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¿ES HEREDITARIO EL CÁNCER?

La respuesta más directa es que en uno de cada diez casos existe una fuerte predisposición hereditaria a desarrollar un tipo específico de cáncer. O, visto al revés, el 90 % de los tumores NO son hereditarios. A los primeros los denominaremos familiares, mientras que a los segundos los llamaremos esporádicos.

CARACTERÍSTICAS COMUNES A LOS TUMORES

HEREDITARIOS O FAMILIARES

Existen una serie de características comunes que encontramos en los cánceres hereditarios o familiares:

• En primer lugar, se presentan en una edad temprana, antes de lo que correspondería a ese tipo de tumor (por ejemplo, no es habitual que una persona de veinticinco años de edad enferme de cáncer de colon; si ello sucediera, esto nos haría sospechar que nos encontramos ante un cuadro de cáncer con predisposición familiar).

• En segundo lugar, cuando existen muchos casos de cáncer de un determinado tipo en parientes de primer grado (padres, hermanos, hijos). Por ejemplo, una señora diagnosticada con cáncer de mama cuya madre tuvo cáncer de mama y con una hermana también diagnosticada del mismo tumor, lamentablemente posee bastantes números de tener un síndrome familiar asociado con esta tumoración.

¿CUÁLES SON LAS BASES DE LOS TUMORES

HEREDITARIOS?

Los tumores hereditarios se dan cuando uno de nuestros progenitores, nuestro padre o madre, nos ha transmitido un gen «defectuoso», algo que en la mayor parte de los casos es debido a la presencia de una mutación, un cambio en su secuencia genética. Esto quiere decir que, en este caso, todas nuestras células poseen dos copias de cada gen, pues tienen uno bueno y uno malo, pero aun así el tumor no aparecería en el momento del nacimiento, porque para que se desarrolle necesita perder el gen bueno (también conocido como «alelo salvaje») y quedarse con el defectuoso, un proceso que suele requerir entre veinte y cuarenta y cinco años, que es la franja de edad en la que aparecen principalmente los tumores hereditarios.

Respecto a la herencia de un gen defectuoso en relación con el cáncer, cabe considerar además otros dos puntos:

1) Los hijos de un padre o madre que posee esa alteración solo tienen un 25 % de riesgo de heredar el gen dañado (es decir, que si nuestra madre o nuestro padre posee la mutación, nuestra probabilidad de haber adquirido dicha alteración solo es de una entre cuatro).

2) Los avances científicos y el desarrollo de métodos de selección de embriones en la reproducción asistida permiten hoy en día seleccionar que el niño que va a nacer no lleve el gen mutado del progenitor, una buena noticia que convierte a esta persona en un individuo con el mismo riesgo de sufrir cáncer que cualquier otro de la misma sociedad en la que se encuentra.

LOS TUMORES FAMILIARES ESPECÍFICOS

Me gustaría ahora hablar de tumores familiares específicos porque, habitualmente, no se suele heredar un riesgo general a tener cáncer, sino una mayor predisposición a desarrollar un tumor de un tejido específico.

CÁNCER DE MAMA Y OVARIO

Entre estos casos, quizás el ejemplo más conocido es el caso del cáncer de mama y ovario: podemos encontrar familias en las que hay acumulación de tumores de mama en parientes de primer grado en edades relativamente jóvenes (por debajo de cincuenta años), y también con casos en las mismas familias en los que otros miembros están afectados de tumores de los ovarios. Este cuadro suele ser debido a la presencia de mutaciones germinales (es decir, presentes en todas las células del cuerpo y, por tanto, heredables) en los genes BRCA1 y BRCA2. Se trataría, por buscar ejemplos conocidos, del caso de la actriz Angelina Jolie o de las mujeres de la familia del expresidente del Gobierno español Adolfo Suárez.

Estos genes, BRCA1 y BRCA2, tienen el cometido de reparar nuestro material genético, pero en estas personas la mutación impide que dichos genes realicen su función, lo que causa lesiones derivadas en oncogenes y genes supresores tumorales.

Hoy en día, cuando se presenta un cuadro clínico de estas características, se realiza un análisis genético detallado de estos genes para determinar si esa persona es portadora de una mutación en estos.

Si la mutación existe y es detectada, el consejo genético (es decir, el análisis que determina si eres portador de una enfermedad y el riesgo de transmitirla a tu descendencia) permite tener hijos que no lleven esa mutación y, también, hacer un diagnóstico precoz en familiares para poder eliminar esos tumores cuando son pequeños. De la misma manera, el diagnóstico precoz permite a la persona que posee esa mutación tomar la decisión de que se le practique una extirpación de las mamas y/o ovarios para reducir drásticamente el riesgo de llegar a padecer el tumor (un 60-80 % a lo largo de su vida). Esta opción radical va acompañada si así se solicita de reconstrucción mamaria y, por supuesto, de aquellos tratamientos necesarios para compensar cualquier sintomatología derivada.

En cuanto a los varones portadores de mutaciones en BRCA1 y BRCA2, parece que ellos tienen un poquito más riesgo de desarrollar cáncer de páncreas y/o próstata.

Por último, se ha producido recientemente un avance importante en el tratamiento de los tumores hereditarios de mama y ovario asociados a mutaciones de BRCA1 y BRCA2 gracias a que se ha aprobado el uso de unos fármacos específicos para estos tumores denominados inhibidores de PARP, lo que supone un paso muy importante para los afectados por esta enfermedad.

TUMORES DIGESTIVOS

Otro tumor frecuente con una herencia familiar claramente estudiada es el cáncer de colon, pero antes de ahondar más en este tema quiero recordar de nuevo que solo estamos hablando de un 10 % del total de estos tumores digestivos, y que el 90 % no son hereditarios.

Pues bien, volviendo al cáncer de colon, existen dos tipos de tumores de colon con predisposición genética:

1) Poliposis adenomatosa familiar (PAF)

Se trata de un síndrome que afecta a personas que desarrollan muchos pequeños tumores benignos de colon, llamados pólipos, de los cuales nace un cáncer de colon.

Este cáncer suele afectar a individuos verdaderamente jóvenes, y la imagen de la endoscopia es espectacular, con la aparición de centenares de pólipos, como si fuera un campo de trigo.

Se trata de un síndrome casi exclusivo del cáncer de colon, y muchos de estos pacientes son tratados con la extirpación preventiva del órgano. Tiene su causa en mutaciones germinales en el gen APC, un guardián que protege nuestro colon de muchas lesiones moleculares, pero que el defecto genético deja desarmado.

2) Cáncer colorrectal hereditario no polipósico (CCHNP)

Existe otro síndrome genético en el que encontramos cáncer de colon hereditario, pero este suele ir asociado en las familias a la aparición de cáncer de estómago y del cuerpo del útero (endometrio), de tal modo que, en familias donde aparezcan estos tumores digestivos y el de matriz antes de los cincuenta años, es preciso realizar un estudio genético de los genes causantes: los denominados MLH1 y MSH2.

Se trata de genes que reparan el ADN, como sucedía con los genes BRCA1 y BRCA2 en cáncer de mama y ovario, y su defecto provoca el desencadenamiento de mutaciones posteriores inductoras de células transformadas.

Esta predisposición familiar a cáncer de colon, estómago y endometrio se suele conocer también como síndrome de Lynch, y la buena noticia al respecto es que, además del diagnóstico precoz y el consejo genético, los tumores de este último síndrome parecen más sensibles a los tratamientos con inmunoterapia del cáncer. Otro pequeño avance.

OTROS CUADROS FAMILIARES DE CÁNCER

Existen diversos tipos, pero solo mencionaré tres más:

1) Síndrome de Li-Fraumeni

Se trata de un síndrome que provoca mutaciones hereditarias en el gen p53, uno de los más importantes en mantener el equilibrio muerte-vida de nuestras células. Estos casos suelen darse en familias con elevada predisposición a tumores de los huesos (osteosarcomas), cáncer de mama, tumores cerebrales y enfermedades malignas de la sangre (leucemias y linfomas).

2) Síndrome de Von Hippel-Lindau (VHL)

Es un síndrome en el que existe una predisposición a desarrollar tumores en el cerebelo y en la retina del ojo, así como en la glándula suprarrenal (feocromocitoma) y, de forma destacada, en el riñón.

Al ser tumores raros, se facilita el diagnóstico clínico de este síndrome, que es causado por mutaciones en el gen VHL, que controla la capacidad de producir nuevos vasos sanguíneos y es, al mutar, el elixir que alimenta a las células tumorales.

3) Neoplasia endocrina múltiple (NEM)

Es un cuadro de herencia del cáncer caracterizado por su aparición en las suprarrenales, las paratiroides y especialmente el tiroides.

Ante cualquier patología de la glándula tiroidea, de hecho, lo primero que se ha de hacer es comprobar si se trata o no de un caso de NEM para proceder de la forma más adecuada, pues el conocimiento permite un mejor tratamiento.

Por último, y respecto a los tumores llamados familiares, cabe destacar que, cuando aparecen muchos tumores de un mismo tipo en una familia, a edades relativamente precoces y no existe un factor exógeno claro (como, por ejemplo, el tabaco), siempre hay que sospechar. Estemos, pues, atentos.

Hablemos de cáncer

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