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Obra de Claudia.

FUERA ANGLADA

CORRÍAN LOS primeros días de abril dentro del Bachillerato cuando llegó a manos de un grupo de estudiantes una edición del libro Carta a una maestra, alumnos de la escuela Barbiana. Dicha publicación hizo pensar a los referentes de cada agrupación política en la posibilidad de implementar en el Bachillerato la acción originalmente llevada a cabo en Italia, Florencia, entre los años 1954 - 1967, por el párroco Lorenzo Milani.

Para comenzar con tal experiencia debían expulsar a la actual rectora, Elsa Dattoli de Anglada, y elegir como nueva responsable del Bachillerato de la Facultad de Artes y Medios Audiovisuales a la compañera y profesora de historia Irma Ángela Zucchi, a la que todos admiraban.

“A nosotros se nos antojaba que tal persona era piola y nosotros la queríamos poner en un lugar que capaz esa persona no quería, o no tenía ganas”. Recuerda Enrique Tellechea, ex alumno y militante de la UES. “Era todo así, todo impulso, una política hormonal, digamos”.

Anglada era acusada por los alumnos de “gorila”. Años más tarde y consultados para este trabajo, la gran mayoría de los entrevistados afirmaron no conocer los cargos que le imputaban a la rectora. Un ex alumno llegó a confesar: “Yo alguna vez levanté la mano para expulsar a una señora que ni siquiera sabía quién era”.

Los estudiantes tomaron el Bachillerato por tiempo indeterminado y eligieron ellos mismos a quienes serían las nuevas autoridades. Se sentían victoriosos y saludaban desde la ventana del rectorado a sus compañeros que los vivaban desde la calle. A alguien se le ocurrió tirar por la ventana los legajos del personal y de todo el alumnado. En pocos minutos las calles quedaron invadidas de hojas blancas.

“Los más grandes les enseñábamos a los más chicos y a los más grandes no nos enseñaba nadie. Y manteníamos el funcionamiento de la escuela, teníamos las clases, los recreos y cada dos o tres días teníamos asambleas de padres que nos querían cagar a patadas”. Se ríe al recordar ese momento Gustavo Zurbano, referente de GESA, que además de ser portavoz en las asambleas, junto a Alejandro Ford, era también el encargado de tocar la guitarra a la hora de amenizar la toma.

Fue un comienzo agitado para todos: alumnos, docentes y padres, que les exigieron a las autoridades del Bachillerato “el normal desarrollo de las clases”. En su ejemplar del jueves 4 de abril de 1974, el diario El Día tituló, “Irregular actividad docente en los colegios de la universidad”. En la bajada decía:Rechazaron los alumnos del colegio Nacional la nueva vestimenta. Manifestación de apoyo a las autoridades en el Liceo. Reunión del Consejo de padres en el Bachillerato de Artes”.

A una semana del inicio de clases un grupo de padres se entrevistó con Camperchioli y le acercaron las inquietudes correspondientes. El Día tituló: “Fue impuesto el rector de la Universidad sobre la situación en tres colegios. Los padres de alumnos hicieron constar serias deficiencias en la faz disciplinaria y en planes de estudio. El doctor Camperchioli anticipó que habrá solución en los próximos días”. Continúa diciendo: “Un crítico panorama sobre la situación imperante en los colegios secundarios dependientes de la Universidad local expusieron los padres de alumnos concurrentes a estos establecimientos. Antes de entrar a dialogar con el funcionario los padres dijeron que ‘no hay disciplina’. Prácticamente los chicos no estudian y es alarmante la cantidad de asambleas que se realizan, que suelen durar hasta altas horas”. La nota, extensa, tenía como subtítulo: “Quebrar la familia” y aseguraba que “las madres, con evidente preocupación” señalaban que “se está quebrando la unidad familiar. Nosotros no enviamos un hijo a la escuela para que se convirtiera en nuestro enemigo, sino para que se capacite como corresponde. En algunos casos los chicos regresan a sus hogares porque se vive un estado de asamblea permanente y no se estudia. En muchos casos, hay que reconocerlo, se quedan porque a esa edad les atraen las movilizaciones y las asambleas tumultuosas”.

Por la tarde del 17 de mayo, los alumnos resolvieron, mediante una asamblea, ocupar por tiempo indeterminado el Bachillerato. Dijo El Día: “La toma del establecimiento se concretó en instantes en que la rectora Blanca Dattoli de Anglada se encontraba reunida con el rector normalizador de la Universidad doctor Francisco Pablo Camperchioli considerando precisamente la necesidad de normalizar totalmente el establecimiento”.

Aquella reunión fue repudiada por los alumnos y lo expresaron en las distintas paredes del edificio, “Fuera Anglada”. Los días de la rectora estaban contados.

Pese a las presiones, Anglada se niega a dejar su cargo. La situación es conflictiva y las reuniones de padres son frecuentes. Los alumnos no permiten el ingreso de la rectora al Bachillerato.

La división ‘C’ del primer año se suma a la protesta que llevan adelante los alumnos de cuarto y quinto año. Claudia ya se había incorporado a la UES y junto a sus compañeros colabora en la recaudación de dinero para poder llevar adelante la toma.

Finalmente, en su edición del 28 de mayo de 1974, el mismo periódico informó: “Interviniose el Bachillerato de la Facultad de Artes y Medios Audiovisuales local. El decano de la Facultad de Artes y Medios Audiovisuales, licenciado Jorge Abad, dispuso ayer la intervención de Bachillerato de esa institución y designó para esa función a la profesora Irma Ángela Zucchi”. Los secundarios habían logrado su objetivo.

“La decisión de que Irma fuera rectora fue de las agrupaciones”, explica Estela Tanevich, preceptora del Bachillerato y militante de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). “Ella no quería aceptar el cargo y fue una insistencia nuestra. Ella decía que su lugar era otro, desde más abajo y desde el contacto directo con la enseñanza diaria a los alumnos”.

Como resultado de las presiones coincidentes de las autoridades educativas, la prensa y sus propias familias, los estudiantes finalmente decidieron levantar la toma y volver al funcionamiento normal de las clases, sin poder imaginar entonces que la respuesta institucional tendría como resultado meses oscuros y violentos poco propicios para las utopías.


Trabajo de caligrafía de Claudia, 1975.

María Claudia Falcone

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