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1. DE LA INSENSATEZ A LA SABIDURÍA
ОглавлениеResumiendo, tres son los nudos problemáticos que urge desatar: el nudo de la extinción de los recursos naturales no renovables, el nudo de la soportabilidad de la Tierra (¿cuánta agresión puede soportar?) Y el nudo de la injusticia social mundial.
No pretendemos detallar tales problemas, ya ampliamente conocidos; sólo queremos compartir y reforzar la convicción de muchos. Según ésta, la solución de los problemas mencionados no se encuentra en los recursos de la civilización vigente, pues el eje estructurador de ésta consiste en la voluntad de poder y de dominación. Someter la tierra, explotar al máximo sus recursos, conquistar pueblos y apropiarse de sus riquezas, buscar la prosperidad, incluso a costa de la explotación de la fuerza de trabajo y de la de la naturaleza: he aquí el sueño más grande que ha movilizado y sigue movilizando al mundo moderno. Ahora bien, esta voluntad de poder y de dominación está llevando a la humanidad y a la Tierra a un callejón sin salida fatal. O cambiamos o perecemos.
Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar, de sentir, de valorar y de actuar. Nos urge hacer un cambio revolucionario en nuestra civilización, bajo otra inspiración y a partir de otros principios más benevolentes para con la Tierra, sus hijos y sus hijas. De este modo, los seres humanos podrán salvarse y salvar también su bello y radiante planeta tierra.
Más todavía. Apoyamos la idea de que los sufrimientos actuales poseen un significado que transciende la crisis de la civilización. Se ordenan a algo más grande. Revelan los trabajos de parto en que estamos señalan el nacimiento de una nueva etapa en el proceso de hominización. Están surgiendo los primeros brotes de un nuevo pacto social entre los pueblos y de una nueva alianza de paz y de cooperación con la Tierra, nuestra casa común.
Rechazamos la idea de que los 4,5 billones de años de formación de la Tierra sólo hayan servido para su destrucción. Las crisis y los sufrimientos se ordenan a una gran aurora, que nadie podrá detener. De una época de cambio pasamos al cambio de época. Estamos dejando atrás un paradigma que plasmó la historia en los últimos quince mil años.