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Primera parte
EN BUSCA
DEL SEXTO SENTIDO
DE LA OBSERVACIÓN
A LA CONSTATACIÓN
• Variabilidad de la información

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Hemos intentado mostrar antes que una información dada es de interés variable para cada uno. ¿Qué pasa con la información global que está a disposición de todos? Está claro que lo positivo está en la información misma, pero no está menos claro que el beneficio no existe más que para el que la va a recibir. Cualquiera que sea el interés propio de una información, la variabilidad de este interés es específica para cada uno. La mejora de un sentido dado reposa sobre dos condiciones: la experiencia o el entrenamiento, y el deseo, vocación o necesidad. Admitiendo que todos estamos dotados de los mismos cinco sentidos, ¿tenemos todos los mismos deseos o necesidades? Evidentemente, no. Incluso cuando dos personas tienen los mismos deseos, ¿acertarán a satisfacerlos de la misma manera? No, sin embargo pueden ver, oír, y sentir las mismas cosas. Si pedimos a dos alumnos del último curso que describan su instituto, el resultado será diferente. Más allá de la capacidad de recepción de nuestros sentidos, que podría ser más o menos igual físicamente en todos los individuos, hay un primer elemento que genera una dinámica de organización antes que de almacenamiento. Este primer elemento se alimenta de tres carburantes: la necesidad, el deseo y la curiosidad. Es el espíritu. Su característica no es estar completo sino ser siempre mejorable.

Esta posibilidad crea una dinámica fuerte o débil propia de cada uno, que entrena su utilización con un rendimiento más o menos bueno del intelecto. Este es el motor que funciona ante la demanda del espíritu. Parece una oficina de tratamiento o de reciclaje de la información. Su característica es ser potente o débil.

El sexto sentido

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