Читать книгу Elige solo el amor: La morada santa - Sebastián Blaksley - Страница 14

II. El lenguaje amoroso

Оглавление

Una de las maneras más fáciles que tienes para observar si estás conectado o no con la dulzura de tu corazón es el lenguaje que usas. Los corazones duros hablan de un modo áspero. Su lenguaje desune, es poco tolerante y deja siempre un regusto a quien lo da y a quien lo recibe.

Hablamos de estas cosas porque ahora estás en perfectas condiciones de dejar ir todo lo que no procede del amor. Puedes distinguir entre los pensamientos amorosos y los que no lo son por su aspereza. Unos son burdos y carentes de sutileza. Los otros son sutiles, dan alegría y extienden gozo tanto para el que los da como para el que los recibe. Unos dan miedo, los otros dan amor.

Recuerda que estos son los tiempos de María. Los de la dulzura del amor. Estás viviendo en un tiempo en que los espíritus están en condiciones de expresar la belleza del alma como era en el principio. Comencemos ahora mismo. Aquí, desde esta llamada que el amor te hace a ti. Allí donde creas estar. Sin dilaciones. Sin detenerte en consideraciones que solo demoran la llegada de la expresión de la ternura de Dios.

Solo los limpios de corazón pueden expresar la bondad del señor. Esto se debe a que solo los que tienen una mirada limpia, es decir, los que viven en la verdad, permiten que su ser exprese lo que Dios es.

Dios es verdad. Esto quiere decir que para que todo lo que Dios es se manifieste en ti, es necesario que vivas en la verdad. Vivir en la verdad es humildad. La verdad es un camino. Un camino que comienza contigo mismo. Dicho de otro modo, ser veraz contigo mismo es la base para que el amor de Cristo que eres se exprese en razón de lo que él es. No eres otra cosa que él.

¡Amado de la verdad! Si no vives como el Cristo viviente que vive en ti, entonces el amor perfecto que eres tiene que esperar en el centro de tu ser, como si estuviera encerrado dentro de un cofre muy hermoso, esperando a que le llegue el tiempo de dar a luz todo un universo de amor y verdad.

¿Verdad que a pesar de que los cuerpos tienen la potencialidad de engendrar, no siempre lo hacen, por diversas razones? Lo mismo ocurre en tu corazón. Si no permites que el amor fecundo dé a luz, la luz de Cristo no se extiende desde ti, aunque viva en ti. Esto es lo mismo que decir que si no permites que el poder de Dios se funda con la ternura del amor, entonces el ser que eres deja de extenderse libremente y tus capacidades o talentos quedan opacados.

En última instancia, lo que estamos postulando aquí es que la verdad reside en la unidad de la fuerza y la ternura del amor. Dos aspectos de una misma dimensión divina. Recuerda que en Dios no existe separación, ni costura de ninguna especie, de modo tal que no existe tal cosa como el poder aquí y la dulzura allá. Ambas son una.

Elige solo el amor: La morada santa

Подняться наверх