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De la planta a la esencia
Conservación

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El periodo máximo de conservación de plantas medicinales secas es de uno a dos años, aproximadamente. Es erróneo pensar que una esencia vegetal se conserva durante más tiempo, ya que sus principios activos son los mismos que los de la planta. El hecho de que esté más concentrada no mejora su longevidad. Por otra parte, una vez pasada su fecha de caducidad, puede llegar a ser más peligrosa que una planta seca. Efectivamente, la planta demasiado vieja no tendrá ninguna propiedad terapéutica, mientras que la esencia usada podrá haber experimentado una modificación de sus propiedades de manera negativa. Es el caso de la esencia de espliego, que en lugar de ser beneficiosa para la piel puede volverse irritante una vez que ha caducado. Es aconsejable, como medida de precaución, colocar en los frascos una etiqueta que indique, en rojo, la fecha de compra o, aún mejor, el periodo límite de validez.

Una buena conservación de las esencias se llevará a cabo en frascos herméticos (ya que estas se evaporan rápidamente) y opacos a la luz (ya que con frecuencia son fotosensibles). Al contacto con la luz, algunas esencias cambian de color y envejecen, como la esencia de matricaria, que pasa del azul al verde y luego al marrón.

Por otra parte, esta modificación no se debe tan sólo a la luz, sino también a la oxidación por contacto con el aire, cada vez que el frasco se abre. La temperatura ideal de conservación de las esencias se sitúa entre los cinco y los diez grados. El periodo máximo de dos años entre la extracción de la esencia y su utilización necesita estar garantizado por las distribuidoras comerciales, ya que si el fabricante o el distribuidor venden esencias en mal estado, no hay manera de verificarlo. Mientras la distribución de los aceites esenciales sea libre, todos los abusos serán posibles.

A la espera de que los organismos públicos tomen medidas al respecto, imponiendo controles de calidad más estrictos, no habrá que fiarse más que de los aromaterapeutas experimentados. Tan sólo ellos podrán recomendar proveedores serios. Un criterio de calidad es el hecho de que el proveedor de la esencia esté asociado con un laboratorio de análisis, o mejor aún, que tenga su propio laboratorio integrado. Así, puede controlar permanentemente la evolución cualitativa de su almacén de esencias, desde la fabricación (o más bien de la extracción) hasta la comercialización.

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