Читать книгу Escuchar a los niños - Luigi Cancrini - Страница 15

Lo ya mencionado antes es sumamente importante para comprender que los efectos de una situación traumática siempre se deben notificar cuidadosamente cuando se trabaje con niños que han sufrido abusos o que han sido gravemente maltratados en el momento en el que se produjo la situación traumática. La transición de una etapa de desarrollo a la siguiente sólo es posible si el entorno de crecimiento del niño y el contexto emocional le proporcionan el apoyo adecuado que, por definición, falta en las situaciones de maltrato. En cambio, cuando el maltrato es particularmente grave y prolongado, el niño que ha alcanzado una determinada etapa de desarrollo puede retroceder a la etapa anterior adoptando un comportamiento inapropiado que puede empeorar su situación y dificultar el establecimiento de relaciones positivas con quienes tratan de ayudarlo. Una regla general que no siempre es fácil de entender (y de la que ofrecemos aquí una amplia documentación clínica) es que el comportamiento disfuncional del niño suele generar en las personas con las que se relaciona posteriormente un comportamiento similar al de los adultos maltratados de su pasado.

Basándonos en este razonamiento, debemos considerar que el niño que experimenta situaciones de maltrato grave y prolongado necesita, además de ser alejado de la situación traumática en la que vive, el trabajo psicoterapéutico necesario para una correcta mentalización de tales situaciones, lo que llevará a evitar las falsas mejoras ligadas a la negación y superar la persistencia de los fantasmas de un mundo interno menos perturbado por la violencia y las separaciones. Esto es lo que hemos intentado hacer, con resultados que creo que son extremadamente interesantes, en las situaciones que trataremos en este estudio. Proponemos a quienes trabajan con este tipo de situaciones (repito una vez más, de maltrato grave y continuo) una sensibilidad simple, pero que aún no está suficientemente extendida. Hoy en día, sigue siendo bastante común lo siguiente:

• Entre los educadores, jueces y muchos padres la idea (la ilusión) de que el niño, incluso si ha sido gravemente maltratado o ha sufrido abusos, se cura o se curará de forma natural cuando se le aleje de la situación traumática.

• Entre los psicoanalistas y psicoterapeutas la idea (la ilusión) de que el niño gravemente maltratado o que ha sufrido abusos puede curarse con (por) el trabajo psicoterapéutico sin necesidad de intervenir en el daño causado por las situaciones adversas a las que está expuesto.