichos de Jesús respecto de los siervos visualiza que estos desempeñan labores administrativas, no labores serviles.10
Se nos dice que, al menos en teoría, en el contexto judío no se podía vender una esposa, que no existía la institución de la esclavitud por deudas, y que no se permitía la tortura.11 Sin embargo, aunque con frecuencia se repetía, no hay clara evidencia. El tratado Sona 3.8, de la mishná, trata de la venta de una mujer en restitución por un robo. El tratado Sona 2.9 de la Tosefta es más explícito pero breve. Además, el Antiguo Testamento registra la venta de personas para pagar sus deudas (2 Reyes 4.1; Nehemías 5.5; Isaías 50.1; Amós 2.6), una práctica común en el mundo Mediterráneo. Las leyes, por supuesto, se escribieron debido a las infracciones. Herodes el Grande era conocido por tener torturadores.12 Claramente, en el mundo de la Palestina del primer siglo se vendían familias enteras o se las encarcelaba por sus deudas y sufrían torturas en manos de varios opresores.
Un “talento” es una medida de peso de oro, plata u cobre. Su peso variaba, entre las sesenta y noventa libras aproximadamente. Diez mil talentos habrían sido como doscientas cuatro toneladas métricas.13 Según el metal utilizado, un talento era el equivalente de seis mil denarios, entonces la deuda del primer siervo sería como sesenta millones de denarios y, a un denario por día (como en Mateo 20.2). ¡Para que un jornalero pudiera pagarla habría requerido más de ciento sesenta y cuatro mil años!14 El salario anual de Herodes el Grande era, según algunos reportes, novecientos talentos: doscientos talentos por la renta de los impuestos a Galilea y Pera, cien talentos de los impuestos de las regiones asignadas a su hijo Felipe y seiscientos talentos de los impuestos a las áreas controladas por Arquelao (véase Josefo, Antigüedades judías 17.318-320).
El precio de un esclavo por lo general estaba en el rango de quinientos a dos mil denarios.15
6. Explicación de la parábola
a) Opciones de interpretación.
La parábola ilustra el perdón de Dios, la necesidad de los seres humanos de perdonar porque Dios perdona, y la advertencia de juicio para aquellos que noperdonan.
La iglesia alegorizó esta parábola menos que las otras, pero algunos tuvieron dilemas con sus dificultades. Agustín entendió las deudas como pecados contra la Ley, mientras que la esposa del deudor era la avaricia (deseo excesivo) y sus hijos las obras. Algunos consideraban que los mayores deudores eran los judíos y los menores los gentiles respectivamente.16
B. Scott sugiere que la parábola tiene el propósito de rechazar las nociones judías de superioridad y además señala el conocimiento de que el enredo con el mal es parte del reino y lleva al arrepentimiento.17
Debido a la imagen poco atractiva de Dios que sugiere la parábola, algunos tratan de leerla como una confrontación con la opresión y la violencia de este mundo. Por ejemplo, W. Herzog interpreta esta parábola como que ella muestra la incompetencia de la esperanza mesiánica y del reinado. Las personas deben buscar en otros lugares para poder remodelar su mundo.18
b) Decisiones que atañen
1. La relación de la parábola con su contexto, en especial los versículos 15-20 y 21-22.
La importancia de esta parábola no se debe subestimar, porque su posición peculiar al final del discurso eclesiástico la marca como la llave hermenéutica para todo el capítulo.19 Jesús se dirige a sus seguidores que han experimentado el reino, no a los judíos en general,20 y Mateo ha estructurado esta sección para enfatizar lo que significa seguir a Jesús en relación con el pecado y el perdón.
Algunos intérpretes se quejan de que la parábola, que trata de la necesidad de perdonar, no es un ejemplo adecuado de los versículos 21 y 22, lo cuales rechazan los límites para el perdón.21 Con frecuencia, los versículos 21 y 22 se borran de las consideraciones sobre la parábola, y con razón, porque ella no es una ilustración del perdón ilimitado. Sin embargo, claramente Davies y Allison tienen razón al afirmar que Mateo vinculó la parábola a los versículos 21 y 22, no porque ambas unidades enseñan lo mismo, sino porque ambas tratan con el perdón, aunque tengan un énfasis diferente.22 Como indican ellos, la estructura del discurso eclesiástico revela la intención de Mateo en los versículos 21-35. Mateo buscó proveer un cerco de protección contra la rigidez y el absolutismo, y equilibrar la dura enseñanza del párrafo previo sobre la disciplina en la iglesia. Además, buscó evadir la contabilidad estadística y causar la actitud correcta al corregir a otros (cf. 7.1-5).23 La parábola no es, y nunca trató de ser una ilustración de Mateo 18.21-22. Al mantener el uso de Mateo, dia touto (“debido a esto”) en el versículo 23 se indica una conexión en vez de un ejemplo o una prueba. Este es el caso en siete de las diez veces que emplea la frase.24 Resalta sólo una parte del tema del perdón, la necesidad de perdonar.
2. ¿Cuánto se quiere indicar con los “diez mil talentos”? ¿Es esta cantidad una hipérbole de Mateo?
La cantidad de dinero que debía el primer siervo es tan grande que algunas personas piensan que se trata de una hipérbole de Mateo.25 Ciertamente, la deuda es cuantiosa que compele la credulidad, pero las parábolas con frecuencia incluyen hipérboles y tienden a ser pseudorealistas. Sin embargo, los números no son impensables. Ester 3.9 relata la promesa de Amán de pagar diez mil talentos al tesoro para ejecutarla destrucción de los judíos. Otros textos reportan también números tan grandes, como las Antigüedades Judías de Josefo, quien informa que Pompeyo extrajo más de diez mil talentos de los tesoros judíos después de conquistarlos.26 Es probable que la hipérbole sea de Jesús como de Mateo. El punto primordial es que la deuda es tan grande que no hay posibilidad de que el siervo alguna vez la pague.
La parábola no especifica las circunstancias, pero el escenario más probable es que el siervo sea un “granjero de impuestos”. O sea, él fue contratado para recoger los impuestos de una región específica.27 ¿Es el siervo un esclavo o un “oficial”, un ministro de impuestos? La palabra en cuestión es doulos, regularmente se emplea para aludir los esclavos pero también para los ministros de impuestos u otros oficiales.28 Con frecuencia, los esclavos que mostraban alguna habilidad recibían la responsabilidad de la supervisión financiera, y bien podría ser el caso aquí.29 Por otro lado, el hombre y su familia fueron vendidos como esclavos (v. 25). ¿Hay algún castigo en vender a un esclavo otra vez a la esclavitud? Al final, las conclusiones sobre la parábola no dependen que el hombre sea literalmente un esclavo sino más probable es que se trate de un agente contratado.
La palabra “préstamo” (daneion) parece extraña para algunos, pero no requiere que el rey convierta la deuda en un préstamo y luego la perdonara.30 Incluso si la palabra daneion aparece inesperadamente, se la emplea para describir deudas. Su empleo por Josefo es de mucha relevancia (Antigüedades Judías 3.282) para referir deudas perdonadas en la época del Jubileo; vuelve a aparecer en 4 Macabeos 2.8 para aludir el perdón de las deudas al final de los siete años.La idea de la parábola con la descripción de la primera deuda es alcanzar el máximo efecto al acentuar el gran acto de perdón del rey.31 Mateo 6.12 usa “deudas” (opheilēmata) y “deudores” (opheilētēs) para referir pecados y pecadores respectivamente, en conformidad con otras fuentes judías.32 Ninguno debe sorprenderse que haya una evidencia de referencia de propósito de Dios y el perdón de pecados. Las parábolas se construyen sobre la realidad que tratan de reflejar (p. ej., la parábola de Natán a David). Esto no significa que cada característica tiene que concordar, pero la analogía tiene que corresponder adecuadamente para que pueda funcionar.
3. ¿Se describen a los personajes como gentiles y, de ser así, cuál es la importancia? ¿Ha elevado Mateo al maestro al darle el título de: “rey”?
Varios intérpretes creen que la descripción indica que se trata de un rey gentil.33 Esta suposición hace que B. Scott considere que la parábola se relató en el contexto de actitudes relacionadas con la superioridad judía y atrapa al lector en una situación caótica que anula el perdón y donde el comportamiento de los otros siervos es semejante al primero cuando rehúsan otorgarle el perdón. Para Scott, la parábola lleva a una experiencia parabólica del mal y enseña que la habilidad de reconocer el propio enredo en el pecado es parte de la experiencia del reino. Es una imitación de la petición en el Padrenuestro: “y no nos metas en tentación”, y requiere que el lector judío se rinda ante la superioridad judía.34
No existe un puente entre la parábola y el punto de vista de Scott. Tal lectura es una distorsión de la parábola, espera demasiado de los lectores y, con toda certeza, no es una lectura convincente, incluso si uno supone que el rey es un gentil, lo cual no está del todo claro.35 Que se use la palabra proskynei (traducida con frecuencia por “adoración”) no indica un contexto gentil, como muestra una rápida mirada del empleo de esta palabra en la Septuaginta.36 La palabra se usa habitualmente para indicar la reverencia de uno de rango inferior por su superior. Además, que un miembro de la familia sea vendida como esclava y la mención de torturadores tampoco indican un contexto gentil. Sifré Deuteronomio 26, que se cita previamente, es similar a nuestra parábola, pues los niños se vendían para saldar una deuda, pero no supone un rey gentil o por lo menos no es relevante. Tal brutalidad era bien conocida en la antigua Palestina y sus alrededores.37 Pensar que los antiguos judíos estaban por encima de las torturas es una opinión romántica, que olvida que muchos judíos eran considerados como “impíos”, y que el celo por la Torá llevó a la circuncisión forzada y la destrucción de los impíos.38
Algunos sugieren que Mateo resaltó la parábola al cambiar un enfoque original en un maestro por un rey, pero si era originalmente una parábola del Reino, el uso de la metáfora del rey es natural, aunque sea poco frecuente.39 La comprensión de Dios como un rey es un tema común en el Antiguo Testamento y en el judaísmo.40 Además, la cantidad de la deuda es más apropiada para un rey y sus ministros y por poco es una invitación a percibir más de la mera lectura superficial. El cambio de “rey” a “maestro” (kyrios) en los versículos 25-34 es natural en que “maestro” corresponde a la mención de los siervos. Las parábolas rabínicas con frecuencia comparan a Dios con un rey,41 incluso cuando cualquier rey en la historia reciente habría sido gentil, pero eso no entorpece las analogías. Dudo que un rey gentil esté implicado en esta parábola pero, si ese fuera el caso, ninguna diferencia hace en la parábola. Sin embargo, deberíamos recordar que el reino de los cielos no es solamente como un rey, sino como toda la secuencia de acciones de los versículos 23-34.
4. ¿Termina la parábola en el versículo ٣٣, o los versículos ٣٤ y ٣٥ son parte integral de la narración original?
La sugerencia que la parábola debe terminar en el versículo 33, o aun antes,42 tiene poco a su favor. Si ella terminara en el versículo 33, el lector en vez del relator deberá dar una sentencia, que haría de ésta una parábola jurídica, pero no todas las parábolas dejan la decisión al oyente. La estructura paralela de las tres escenas demuestra que el versículo 34 pertenece a la escena tercera,43 y el “así también” (houtōs) del versículo 35 sigue la típica práctica judía en la aplicación de la parábola. En el nivel narrativo, la pregunta retórica del amo (v. 33) requiere una respuesta, y cada lector quiere saber qué pasará con el siervo.44 El nimshal en el versículo 35 simplemente explica el referente de la parábola. El lenguaje puede subrayar las preocupaciones de Mateo, como los temas del juicio y la integridad de las obras hecha de corazón, pero la parábola, conformada por Mateo, queda incompleta sin esta sección conclusiva. Los intentos de reconstruir la parábola sin los versículos concluyentes parecen ser un claro intento de separar a Jesús de la idea del juicio.45
5. ¿Qué enseña la parábola? ¿Se parece Dios o no al rey de la parábola?
El problema con esta parábola es que el rey es muy atractivo como figura magnánima y, al mismo tiempo, problemático porque puede retirar su perdón y enviar su siervo a los torturadores. La incomodidad con las acciones del rey en la parábola no solo surgen por la preocupación moderna de lo políticamente correcto. Por lo menos desde la Edad Media, las personas han discutido la interrogante de la parábola si el mismo Dios que perdona es también el que juzga, si el juicio puede negar la gracia.46 Esta incertidumbre es de suma importancia en esta parábola, pero está presente a través del Nuevo Testamento, y no menos en el enfoque del juicio conforme a las obras, incluso cuando la salvación sea por gracia (p.e., Romanos 2.6; 14.10-12).
La dificultad de esta pregunta y la disconformidad con cualquier idea de un Dios que juzga han causado que varios intérpretes arguyan que el rey en la parábola se propone describir lo que Dios no es. Luise Schottroff arguye que los oyentes sabrían que no se puede igualar a Dios con un rey humano opresor, y que sería una blasfemia identificar a Dios con el rey de la parábola. Para evitar cualquier analogía directa con Dios, ella traduce houtōs (“así”) en el versículo 35 como “¿Cómo, entonces, se puede comparar esto con el reino de Dios?” Como Jülicher, ella limita la parábola a un punto, el imperativo del perdón entre seres humanos, y arguye que nada se dice explícitamente sobre Dios. Ella concluye que Dios llamará a las personas a cuenta en el juicio si no perdonan las unas a las otras.47 Los problemas son evidentes por sí mismos. El significado que Schottroff asigna a houtōs no es válido y, al final, ella concluye que Dios llamará a cuentas a las personas. Ella trata de elaborar su argumento con una parábola rabínica que trata de una ciudad que no podía pagar impuestos al rey,48 que se entiende como Dios que perdona a Israel, pero aunque ella acepta que la parábola identifica al rey como el Rey de reyes, ella niega que el rey sea una imagen de Dios.49
Igualmente falla el método de W. Herzog. Él presenta al rey como una figura despiadada, pero si el rey es despiadado, ¿por qué le importaría si el segundo siervo fuera maltratado? Herzog describe el primer acto del rey como un “acto mesiánico de perdón de una deuda… que se propone iniciar más actos de perdón de deudas”.50 Pero si el rey es un opresor despiadado que no representa a Dios, ¿de dónde surge cualquier expectativa de perdón mesiánico, y qué motivaría tal acto costoso? Lo más trágico de todos estos métodos es que se pierde la maravillosa imagen de la magna gracia de Dios.
Por otro lado, si el rey representa a Dios, ¿acaso no tenemos igual cantidad de problemas? Aparte de vender una familia como esclava y enviar al siervo a los torturadores, ¿acaso ya no sabe Dios que el primer siervo no tendrá misericordia? ¿Necesita Dios que se le diga qué sucedió, como el versículo 31 puede sugerir, o concluimos que el pecado contra el hermano o la hermana son peores que los pecados contra Dios, como si ellos se pudieran separar? ¿Debemos concluir, a partir de esta parábola, que es innecesaria una teología de la expiación porque el perdón se da categóricamente? Todas estas preguntas están fuera de límites y violan el carácter de las parábolas.
Parte del valor de esta parábola radica en lo que demuestra sobre la interpretación de parábolas.
El problema está con la lectura de parábolas como si se tratara de ecuaciones,51 como si cada parte de la parábola fuera un espejo de la realidad. Las parábolas no son ecuaciones, y por eso su interpretación no consiste en listar correspondencias o trazar la reflexión de una teología. “Con las metáforas, siempre hay un ‘es’ y un ‘no es’.”52 Las parábolas se deben interpretar como analogías, que muestran piezas de la realidad pero además pueden contener otros elementos con diversículos propósitos. Los intérpretes desean que las parábolas sirvan como base de las estructuras teológicas, pero ellas no son teologías. Las parábolas son teológicas, y sería un gran prejuicio descuidar su teología, pero se les debe permitir que cumplan su propósito, y no extenderlas más allá de su finalidad. Arruinamos una parábola si olvidamos el carácter “no es” de la metáfora.53 Es prudente afirmar que esta parábola solamente hace un punto, pero habría gran pérdida. ¿Qué se propone esta parábola y cómo lo logra?
La imagen de la deuda, aunque sea una hipérbole, muestra una realidad bien conocida. No hay una sugerencia, a pesar de las afirmaciones, que el rey o cualquiera de los siervos es parte de un sistema opresor,54 aun cuando todos deberíamos oponernos a todo tipo de opresión. En las parábolas judías, la imagen del rey habitualmente se identifica con Dios. Jesús empleó esa imagen mucho menos, pero su auditorio probablemente supuso al principio de la parábola que esta imagen proveía una analogía sobre Dios y no una imagen de Dios, en particular porque las “deudas” era el lenguaje usual para referir los pecados.55 Por lo general,los oyentes se habrían identificado con la situación difícil del primer siervo y sentido el alivio al escuchar que su problema fuera resuelto. La imagen que la parábola presenta del perdón asombroso refleja las expectativas que se asocian con el jubileo de los últimos tiempos y, como Lucas 4.18-21, implica que Jesús, efectivamente, anunciaba el jubileo.56 Así, la primera parte de la parábola señala la gran deuda del pecado, imposible de pagar, y al asombroso perdón divino lleno de gracia.
El empleo de Mateo de la palabra homoiothe (“se ha hecho como”) en el versículo 23, probablemente es una señal de la presencia del reino.57 El perdón ya se ha otorgado en el ministerio de Jesús porque el reino está presente. Aunque esta parábola no se haya clasificado con las de escatología presente, pudo haber sido, y obviamente estar también entre las de escatología futura. Nuestras categorías para estudiar parábolas rara vez hacen justicia a las parábolas mismas.
Los oyentes también se habrían identificado con el primer siervo si la historia hubiera empezado con la demanda de que el consiervo le pagara lo que le debía, pues era su derecho pedir que así sea. Lo que hace su acción reprensible y que los oyentes cambien su lealtad es el contraste del trato que éste recibió y el que dio.58 La discrepancia resalta por la similitud de expresión en las dos peticiones por misericordia (vv. 26 y 29). El objetivo de la parábola es que el acto previo de misericordia y perdón de Dios se debe extender también a otros (cf. Mateo 10.8). La queja de que tal imitación de Dios promueve el legalismo y la culpa es absurda.59 Si en el judaísmo y el cristianismo no se trata de la imitación de Dios, entonces, ¿cuál es la importancia de un lenguaje como “imagen de Dios” y “pacto”? La expectativa de que los humanos conformen sus vidas al carácter de Dios se observa a través de toda las Escrituras.60 La instrucción de la parábola del reino al igual que el resto de las Escrituras es: “Haz con los demás como Dios ha hecho contigo”. La ética es evidente y reflexiva: responde a la acción previa de Dios y refleja el carácter de Dios. Como en toda ética del Nuevo Testamento, el indicativo precede al imperativo. El reino viene con gracia ilimitada en medio de un mundo malvado, pero juntamente viene demanda ilimitada. En ninguna otra es más evidente que en esta parábola. Dios obra, y espera que su pueblo obre conforme a sus acciones y su carácter.
La tercera escena de la parábola (vv. 31-34) explica lo implícito, pero también presenta dos características adicionales importantes para Mateo, la misericordia y el juicio. Ya hemos observado que Mateo termina cada uno de sus discursos principales con un enfoque en el juicio, y tal es el caso aquí en el capítulo 18. Se reprende al primer siervo por no mostrar misericordia y entonces, en el versículo 33, vemos la instrucción relevante de la parábola. Las versiones castellanas traducen el versículo: “¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?” La misericordia es un requisito para los discípulos del reino de Dios. La afirmación de Marcus Borg que Jesús sustituyó el código de la misericordia por el de la santidad61 puede ser una exageración, aunque no mucha. La misericordia resalta el ministerio de Jesús, y así también debe ser en la vida de sus seguidores. Si el jubileo está en efecto y uno está o debe estar celebrando la liberación, ¿cómo es posible que uno endurezca el corazón y no le importe aquel que le deba tan poco? Este es un nuevo énfasis que deriva de la presencia actual del reino, porque perdonar a otros no es un énfasis en el Antiguo Testamento o en el judaísmo del primer siglo de nuestra era.62
El enfoque por la misericordia de Mateo y Jesús va juntamente con el de juicio. ¿Acaso nada debía hacer el dueño al oír lo que había pasado? Aunque no les agrade a las personas el tema del juicio, este es parte integral del mensaje del reino que Jesús proclama. El reino no puede estar presente si no se denuncia y derrota el mal. Si no hay juicio, la salvación es innecesaria. El lenguaje del juicio es hipérbole (p. ej. Mateo 5.29-30 y los pasajes paralelos), no una descripción de la realidad, pero este asegura que habrá un ajuste de cuentas y que Dios vindicará al oprimido.63
Que el hombre sea entregado a los verdugos hasta cancelar la deuda es un lenguaje inclemente en el mundo de la historia para enfatizar la seriedad de no mostrar misericordia y la realidad del juicio. Dios no tiene torturadores,64 y no se puede exagerar la historia para obtener información sobre la naturaleza del juicio. El principio aquí de que se debe verificar la enseñanza de la parábola del material no parabólico es de relevancia obvia.65 Algunas veces, los elementos de una parábola no se dan solo para engañar al oyente para que entienda la verdad, sino para conmocionarlo para que conozca la verdad, y este es el caso aquí. Como muestra el nimshal en 18.35, el asunto de la historia es doble: la necesidad de la misericordia y el perdón y la seriedad en no mostrar misericordia ni otorgar perdón. Esta parábola advierte de juicio por no mostrar misericordia. Hay similares énfasis en la bienaventuranza sobre la misericordia (Mateo 5.7) y en el Padre Nuestro (6.12), y solamente la petición del perdón recibe un tipo de comentario (6.14-15). La semejanza entre la parábola con 5.25 y 26 (ser entregado al juez, al carcelero, y ser echado en la cárcel hasta que se haya pagado el último centavo) es sorprendente.
La compasión del rey es una expresión de sublime gracia, pero tal lenguaje es poco usual en los Evangelios. “Gracia” (charis) no está explícito en la parábola y, con excepción de Juan 1.16, charis con el significado “gracia” no ocurre en los Evangelios. Además, aunque podamos resumir mucho respecto de Jesús al hablar de la gracia, relativamente pocas de sus parábolas enfocan predominantemente en una teología de la gracia: esta parábola que estudiamos, la de los dos deudores (Lucas 7.41-42) y las tres parábolas sobre lo perdido en Lucas 15. La mayoría más bien enfoca en el carácter del reino o en la respuesta que requiere.66
Esta parábola también es instructiva para pensar sobre Jülicher y cómo funcionan las parábolas. Si uno tratara de seguir a Jülicher y limita esta parábola a un punto, se perdería mucho. La analogía necesariamente tiene varios correspondientes entre la historia y la realidad, y enseña varios puntos: (1) la gran deuda del pecado humano; (2) la compasión y el perdón de Dios, puestos a disposición en el ministerio de Jesús sobre el reino; (3) la libertad que se expresa en términos del jubileo; (4) la necesidad de reflejar la misericordia de Dios; y (5) la advertencia del juicio para aquellos que no reflejan la misericordia divina. No es alegorizar notar estos “puntos múltiples”, puesto que surgen de la parábola misma y expresan la intención de esta.67 El asunto siempre es cómo funciona la analogía, y no está en descifrar las correspondencias o esperar que cada característica sea conforme a un límite teológico o cronológico. Tratar de encontrar la relevancia en detalles como el informe de los consiervos o los torturadores es desacertado, porque violan el carácter de la parábola o no son afines con las enseñanzas no parabólicas de Jesús. Se olvida al segundo siervo en la prisión, porque su destino no es el énfasis de la parábola. Tampoco son relevantes en la interpretación los consiervos que informan a su señor. Dios no tiene torturadores y no necesita que se le indique cuando su pueblo falla. Las parábolas son analogías, no representaciones de la realidad.
Este texto es un claro ejemplo de la tensión entre dos o más verdades que siempre está presente en la teología cristiana. La comunidad no puede tolerar el pecado sin hacer una confrontación y amonestación, pero siempre debe amar y perdonar ilimitadamente. Decidir qué se debe hacer requiere siempre de sabiduría. El pecado tiene consecuencias lamentables y eternas, es necesaria la confrontación y la disciplina, y la excomunión de la comunidad es una posibilidad real. A la vez, Dios busca a aquellos que se desvían y desea que ninguno se pierda, y la comunidad no puede poner límites a su perdón u olvidar que su perdón está modelado conforme al perdón que Dios da a sus miembros, que tienen una deuda mucho mayor. Las tradiciones bíblicas y judías no perciben la tensión que sentimos entre el reproche y amor. Reprender al prójimo y amarle van juntos en Levítico 19.17 y en el Testamento de Gad 6.3 y 4. Al conformar la enseñanza de Jesús como él lo hizo, Mateo enfatizó que la comunidad debe tratar seriamente el asunto de la obediencia y el pecado, en lo posible de forma discreta, aunque eso signifique que se tenga que empezar de nuevo con los que son reprochados, tratándolos como a extranjeros. Al mismo tiempo, Mateo insiste que debe prevalecer en estos esfuerzos la humildad y el perdón.
La parábola advierte a cualquiera que presuma de la gracia. Con frecuencia, la iglesia presenta una gracia que no se necesita considerar seriamente, pero la gracia bíblica es transformadora. Cuando recibimos el don, recibimos al Dador,68 quien no permitirá que andemos por nuestros propios caminos.
6. ¿Enseña la parábola una forma de “justicia por las obras” que arguye que el perdón de los unos a los otros es el requisito para experimentar el perdón divino?
Preguntar si la parábola enseña la “justicia por las obras” es forzar la agenda paulina en el texto de Mateo. Ni Jesús ni Mateo son legalistas, tampoco promueven la salvación por las obras, ninguno encara el problema de Pablo, sin embargo, ambos insisten que la obediencia es parte del discipulado. No obstante, todo el enfoque en la obediencia tiene su base en la obra previa de Dios. El indicativo del perdón divino precede al imperativo de nuestra respuesta. En Mateo, al igual que en ambos Testamentos, la ética es una que responde al llamado y a la gracia de Dios. Esto es obvio en la primera escena de esta parábola, la representación de la misericordia del amo, pero también es cierto incluso en textos que parecen indicar que la obediencia humana causa una respuesta divina (p. ej., 6.14 y 15). En tales textos, se supone la presencia de Dios precisamente porque el reino está presente en el ministerio de Jesús.
El temor de la justicia por obras se ha exagerado mucho. Sería bueno que haya también semejante temor por ser inactivos. La justicia por las obras no es el problema de la mayoría de los cristianos de hoy. Nos iría mejor si percibiéramos que si no obramos, no somos justos.
7.¿En qué grado la cristología se observa en esta parábola?
¿Es el rey de la parábola una “figura de Dios” o una “figura de Cristo”? Si no excluimos el nimshal en el versículo 35, este indica que la parábola refiere la misericordia y el juicio del Padre en vez que la misericordia de Jesús. Incluso sin el versículo 35, la referencia es a Dios. Sin embargo, no se debe forzar una separación respecto a qué hace Dios o qué hace Jesús como agente divino. Así como el gobierno davídico en el reino de Dios en el Antiguo Testamento, así también funciona el Mesías como rey en el reino de Dios. De ser así, la parábola tiene implicaciones de cristología.69 Esta se centra en el perdón disponible en el reino, el que con frecuencia Jesús mismo ofrece. Además, de las cinco ocasiones que el verbo “tener compasión” (splanchnizomai) aparece en Mateo, los otros cuatro tienen a Jesús como sujeto.70
8.¿Está Dios limitado por el perdón ilimitado de los versículos 21 y 22?
Algunos se ofenden que Dios no parece limitado por la demanda de misericordia ilimitada en los versículos 21 y 22, pero esto es una distorsión a causa del fracaso de no permanecer en el mundo narrativo. Es legítimo preguntarse por los límites de la gracia de Dios, pero no es el enfoque de esta parábola. Al final, debemos reconocer que Dios es el único que puede pedir cuentas a la humanidad. El enfoque de la parábola enfatiza el perdón de Dios y la seriedad del fracaso de no reflejar la misericordia de Dios, no es una teología de la expiación o una discusión general sobre el juicio. Por lo menos en las Escrituras, mostrar un enfoque en la ilimitada misericordia de Dios no previene el juicio, aunque se enfatiza más la misericordia (cf. Santiago 2.13). El comentario de E. Fuchs es apropiado: “Dios no insiste en su capacidad… sino insiste en la dignidad de su misericordia.”71 La misericordia de Dios no se debe tratar caballerosamente. No se recibe efectivamente la misericordia a menos que se evidencie, porque la misericordia de Dios transforma. Si la misericordia de Dios no se establece en el corazón, entonces no se la podrá experimentar.El perdón que no se manifiesta es un perdón desconocido. Como Jeremías y otros acertadamente indican, la parábola enseña: “¡Hay de ti si te defiendes en tus derechos, porque Dios entonces defenderá los suyos y cerciorará que la sentencia se ejecute”72 (cf. Mateo 7.1-5; 10.8).
Esta parábola entonces presenta la gracia de Dios generosa y sin límite al perdonar la deuda incalculable del pecado. Este perdón de jubileo está a disposición en el reino presente de Jesús, pero la gracia siempre conlleva responsabilidades. El perdón de Dios se debe manifestar en la vida de los perdonados, y la advertencia es clara. Donde no se otorgue el perdón, la persona dará cuenta.
7. Adaptación de la parábola
La discusión del procedimiento para la disciplina en la iglesia en Mateo 18.15-20 difícilmente hace justicia al enfoque de Mateo. Con demasiada frecuencia se toman estos versículos fuera de contexto y se los emplea de maneras legalistas e insensibles, que no conforma con el propósito del evangelista. ¿Qué pasaría si los líderes de la iglesia simplemente siguieran el orden del capítulo y consideraran primero a sí mismos con humildad, examinaran las causas del pecado en el mundo, entendieran seriamente que a Dios le importa, buscaran los descarriados (sabiendo que no es voluntad de Dios que ninguno estos pequeños se pierda), hablaran verdad, sin revelar la identidad del ofensor hasta donde sea posible pero sin que se ignore el pecado, perdonaran sin límites ni reservas, sabiendo que hay un juicio severo para aquellos que no perdonan?
Es necesario proclamar el mensaje de esta parábola en las iglesias y a los individuos que habitan en una sociedad donde se insiste en hacer valer los derechos propios y donde las divisiones caracterizan nuestras iglesias, familias y sociedades. La enseñanza de la parábola es contraria a lo que se espera, pero posiblemente es la expresión más poderosa de cómo deben vivir los cristianos. La vida cristiana, más que insistir en los derechos, debe ser una continua concesión de gracia y perdón, que refleja el mismo carácter Dios y su forma de tratar a su pueblo. La ética del Nuevo Testamento es manifiesta y reflexiva, que responde a los actos de misericordia previos de Dios y refleja sus acciones en las vidas humanas. Lamentablemente, con mucha frecuencia el perdón y la misericordia no son muy comunes en nuestra iglesia, y nuestra sociedad considera el perdón como una debilidad. Pero, como supuestamente dijo Mahatma Gandhi, solo el poderoso puede perdonar. La sociedad también abarata el perdón al punto de que se trata el pecado de forma liviana, pero el enfoque en el juicio en las parábolas del Jesús advierte que el perdón conlleva un llamado a la reforma. Si el perdón no causa cambio, entonces no se lo ha experimentado.
Además, sería incorrecto mantener esta parábola a nivel “espiritual” e ignorar sus implicaciones a nivel económico. Con seguridad la misericordia se extiende más allá del perdón por los errores cometidos a la compasión por aquellas que sufren una situación económica desesperante. Hay formas correctas e incorrectas de teologizar sobre las parábolas, y no es correcto leer esta parábola como una alegoría de las circunstancias económicas modernas.73 Por otro lado, la teología de la parábola, que tiene su fundamento en el requisito de la compasión y la misericordia, se debe aplicar en todas las circunstancias. ¿Qué mejor testimonio para el reino es la cancelación de la deuda esclavizante para aquellas que no puedan proveer liberación? La misericordia del reino se evidencia cuando las personas reciben ayuda en situaciones desesperantes, ya sea en forma económica o de otra índole.
8. Lectura adicional
W. D. Davies and Dale C. Allison, A Critical and Exegetical Commentary on the Gospel According to Saint Matthew (3 vols.; ICC; Edinburgo: T. & T. Clark, 1988-97), 2:791-807.
Thomas Deidun, “The Parable of the Unmerciful Servant (Mt 18:23-35)”,BTB 6(1976): 203-24.
Joachim Jeremias, The Parables of Jesus (2ª ed., trad. S. H. Hooke; New York:Charles Scribner’s Sons, 1963), pp. 210-14.
Peter Rhea Jones, Studying the Parables of Jesus (Macon, Ga.: Smyth & Helwys,1999), pp. 263-93.
William G. Thompson, Matthew’s Advice to a Divided Community: Mt. 17,22–18,35 (AnBib 44; Roma: Biblical Institute Press, 1970), pp. 203-37.