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Conocimiento y verdad

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Ahora bien, falta definir con mayor precisión la naturaleza del incremento ontológico, es decir, el papel del conocimiento y de la verdad. Gadamer explica este punto así: el placer del juego, antes que todo, es un placer cognitivo; es el conocimiento de la forma del juego (o de la obra de arte) que constituye el placer. El conocimiento cambia definitivamente al jugador y su mundo, porque es algo más grande (incluye la historia, la cultura, la belleza, etcétera) que el mundo del jugador.

Gadamer encuentra la razón en el concepto originario de mimesis, que no es simplemente la imitación de la naturaleza así como se entiende en el contexto estético hodierno, sino la representación y el conocimiento de lo divino o de la verdad que se manifiesta por medio de la naturaleza y de la interpretación del artista. Este contacto con lo divino (que permanece en el arte con o sin la imitación de lo natural), constituye el incremento de verdad que la obra produce y que actúa no solo en el espectador, que lo recibe a través del artista, sino también en el mismo artista, quien no inventa genialmente un nuevo contenido de verdad, sino que lo reconoce en la naturaleza, en la cultura y en la historia.

También para el artista la obra es un momento del encuentro con la verdad, porque dentro del arte hay algo más de lo que puede poner el artista o el espectador. La obra de arte es, entonces, una totalidad de sentido, en la cual la función de medio es una parte constitutiva. Funcionar como medio de comunicación entre la verdad, el artista y el espectador significa para estos compartir una experiencia de encuentro con la verdad. La experiencia artística es, así, una experiencia de integración, intercambio y comprensión, desde luego un evento propiamente hermenéutico.

El significado hermenéutico de la obra de arte es un evento que para manifestarse necesita la copresencia del mundo y de lo vivido del lector, y por esta razón las obras de arte son intrínsecamente abiertas a diferentes interpretaciones y pueden hablar al presente desde el pasado de su historia. El fundamento del proceso hermenéutico, es decir la verdad hermenéutica, presenta para Gadamer, como señala Vattimo, algunos problemas. Pero, antes de hablar, con Heidegger y Vattimo, de este aspecto, me parece interesante confrontar la transmutación en forma con el hic et nunc y el aura de Benjamin, así se facilitará la identificación de las implicaciones de la conciencia estética en la tecnología.

La forma emergente

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