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Prólogo

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El Manual para estudiar textos académicos. Prácticas, conceptos y métodos en los procesos de lectura y escritura, de Mara Glozman y Karina Savio, se inscribe en una importante tradición de la universidad argentina que, desde la apertura democrática, se propuso intervenir pedagógicamente en este campo tanto al inicio de la enseñanza superior como en la articulación entre esta y la enseñanza secundaria.

Para definir dispositivos didácticos que estimularan y acompañaran el proceso de apropiación de los géneros propios del ámbito académico se requirieron no solo investigaciones puntuales acerca de los modos de leer y de escribir de los estudiantes, sino también la evaluación, por parte de los docentes, de las actividades que encaraban y de las dificultades que identificaban en la resolución de las consignas. Esto dio lugar a una abundante producción tanto en el campo de la investigación como en el diseño de secuencias didácticas adecuadas al nivel, que cristalizaron en textos que circularon ampliamente y que asignaron al campo de la lectura y la escritura en la universidad un dinamismo destacable. Los resultados obtenidos hicieron posible a partir de 1996 la constitución de la red latinoamericana Cátedra Unesco en Lectura y Escritura.

El objetivo de los emprendimientos didácticos que se han sucedido a lo largo de más de dos décadas es, por un lado, facilitar el dominio, por parte de los estudiantes, de los géneros evaluativos habituales en los estudios superiores: entre otros, respuestas a cuestionarios, informes de lecturas, resolución de parciales presenciales o domiciliarios, monografías, exposiciones orales a partir de una síntesis escrita, comentarios críticos de materiales propios de las disciplinas. Por otro lado, tender a que adquieran conocimientos discursivos y habilidades de base que les permitan enfrentar eficazmente los desafíos generados por los avances tecnológicos y las transformaciones sociales que inciden, e incidirán cuando egresen, en prácticas, géneros, soportes, modos de circulación y formas de articular lo verbal con otros sistemas. Asimismo, un objetivo importante es que los estudiantes alcancen un dominio de la propia lengua, como herramienta semiótica fundamental para el desarrollo intelectual y para el ejercicio de sus futuras tareas como científicos o profesionales. Y, finalmente, que se formen como ciudadanos capaces de desarrollar un pensamiento crítico, participar adecuadamente en las actividades sociales en las que se requiere el apoyo del texto escrito y ejercer acabadamente el derecho a la palabra en el ámbito público.

El libro que prologamos se centra en el discurso académico, pero este es enmarcado reiteradamente en una concepción amplia de la lectura y la escritura, en la que se consideran los vínculos con las diversas prácticas sociales, históricamente constituidas. Se muestra cómo en ellas los sujetos activan competencias variadas y tienen propósitos diversos según los ámbitos institucionales en los que las realizan y las tareas específicas que deben encarar. El manual focaliza el estudio, en tanto práctica que exige un trabajo detenido sobre los textos, y la resolución de las tareas de escritura que se solicitan en el nivel superior del sistema educativo, pero ambos se contrastan con los requerimientos de otros espacios sociales.

Atentas a la importancia de los conocimientos teóricos sobre la discursividad para alcanzar un desempeño adecuado, las autoras inician cada capítulo con excelentes síntesis de las problemáticas que abordan, en las que articulan, particularmente, los aportes de la Teoría de la Enunciación y de la Lingüística textual. Recorren, así, temas fundamentales como los géneros, los dispositivos enunciativos, los estilos, los registros, las figuras retóricas o las secuencias textuales. Entre estas últimas privilegian las expositivas, explicativas y argumentativas y en relación con ellas se consideran procedimientos como el ejemplo, la reformulación, la analogía, el encadenamiento causal y la definición, además de las citas de autoridad, la concesión o la refutación. Asimismo, interrogan los modos de estructuración propios de cada tipo considerando tanto las regularidades más habituales como la perspectiva retórica. Buscan, así, desarrollar en sus destinatarios una sensibilidad textual que facilite y profundice el trabajo con textos académicos, estimulando la capacidad inferencial y estableciendo las bases que sostengan la producción y la interpretación.

Mara Glozman y Karina Savio avanzan progresivamente en el desarrollo de los temas gracias a actividades que, si bien contemplan la figura del docente y la interacción en el aula, implementan un andamiaje suficiente y preciso que permite que puedan ser resueltas por el estudiante. Por otra parte, al final del manual, responden a las consignas, orientan sobre su resolución y sugieren recorridos posibles, completando así la tarea pedagógica emprendida.

Los textos en los que se basan las actividades, muy bien seleccionados, provienen de diferentes campos del saber y ponen en relación al lector con autores, temas o tradiciones que han marcado la vida de nuestras sociedades o que han tenido un peso decisivo en los debates científicos o pedagógicos. Algunos fragmentos se centran en aspectos significativos del estudio del lenguaje que no solo sirven para contextualizar las opciones teóricas del manual, sino también para identificar líneas ineludibles del pensamiento lingüístico contemporáneo.

Las preguntas que orientan las tareas que se requieren están destinadas a intervenir en el aprendizaje de estrategias comprensivas que permitan relacionar los conocimientos que el estudiante ha adquirido con la información provista por el texto, además de facilitar la resolución de ejercicios de escritura de diferente alcance, que ponen en juego variadas modalidades textuales. En todos los casos se hace visible la importancia de la lectura y la escritura en el desarrollo de los aprendizajes y se trata de que los alumnos vayan internalizando modos de interrogar tanto los textos como sus propias prácticas. Así podrán formular las preguntas que les permitan evaluar su comprensión, regular el ingreso de conocimiento previo, reparar en los problemas que el texto plantea y profundizar en el tema abordado.

Cierran los capítulos indicaciones normativas (referidas a la tildación, la concordancia, los signos de puntuación, la correlación verbal y el uso de los pronombres relativos) que tienen en cuenta el registro propio de los textos académicos y que tienden a facilitar el paso de los mecanismos heterorreguladores a los autorreguladores, de allí que las titulen “pautas de autocorrección”. En la medida en que esas normas se dominen se podrán derivar recursos cognitivos a la atención de otros aspectos del texto en una instancia crucial como es la revisión del escrito.

A lo largo de los capítulos, aunque las problemáticas consideradas se acentúen en algunos de ellos, se atiende a temas lingüístico-discursivos esenciales para la lectura y escritura, sobre todo de textos complejos como los que circulan por el medio académico. Así se abordan, entre otros, conectores, anáforas, tipos de encadenamientos secuenciales y modos de insertar enunciados referidos. En todo momento se conjugan la lectura y la escritura y se muestra cómo los saberes adquiridos mediante la reflexión metalingüística en una práctica se transfieren a la otra.

A los aspectos enunciativos considerados se agregan los procedurales: búsqueda de información, contraste de fuentes, elaboración de fichas y de cuadros, planes, borradores, estrategias de revisión. Se insiste en los modos en que la lectura es convocada en la escritura: materiales previos a un trabajo, relecturas a medida que se escribe o al finalizar, representación del lector previsto. Y se orienta respecto de cómo la lectura apela a la escritura incluso en gestos aparentemente menores como los subrayados, la toma de notas o las reflexiones en los márgenes, en lo que interviene el propio proceso comprensivo y la representación de la tarea que se debe realizar. Los ejercicios que las autoras proponen, así como las orientaciones para su resolución, activan el paso de una práctica a la otra.

En muchos casos las tareas solicitadas en el medio universitario exigen la integración de fuentes. Esto implica no solo la comprensión de los textos involucrados, sino también la capacidad de reconocer vínculos intertextuales que puedan establecer enlaces conceptuales y retóricos como, por ejemplo, acuerdo / disenso, coincidencia / contradicción. Conscientes de la importancia de estas operaciones, las autoras destinan un capítulo a la complementación y confrontación de fuentes. En esto es decisivo, además del volver reiteradamente sobre los textos, el reconocimiento de la orientación argumentativa de cada uno, de los diferentes puntos de vista que adoptan o del diálogo que un texto entabla con otros. Son pasos esenciales para asumir posiciones fundamentadas frente a las problemáticas a las que aquellos remiten.

Debemos destacar, finalmente, la importancia asignada a la contextualización de los textos de estudio, de allí que el manual proponga indagar en las condiciones de producción y de circulación, determinar el interdiscurso en el que los textos se inscriben y las memorias discursivas que activan. En estas búsquedas que el estudiante debe hacer colaboran la puesta en relación, en el despliegue didáctico, de textos cercanos temáticamente y las diversas indicaciones sobre los aspectos a los que hay que atender, entre otros, los datos del paratexto y los modos de buscar información confiable y actualizada.

En síntesis, el texto que presentamos surge de una reflexión sostenida, a partir de la experiencia docente en el nivel superior, orientada por un conocimiento detenido de los fenómenos discursivos y de los procesos de lectura y escritura. Esto lleva a que la claridad expositiva, propia de un emprendimiento didáctico, se acompañe de un rigor teórico apreciable a la vez que se seleccionan y jerarquizan los aportes de las ciencias del lenguaje en función de los aprendizajes que los estudiantes deben hacer. Este difícil equilibrio entre la implementación didáctica y la precisión conceptual, al que está sometido todo autor de manual, ha sido logrado acabadamente por las autoras.

Elvira Narvaja de Arnoux

Manual para estudiar textos académicos

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