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Claudia, 16 de Agosto de 1975.

LOS FALCONE

NELVA ALICIA Méndez y Jorge Ademar Falcone se casaron el 18 de marzo de 1948, en la ciudad de La Plata.

Nelva nació el 16 de junio de 1927, hija de Manuela Ángela Domínguez y del poeta Delfor Méndez, autor de la letra del himno de Gimnasia y Esgrima de La Plata.

Jorge, también platense, nació el 26 de abril de 1918. Hijo de María Teresa Matera y de Clemente Cayetano Falcone Graniero.

Se recibió de médico en 1943, y luego realizó estudios de Escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes. Fue el primer Subsecretario de Salud Pública, 1947-1950; Intendente de la Ciudad de La Plata, 1949-1950; y Senador Provincial Presidente de la Comisión de Obras Públicas del Senado entre 1950 y 1952. Como militante de la causa nacional, se alzó junto al general Juan José Valle y el teniente coronel Oscar Lorenzo Cogorno el 9 de junio de 1956, cuando la denominada “Revolución Libertadora” derrocó al gobierno popular de Juan Domingo Perón.

“Fue detenido el 10 de junio a la noche, mientras me estaba contando un cuento que quedó por la mitad”, recuerda Jorge hijo. “A partir de allí lo recuerdo uniformado de gris en un lugar que después supe era el penal de Olmos. En la misma celda estaba Juan Carlos Livraga –sobreviviente de los fusilamientos de José León Suárez– ambos sentenciados por Pedro Eugenio Aramburu. Ante la repercusión internacional del caso, Aramburu y Rojas reconsideran la medida. Mi padre no tenía donde caerse muerto y fue el movimiento obrero organizado el que le da trabajo en los duros años de persecución”.

Con la vuelta del peronismo al poder, en 1973, Falcone ocupó el cargo de director del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP), Delegación La Plata, hasta el Golpe de Estado de 1976, cuando fue desplazado de su cargo.

Nelva era ama de casa y maestra de escuela pública. Había colaborado en la campaña por el voto femenino, siendo delegada juvenil, a mediados de los años ‘50. Con la desaparición de María Claudia comenzó a reunirse con madres que habían pasado por su misma tragedia; fue una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora. En Democracia fue secretaria de DDHH del PJ local; y en 1999 fue declarada Ciudadana Ilustre de la ciudad de La Plata.

Luego de casarse, la pareja se fue a vivir a la casa de la calle 8, propiedad de Clemente y María Teresa, muy cerca de Plaza Rocha, y a sólo dos cuadras de Bellas Artes.

En esa misma casa Nelva y Falcone padre vieron crecer y soñar a sus dos hijos, pero también vieron irrumpir a las patotas de la Revolución Libertadora primero; y luego las del Terrorismo de Estado. La casa de los Falcone fue allanada en cuatro oportunidades, el 9 de junio 1956, detención de Jorge Ademar ; dos veces en 1976, la primera luego de un incidente en la cancha de Estudiantes de La Plata, la segunda luego del secuestro de María Claudia, el 16 de septiembre de 1976 ; y el 13 de abril de 1977, en donde se produce la detención y secuestro de la pareja, a quienes– los Grupos de Tareas de Ramón Camps y Miguel Etchecolatz– los trasladan encapuchados al Centro Clandestino “La Cacha”, donde permanecieron como detenidos-desaparecidos por diez días.

En tiempos de proscripciones del peronismo la economía de la familia se nutrió básicamente de los pacientes que Falcone visitaba a domicilio –muchas veces le pagaban con huevos o gallinas–; de los esporádicos honorarios de su padre, martillero público, de la pensión de su madre, docente jubilada; y del sueldo de Nelva, docente en ejercicio en una escuela pública. Vivían los seis juntos.

La relación de Nelva con su suegra no era la mejor.

“Aún recuerdo la indignación que oportunamente me causó alguna vez escuchar a esa mujer (María Teresa Matera) acunar a mi hermana bebé en su falda intercalando, en las canciones de cuna, recriminaciones a mi madre por venir después de hora de dar clase, tiempo que se tomaba para apuntalar a sus alumnos más rezagados”.

Hacia fines de 1966, María Teresa muere en la casa de la calle 8. Jorge tenía 12 años, y fue testigo de su muerte y de los inútiles intentos de su abuelo por reanimarla.

“Los Falcone éramos una familia media, pero mi viejo no era un médico multimillonario que andaba firmando autógrafos por ahí, o que hacía cirugías estéticas. Era un médico de mutuales de obras sociales metalúrgicas; mi madre ha sido una maestra de escuela pública. Entonces éramos una clase media empobrecida que nunca nos faltó lo elemental, pero que nunca nos sobró nada.

“Porque yo me acuerdo de la vergüenza de mi viejo cuando no conseguía laburo en ningún lado por ser peronista, y cuando se acabó el hábito de comer un plato de entrada antes de la sopa o del churrasco. Y se acabó, y a veces no había postre, que son pelotudeces frente al dolor y la privación que tiene hoy nuestro pueblo más pobre, desde luego, pero te quiero decir, historiando, para la proporción de lo que era el despojo en aquella época, al tipo le daba pudor, le afectaba en su amor propio esa adaptación forzada a un estándar de vida que no era el que en su apogeo profesional le había brindado a la familia”.


El 28 de junio de 1966, se produce en el país un nuevo golpe de estado que termina con el gobierno democrático de Arturo Illia. Este nuevo golpe se denominó “Revolución Argentina” y quien lo encabezaba, el dictador Juan Carlos Ongania, deseaba perpetrarse en el poder por 40 años.

Hacia fines de ese mismo año, Jorge se encuentra terminando la escuela primaria y espera ansioso los resultados de su examen de ingreso a la Facultad de Artes y Medios Audiovisuales.

Mientras tanto, Nelva intentaba explicarle a María Claudia, que estaba triste por estar finalizando el Jardín de infantes, que en poco tiempo iba a volver a jugar con sus compañeritas en primer grado.

María Claudia Falcone

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