Читать книгу La experiencia del tiempo - Ricardo Gibu Shimabukuro, Ángel Xolocotzi Yáñez - Страница 14
Referencias bibliográficas
ОглавлениеBACHELARD, G. (1932) L’intuition de l’instant, París, Stock.
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* Traducción del alemán: Ángel Alvarado Cabellos (Bergische Universität Wuppertal).
1. Husserl añade: “lo real que se constituye en lo prerreal”.
2. Asimismo el § 39 de las Lecciones del tiempo.
3. Ciertamente, el espacio juega asimismo un rol importante; desarrollar este punto aquí, no obstante, nos dispersaría del marco de la presente reflexión.
4. Debe insistirse, con ello, en que el tiempo no es ninguna forma.
5. El “estar fuera” y el “estar dentro” se remiten, en este punto, mutuamente. No hay “estar dentro” que no sea al mismo tiempo “estar fuera” y no hay “estar fuera” que no esté anclado en un “estar dentro”. El “estar fuera” es aquí la traducción literal de ek-histemi (“existir”, ver antes), mientras que “estar dentro”, “mantenerse en el interior” (Innestehen, Instand, Inständigkeit) deben ser entendidos, por un lado, en contraposición con “estar-enfrente”, “ob-jeto”, “ob-jetualidad” (Gegenstehen, Gegenstand, Gegesntändlichkeit), y, por otro lado, como un mantenerse “endógeno” en el “estar dentro” del Dasein.
6. Esta es para Heidegger la característica fundamental de la temporalidad originaria, de manera “derivada”, el tiempo como pura autoafección puede dar lugar asimismo a la pura sucesión de ahoras.
7. “Este tender-desde-sí-mismo-hacia (Von-sich-aus-hin-zu)… y regresar-a-sí (Zurück-auf-sich) constituye […] el carácter espiritual del espíritu (Gemüt) como un sí-mismo finito”.
8. Esto ha sido mostrado por Schelling en los Weltaltern y por Heidegger en los Grundbegriffen der Metaphysik.
9. Cf. nota al pie 10.
10. Cf. el tratado redactado en 1790 Über die Fortschritte der Metaphysik seit Leibniz und Wolf.
11. Por ello, la melodía es el peor y más inadecuado ejemplo pensable para la constitución de la conciencia del tiempo. Nuestra experiencia temporal es siempre inestable; el tiempo continuo es, en ese sentido, la gran excepción.
12. Estos conceptos deben ponerse entre comillas, dado que, al no tratarse evidentemente de una intencionalidad de acto y que el esquema “aprehensión/contenido de aprehensión” no puede ya ser empleado, no es posible hablar más de una “intencionalidad” en sentido estricto. Utilizamos, por ello, la expresión “in-tencionalidad”, donde “in” expresa tanto una interioridad como una negación. Con esta expresión, entra a colación una ambivalencia particular que Levinas señaló por primera vez (en De otro modo que ser o más allá de la esencia) con el término “condición o in-condición”.
13. Dado que el “núcleo originario” y los núcleos “retencionales” y “protencionales” están todos ellos entrelazados, puede hablarse con relación al proceso originario –de manera correspondiente con la significación ya establecida de “in-tencionalidad”– de “omni-in-tencionalidad” (All-In-tentionalität).
14. Se debe resaltar este concepto, como ya se ha podido concluir a partir del pie de página precedente, puesto que arroja una nueva luz a la estructura originaria de la intencionalidad, que la construcción fenomenológica hace patente.