Читать книгу Psicopoética - Raúl Ernesto García - Страница 10
Conjunciones
ОглавлениеEn el lenguaje se confronta siempre la figura del verbo ser y la figura de la conjunción, es decir, la y. “Estos dos términos solo aparentemente se entienden y se combinan, puesto que uno actúa en el lenguaje como constante y forma la escala diatónica de la lengua, mientras que el otro lo pone todo en variación, constituyendo las líneas de un cromatismo generalizado. De uno a otro todo cambia”.7 Por eso para Deleuze y Guattari resulta necesario analizar la conjunción “y” no exclusivamente como el nexo de unión de dos momentos expresivos, sino como la forma clave de toda posible conjunción de mundos, forma que logra cuestionar la lógica entera de una lengua porque socava la primacía del verbo ser como instancia fija, estable o invariable: la disyuntiva versus la conjunción.
Pensar en tales conjunciones implica de algún modo admitir la presencia (simultánea) de una especie de lengua extranjera al interior de la propia. O bien, recuperar uno mismo cierta condición de extranjero al hablar su propio idioma. Un cierto desfasaje, una cierta incongruencia, una distancia entre lo que se dice y la forma irrepetible (incluso extraña) en que se dice. Se trata de admitir la presencia de cierto tartamudeo del lenguaje total y no solo de la palabra pronunciada. Pensar la lengua como despliegue intermitente, como balbuceo, como texto no concluido, como ámbito parasitado por la variación –digamos, transido por el movimiento de “y”–. Ser bilingüe o multilingüe en la propia lengua significa subrayar el carácter ilegítimo de una paternidad discursiva, autoritaria o indiferente. Significa apelar al mestizaje enunciativo. Significa también el advenimiento de la intensidad y de la soltura inventiva en el hablar.