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La historia del arte como historia de la libertad del arte
ОглавлениеLa modernidad, entonces, es la expresión de diferentes teorías que sustentan la creencia en el futuro del arte (del cual los “ismos” serían las instancias) y en la historia como un desarrollo progresivo de la humanidad (de la cual las vanguardias artísticas serían las exploradoras). Pero al mismo tiempo, los presupuestos filosóficos que habían permitido a la modernidad creer en el futuro y en el progreso del arte comienzan a derrumbarse; según Danto el alcance de este acontecimiento se aclara en la década de 1960 con el pop art, que artísticamente caracteriza el pase de la modernidad a la posmodernidad. Con la posmodernidad entramos en la época de la multiplicidad, donde todos los metarrelatos pueden convivir con iguales derechos históricos. Pero, dice Danto, tener muchos relatos es como no tener ninguno, y por esto Belting puede hablar de fin de la historia del arte. Entonces, ahora estamos en una situación indeterminada y contradictoria, ya que no tenemos instrumentos que permitan explicar la complejidad del fenómeno artístico (por ejemplo las dificultades de la historia del arte para entender el arte contemporáneo) y, al mismo tiempo, la estética del arte por el arte y la modernidad no pueden explicar ni adaptarse a la posmodernidad.
Estos elementos permiten a Danto recuperar el pensamiento de Hegel por el lado de la historia del arte. La conquista de la modernidad, la libertad del arte de ser sí misma, coincide con la autoconciencia del arte y el cumplimiento de su transformación en filosofía. Por medio de Hegel, concluye Danto, es posible integrar coherentemente la historia del arte como mimesis y los manifiestos de la modernidad dentro del proceso de autoformación del arte, que llega a ser consciente de sí mismo. En este sentido, acaban tanto el arte como su historia.
Finalmente, también en este caso, Danto deja abierta una posibilidad, y lo hace apoyándose en la teoría de los ciclos de Spengler. Como en la historia de la humanidad las civilizaciones tienen ciclos de nacimiento, vida y muerte se repiten, una civilización sustituye a la otra en términos que no permiten equipararlas entre ellas, lo mismo se podría pensar para el arte. Entonces el arte podría tener un futuro, lo que es cierto es que es nuestro arte el que no lo tiene.