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I RUMBO A LA CIVILIZACIÓN DE LA RE-LIGACIÓN
ОглавлениеAnalistas, sobre todo procedentes de la biología, de las ciencias de la Tierra y de la cosmología, nos advierten que el tiempo actual se asemeja mucho a las épocas de grandes rupturas en el proceso de la evolución, épocas caracterizadas por extinciones en masa. Efectivamente, la humanidad se encuentra ante una situación inaudita. Debe decidir si quiere continuar viviendo o si escoge su propia destrucción.
El riesgo no viene de una amenaza cósmica (el choque de algún meteoro o asteroide) ni de algún cataclismo natural producido por la propia Tierra (un terremoto de magnitud extraordinaria o algún desprendimiento de placas tectónicas). Viene de la propia actividad humana. El asteroide amenazador se llama homo sapiens demens, surgido en Africa hace pocos millones de años.
Por primera vez, en el proceso conocido de hominización, el ser humano tiene en sus manos los instrumentos de su propia destrucción. Se creó verdaderamente un principio, el de autodestrucción, que tiene su contrapartida, el principio de responsabilidad. De ahora en adelante la existencia de la biosfera estará a merced de la decisión humana. Para continuar viviendo, el ser humano deberá quererlo. Tendrá que garantizar las condiciones de su sobrevivencia. Todo depende de su propia responsabilidad. El riesgo puede ser fatal y terminal.
En los tres últimos siglos, la humanidad occidental se ha organizado con más insensatez que sabiduría. Su estilo de vida se ha mundializado. Con él va unida la destrucción de ecosistemas, la amenaza nuclear y la falta de compasión, que relega millones y millones de personas a la miseria.
Los indicadores de la situación mundial son alarmantes. Dejan poco tiempo para los cambios necesarios. Estimaciones optimistas señalan como límite el año 2030. A partir de esa fecha, nadie garantiza la sustentabilidad del sistema-Tierra.
Por tanto, ahora, más que nunca, necesitamos sabiduría; sabiduría para captar las transformaciones imprescindibles; sabiduría para definir la dirección acertada; sabiduría para proyectar el sueño que nos guiará; sabiduría, en fin, para dar prioridad a las acciones concertadas que harán realidad ese sueño.