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Introducción

El profeta pródigo

Como la mayoría de personas que se criaron yendo a la iglesia, había oído hablar de la historia de Jonás desde que era niño. Sin embargo, como pastor que enseña la Biblia, había experimentado varias fases de desconcierto y asombro ante este breve libro. Para el intérprete, el número de temas es un desafío. Parece que trata acerca de tantas cosas…

¿Trata sobre el tema de la raza y el nacionalismo, ya que Jonás parece estar más preocupado con la seguridad militar de la nación que con una ciudad llena de personas perdidas espiritualmente? ¿Trata sobre el llamamiento de Dios a la misión, ya que Jonás primero huye, pero después va, aunque se arrepiente de haber ido? ¿Trata sobre las luchas que tienen los creyentes a la hora de confiar y obedecer a Dios? La respuesta sería sí a todas, e incluso a más. Hay un gran número de escritos académicos acerca de Jonás que revelan la riqueza de la historia, las distintas capas de significado y la aplicabilidad variada a la vida y al pensamiento humanos.1

Descubrí esa “aplicabilidad variada” a medida que prediqué acerca del libro de Jonás versículo por versículo tres veces durante mi ministerio. La primera fue en la primera iglesia en la que trabajé en un pueblo pequeño y obrero del sur de Estados Unidos. Diez años después, prediqué acerca de este libro a varios cientos de jóvenes profesionales y solteros en Manhattan. Después, una década más tarde, prediqué sobre Jonás los domingos, justo después de la tragedia del 11 de septiembre, en la ciudad de Nueva York. En cada caso, la ubicación cultural y las necesidades personales de la audiencia eran radicalmente distintas; sin embargo, el texto de Jonás fue más que capaz de hablar a los oyentes con poder. Un gran número de amigos me han dicho a lo largo de los años que los sermones que escucharon acerca de Jonás cambiaron sus vidas.

La narrativa de Jonás tienta al lector a pensar que se trata de un simple cuento, con la historia del gran pez como clímax dramático, pero inverosímil. Sin embargo, los lectores más atentos descubren que se trata de una obra de literatura ingeniosa y creada con mucha habilidad. Los cuatro capítulos de Jonás cuentan dos incidentes. En los capítulos 1 y 2, Dios da un mandato a Jonás, pero este no lo obedece. En los capítulos 3 y 4, Jonás recibe el mismo mandato de nuevo y esta vez sí que lo lleva a cabo. Los dos relatos se exponen siguiendo patrones completamente paralelos.


ESCENA 1 ESCENA 2

Jonás, los paganos y el mar Jonás, los paganos y la ciudad

JONÁS Y LA PALABRA DE DIOS

1:1 La palabra de Dios llega a 3:1 La palabra de Dios llega a

Jonás Jonás

1:2 El mensaje que debe trans- 3:2 El mensaje que debe trans-

mitir mitir

1:3 La respuesta de Jonás 3:3 La respuesta de Jonás JONÁS Y EL MUNDO DE DIOS

1:4 El aviso 3:4 El aviso

1:5 La respuesta de los paganos 3:5 La respuesta de los paganos

1:6 La respuesta del líder pagano 3:6 La respuesta del líder pagano

1:7ss. Cómo la respuesta pagana 3:7ss. Cómo la respuesta pagana fue mejor que la de Jonás fue mejor que la de Jonás JONÁS Y LA GRACIA DE DIOS

2:1-10 Cómo Dios enseñó a 4:1-10 Cómo Dios enseñó a

Jonás acerca de la gracia a través Jonás acerca de la gracia a través del pez de la planta

A pesar de ser un pasaje sofisticado en el plano literario, muchos lectores modernos lo desprecian ya que nos dice que un “enorme pez” se tragó a Jonás para rescatarle de la tormenta (Jonás 1:17). La manera en la que respondas depende de cómo leas el resto de la Biblia. Si aceptas que Dios existe y que la resurrección de Cristo es real (un milagro mucho mayor), entonces no hay nada en particular que sea difícil a la hora de leer Jonás de forma literal. Sin duda, muchas personas hoy en día creen que todos los milagros son imposibles, pero ese escepticismo no es más que eso: una creencia que en sí misma no se puede demostrar.2 No solo esto es así, sino que el texto no presenta ninguna prueba de que el autor se haya inventado el relato del milagro. Un escritor de ficción añade elementos sobrenaturales con el fin de darle emoción o montar un espectáculo y llamar la atención del lector. Sin embargo, este autor no saca partido de este suceso de esa forma. El pez únicamente aparece en dos versículos breves y no hay detalles descriptivos. El autor informa de ello más bien como si se tratase de un simple hecho de lo que ocurrió.3 Así que no debemos distraernos con el pez.

La estructura tan cuidada del libro revela los matices del mensaje del autor. Ambos episodios revelan cómo Jonás, un creyente defensor de la religión, trata y se relaciona con personas que son diferentes a él en cuestiones de raza y religión. El libro de Jonás proporciona un mayor entendimiento acerca del amor de Dios por las sociedades y por los pueblos más allá de la comunidad de creyentes, habla acerca de su oposición al nacionalismo tóxico y al desprecio por otras razas y trata sobre cómo formar parte “de la misión” en el mundo a pesar del poder sutil e inevitable de la idolatría en nuestras vidas y corazones. Comprender estas ideas puede convertirnos en constructores de puentes, pacificadores y agentes de reconciliación en el mundo. Este tipo de personas son las que necesitamos en este momento.

Sin embargo, para entender todas estas lecciones y aplicarlas a nuestras relaciones sociales, tenemos que ver que la enseñanza principal de este libro no es sociológica sino teológica. Jonás quería un Dios creado por él mismo, un Dios que simplemente castiga a los malos, por ejemplo, los ninivitas malvados y bendice a los buenos, por ejemplo, Jonás y sus compatriotas. Cuando el verdadero Dios, no el dios falso de Jonás, aparece una y otra vez, Jonás se pone furioso o se desespera. Para Jonás, el Dios verdadero es un enigma pues no puede reconciliar la idea de la misericordia de Dios con su justicia. Jonás se pregunta: ¿Cómo puede Dios ser misericordioso y perdonar a personas que han sido tan violentas y malvadas? ¿Cómo puede Dios ser a la vez misericordioso y justo?

El libro de Jonás no contiene la respuesta a esa pregunta. Sin embargo, como parte del conjunto de la Biblia, el libro de Jonás es como un capítulo que promueve el argumento general de las Escrituras. Nos enseña a mirar hacia delante a aquel que se llamó a sí mismo el Jonás definitivo (Mateo 12:41) de manera que pudo ser justo y, al mismo tiempo, justificar a aquellos que creen (Romanos 3:26). Solo cuando los lectores comprenden del todo este evangelio, no serán ni explotadores crueles, como los ninivitas, ni creyentes farisaicos, como Jonás, sino hombres y mujeres a los que el Espíritu ha transformado y ha hecho semejantes a Cristo.

Muchas de las personas que han estudiado el libro se han dado cuenta de que en la primera mitad Jonás actúa como el “hijo pródigo” de la famosa parábola de Jesús (Lucas 15:1124), que huyó de su padre. Sin embargo, en la segunda parte del libro, Jonás es como el “hermano mayor” (Lucas 15:2532), que obedece a su padre, pero le reprende por mostrar gracia a pecadores arrepentidos. La parábola termina con una pregunta del padre hacia el hijo farisaico, del mismo modo que el libro de Jonás termina con una pregunta para el profeta farisaico. El paralelo entre las dos historias, que quizás Jesús tuvo en mente, es la razón que explica el título de este libro, El profeta pródigo.

El profeta pródigo

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