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Concentración estructural y centralización geográfica

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La estructura de propiedad de los medios de comunicación condiciona –no necesariamente determina– el tipo de perspectiva editorial que estos presentan. Si bien no es el único factor que interviene en la construcción del discurso televisivo de actualidad, diversos estudios demuestran que existen correlaciones entre propiedad, contenidos y usos y consumos mediáticos (Albarran, 2010; Becerra y Mastrini, 2009; Curran, 1998; Ford, 1987; Garnham, 1997; McChesney, 2002; Winocur et al., e/p; Zallo, 2011). Por consiguiente, fue fundamental dar cuenta de esas relaciones que conforman la base productiva en la que se desarrollan los contenidos de los informativos de los canales bajo indagación. Esta es una de las fases comprendidas en nuestra investigación, cuyos resultados son desarrollados en el capítulo siguiente.

En términos metodológicos, el estudio de la estructura de propiedad no ofrece grandes secretos: se trata de identificar la composición societaria de las empresas licenciatarias de las emisoras de televisión, sus nexos comunes, sus asociaciones de dependencia directa e indirecta, y relacionarlos con las relaciones comerciales de provisión de programación, funcionamiento en red y composición de sus plantas gerenciales y de conducción periodística. Los estudios de la estructura de propiedad de los medios analizan regularidades y discontinuidades en las mencionadas relaciones, que es lo que la presente investigación realiza para los canales relevados.

Una de las características singulares de la televisión argentina es que, sin presentar formalmente una estructura de cadenas nacionales –históricamente prohibidas por las distintas regulaciones audiovisuales adoptadas desde 1957–, tal como ocurre en Brasil o en México, en los hechos hay lazos de asociación y dependencia creados desde las emisoras más grandes ubicadas en el AMBA con las del resto del país. Estos lazos, tempranamente analizados por Heriberto Muraro (1997), continúan vigentes en los canales de televisión de los centros urbanos más importantes.

Los principales canales de televisión abierta de las ciudades argentinas más pobladas reconocen en su estructura de propiedad vínculos societarios directos o indirectos, bien sea por la participación del mismo conglomerado multimedios en la sociedad o por la asociación o afiliación para la provisión de programación desde la ciudad capital al resto. Esta relación de propiedad, estructural, tiene repercusiones directas en el contenido que emiten las estaciones en Córdoba, Rosario y Mendoza, toda vez que las emisoras porteñas abastecen con su programación –en consecuencia, con la definición de su agenda, sus encuadres temáticos y, en parte, su construcción discursiva– a la televisión del resto de las grandes ciudades. Aunque fuera del corpus del presente estudio, la misma relación se reproduce en el resto del país, en particular en una suerte de vínculo especular que liga a las emisoras de las capitales provinciales con las otras localidades de cada provincia.

La distribución de contenidos producidos en AMBA es variable según la relación societaria y el tipo de acuerdo que sostienen con las televisoras de las demás ciudades, algo que afecta no solo a la programación exhibida en pantalla, sino, también y decisivamente, a las rutinas productivas de cada una de esas televisoras. Los canales de Rosario, Córdoba y Mendoza concentran la audiencia en un alto porcentaje y refuerzan el dominio que ejercen, como cabeceras, las emisoras de AMBA, Canal 13 y Telefe. La estructura de propiedad de los canales analizados en la investigación es detallada en los siguientes capítulos, pero además de la marca de dependencia con Buenos Aires operan en una red de empresarios y gerentes locales que tallan en la gestión de las emisoras.

El delito televisado

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