Читать книгу La bordadora de sueños - Lía Villava - Страница 10

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Juntos

Me gustaría tomarte de la mano y enseñarte un mundo donde existe la armonía, la salud y la luz. Te mostraría que allí no hay necesidad de defenderse, porque todo lo que existe alrededor está cubierto de paz y ésta se refleja en los ojos, en las facciones, en los movimientos, en la modulación de la voz. El rumor que se escucha es el de la cadencia latiendo en el corazón, en la mente, en el fluir de la sangre; el viento que acaricia y te habla al oído de su sabiduría. El sonido de los animales que se comunican contigo, en la tierra que palpita y te abraza. En la luz que llena los poros para penetrarte poco a poco y así crear una sinfonía con la música que recorre todo tu cuerpo. En la perfección que existe en cada una de tus células, la luz que también brilla en tus ojos aun cuando estén cerrados y en las estrellas que te guían.

Allí no necesitas llevar los miedos. Tus apegos vienen sobrando, no existe la duda y la razón no es bienvenida.

Es un lugar donde todo brota sin detenerse, donde tú eres todo y el todo eres tú, se conecta el universo entero para celebrar contigo el ser. Donde no hay tiempo ni juicios, ahí donde no se pretende estar, sólo se Es.

El amor se encuentra en su más pura esencia, donde está lo mejor de cada uno de nosotros y se unifica con el conocimiento que viene del exterior y nace en tu interior.

No existen las prisas ni los egos, no hay límites, todo esta allí y en ese todo se percibe con más claridad el disfrute de la vida, ese momento en el que se está, se estuvo y se estará. En ese mundo cabemos todos.

Si tan sólo pudiera mostrártelo, sabrías que ese equilibrio que llevo dentro me lo da la naturaleza, pero acá, en ese tu mundo, no te lo puedo mostrar… y pensar que provenimos de allí, aunque no todos queremos hacerlo nuestro.

Ese día serías feliz de saberte libre y bailaríamos con las estrellas, nos abrazaría el universo y vería en tus ojos, los míos llenos de luminosidad.

Pero tú estás muy lejos, en un mundo donde hay política, donde se lucha por sobresalir, demostrar, creer saber más, donde sentir es de débiles, razonar de sabios y enfermar de humanos. En ese lugar donde se adueñan de la verdad absoluta y pelean por mantenerla, para después, si es que hay después, disfrutar.

En ese tu mundo, se es preso de uno mismo. Hay tantos límites que cuando se traspasan se desemboca en el poder, y todo se vale, se atropellan unos a otros y no siempre se tiene conciencia del daño causado.

Allí donde hay prisa por el reconocimiento de los demás, se llega también al final y quizá en esa carrera, un minuto antes de arribar, te des cuenta de que no seguiste al centinela interior, no escuchaste al amor, ni tuviste tiempo de ver esa luz que te iluminó siempre y que allí está, al final del camino.

Quizá la próxima vez tengas la maravillosa oportunidad de descubrir ese mundo y si decides dártela, ahí estaré para acompañarte a disfrutar la celebración de la vida.


La bordadora de sueños

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