Читать книгу Elige solo el amor: La morada santa - Sebastián Blaksley - Страница 9
Preludio
ОглавлениеAmada del alma mía, morada santa donde me regocijo en toda mi gloria. Eres la delicia de mi corazón. Tu dulzura es como un bálsamo de ensoñación en el que el universo se sumerge en un éxtasis de amor y contemplación. Eres delirio de un Dios que es infinita bondad y belleza sin comparación.
Los ángeles cantan las sinfonías del reino (donde la luz brilla eternamente), comienzan a entonar un nuevo himno de alabanza y gratitud en honor a tu hermosura.
¡Oh, éxtasis de los serafines! ¡Cántico sagrado! ¡Vaso de sabiduría donde se vierte el néctar de mi divinidad! Refugio de amor santo. En ti habito desde antes de que exista el tiempo. En ti aleteo y gimo de amor desde siempre.
Soy aquello que sostiene el universo. Lo que da luz a la luz del mundo. Lo que hace brillar el sol y nacer toda luminiscencia. Soy la pura inteligencia del amor. Soy la dulzura de Cristo que vive en ti. Soy milagro. Soy palabra. Soy todo lo santo, lo bello, lo perfecto. Soy uno contigo.
Alma enamorada y amante, permanece en mí como yo permanezco en ti. Juntos haremos que la luz que nunca se apaga brille más y más, hasta iluminar la tierra con nuestro amor. Sumérgete en los abismos del misterio de la creación. De nuestra unión surgirán nuevos universos infinitos en los que solo morará la paz que no tiene principio ni fin. Amor sin barreras. Amor divino. Amor de santidad.
Antes de que el mundo existiera, existíamos tú y yo.
Antes de que el tiempo echara a andar y a todo lo que es de la tierra le pusiera un final, existíamos tú y yo.
Antes de que cualquier pensamiento fuera pensado, existíamos tú y yo.
Unidos somos la eternidad del amor. Somos luz que brilla en todo lugar. Somos océano infinito de sabiduría y verdad. Somos la morada santa. Somos la dulzura del amor extendiéndose por siempre.
Juntos vamos por todos los universos, creando estrellas y mundos, jugando como enamorados santos el juego del amor hermoso.
¡Oh, hija de mis entrañas! ¡Amada de mi ser! Comencemos un nuevo día cada día, ambos llenos de amor y bondad. Permite que mi dulzura te abrace, que mi belleza te envuelva y que la luz de mi gloria penetre en tu ser, de tal modo que hagamos nacer un nuevo amor en cada mañana, cada atardecer y cada noche.
En razón de nuestra unión un ave que tenía el ala herida retomará la majestuosidad de su vuelo. Un corazón quebrantado comenzará a cantar de nuevo. Y de un manantial que se había secado comenzará a brotar agua de vida eterna.
Tú y yo unidos por siempre en el amor, somos una sola alma. Un solo corazón santo. Un solo ser. Unidos somos la morada santa donde nuestra belleza brilla eternamente con un resplandor más grande que la luz del sol. Somos la fuente de la luz y de la vida.
Unidos somos la dulzura del amor.