Читать книгу Una madre es un piano triste - María Malusardi - Страница 33

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Nace mi hermano. Estoy feliz pero no lo quiero en casa. El humo de la muerte me ha quitado la poca transparencia que da la vida. Mi hermano es pelirrojo. Mi madre le da la teta y le cambia los pañales. Yo miro, siempre miro el mundo que me rodea e intento una trama posible para narrarme y merecerme. Dónde me ubico. Dónde quepo en esta historia. Dónde mi posibilidad y mi redención. Mi madre ha abandonado todo: el piano, la máquina Singer, la hora de la siesta. No a sus hijos. No a su esposo. Mi madre tararea la tristeza, araña el menoscabo, se sienta con dos agujas gruesas debajo de sus alas y a gran velocidad teje cuentos para otros. Un punto abajo, un punto arriba. Las agujas como dos espadachines. Golpecito y roce: me adormecen. Una bufanda y un gorro haciendo juego. Levanta ambas prendas en alto, como a dos banderas. Para vos. Enfática. El bebé llora. Mi padre llora. El mundo agita sus balcones. Y siempre, mi familia y yo, al borde del final. A punto del telón. Puntada y media y un desgarro. Y al cabo de un cerramiento, desploma cortina de hierro. Nunca más florece la familia.

Una madre es un piano triste

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