Читать книгу Una madre es un piano triste - María Malusardi - Страница 26

Оглавление

Mi madre tiene veinticinco años. Teje pulóveres en una máquina Singer. Parece un teclado luminoso. La espío. La contemplo hacer. Dicen que mis ojos son como dos bosques. De tan verdes y espesos. Dos de oro, enfatizan mis abuelas. Me quedo parada y miro. Rociando el espacio con mi avidez maldita y detonante. Mi equilibrio aún duda de mí. Hace muy poco que camino. Me acerco despacio, impune, con un dedo en la boca. Teatralizo la inocencia. El asombro. La curiosidad es un rasgo que me atormenta y me atonta. Mi madre pasa al ras del teclado luminoso una especie de plancha con mango. Como una vertiente de semifusas sobre el piano, va y viene. Pasa y despasa. El sonido es viento. Música de trópico. Pájaros tristes que se llaman, se convocan para el amor. Así teje, cada día. Esperando a quién. Y logra un rectángulo grande y confuso, como para hacer de mí el relleno de un canelón. Levanta su tejido, como a una bandera. Me descubre, de pronto. He bajado sola de la cuna. No se alerta. Me mira. Exhibe al mundo su faena. Y me dice con orgullo creciente: es la espalda. Para tu padre.

Una madre es un piano triste

Подняться наверх