Читать книгу Robada (versión latinoamericana) - Tess Stimson - Страница 16

Desde mi punto de observación oculto, veo a la niña correr por la playa, con su pelo platino ondeando detrás de ella como una bandera descolorida. Finge ser un avión o un pájaro quizá: tiene los brazos extendidos mientras se lanza en picada y se zambulle en la arena.

No hay nadie con ella. Nadie la vigila.

Excepto yo.

La niña se detiene de pronto y se deja caer sobre su gordo trasero en la arena. Se quita las sandalias, las arroja al mar y ríe con deleite cuando la marea se las lleva enseguida. Es difícil no sonreír al verla. Aun es lo bastante joven como para estar libre de los debería y los tener que. Es impulsiva, vive el momento. Salta con deleite por la playa con los pies descalzos, su falda húmeda aletea contra sus pantorrillas y, por un instante, me pregunto a qué edad dejamos de saltar y nos rendimos a la disciplina peatonal de caminar y correr.

Me alegro de que se divierta ahora, porque sé que se asustará cuando me la lleve. No puedo evitarlo, pero me aseguraré de que todo acabe lo antes posible.

La niña se acerca más a la orilla, sin advertir mi presencia cuando emerjo de las rocas detrás de ella, y reprimo mi instinto de alejarla del borde del agua y decirle que tenga cuidado, que la marea es más fuerte de lo que parece. La vida es peligrosa. Si no lo sabe ya, pronto lo sabrá.

Y la mayor amenaza para ella no es el mar.

Soy yo.