Читать книгу La bordadora de sueños - Lía Villava - Страница 13

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Ritual

En la fiesta del Nuevo Sol hubo diferentes actos, uno de ellos fue «Sembrar el cargo» entre los hermanos tseltales, que justamente se habían ganado el reconocimiento a través del trabajo y el valor de su palabra.

Ana María nos convidó a la celebración que llaman «Engrandecer el corazón», ésta consiste en conocer la pena que embarga al hermano o hermana y con mucho cuidado y respeto se le dicen palabras muy sentidas al oído, ellos imponen sus manos sobre el compañero o compañera abatidos y pasan uno a uno.

Porque las penas pesan y se hace más difícil cargarlas uno solo, la espalda se encorva y el corazón se apachurra.

Las lágrimas no paran de brotar, la emoción es enorme y el poder curativo es palpable.

Allí no conocen los antidepresivos, tampoco es motivo de vergüenza responder con la verdad al saludo tradicional de «¿Cómo amaneció tu corazón?» Si éste se encuentra desmayado, distraído, caído, enfadado, triste, preocupado o desconsolado, basta decirlo para que los hermanos participen en el yip o’tan que significa brindar consuelo.

Fui testigo de las propiedades sanadoras, ahora trato de practicar esta catarsis con mis seres queridos y la recomiendo de la siguiente manera:

Dosis: la que el corazón señale.

Vía de administración: oral.

Déjese al alcance de los niños.

Se puede usar durante la lactancia y el embarazo.

Consérvese cerca del corazón y en ambientes cálidos.

Su práctica no requiere receta médica.

Los efectos secundarios podrían ser: alegría, gozo, confianza, armonía, sinceridad, ánimo y paz.


La bordadora de sueños

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