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V. NOTA BIBLIOGRÁFICA
ОглавлениеSobre los papiros mágicos se produjo una considerable cantidad de literatura, no siempre buena y, a menudo, desacertada, desde finales del siglo pasado hasta los años treinta del actual. Desde entonces es muy escaso lo que se ha escrito sobre ellos. Todo lo publicado hasta 1926 puede consultarse en el artículo de K. Preisendanz, «Bibliographie der Zauberpapyri», Archiv für Papyrusforschung 8 (1926). De todas formas se trata, por lo general, o bien de publicaciones parciales o de artículos que pretenden clarificar tal o cual pasaje. Sigue sin existir una obra que estudie sistemáticamente la magia greco-egipcia tal como la revelan los papiros. La obra que más se acerca a ello, y que sigue siendo fundamental en muchos aspectos para la intelección del tema (sobre todo, el demonismo), es Th. Hopfner, Griechisch-ägyptischen Offenbarungzauber, vols. I, II (Studien zur Palaeographie und Papyruskunde), Leipzig, 1921-23. También hay un tratamiento inteligente de algunos aspectos fundamentales de la magia, especialmente en su relación con el «hermetismo», en el vol. I de La Révélation d’Hermès Trismégiste de A. J. Festugière (París, 1940).
Sobre la aportación de los papiros mágicos para un mejor conocimiento de la última fase de la religión griega, son importantes dos trabajos de Martin P. Nilsson: el cap. IV: «Die Mysterien und die Mysterienlehren», págs. 679 y sigs., de su magna obra Geschichte der griechischen Religion, Munich, 19743 , y el artículo «Die Religion in den griechischen Zauberpapyri», en Bulletin de la Societé des Lettres de Lund II (1947/8), recogido en sus Opuscula Selecta, vol. III, págs. 129 y sigs.
De todas formas ofrecemos a continuación una breve lista de aquellos trabajos que, en un sentido u otro, pueden resultar útiles al lector que quiera profundizar en algún aspecto de la magia greco-egipcia.
a) Ediciones:
K. PREISENDANZ, Papyri graecae magicae, Die griechischen Zauberpapyri, vols. I y II, Stuttgart, 19742 .
Las ediciones parciales anteriores a la de Preisendanz van citadas a pie de página en cada papiro.
b) Traducciones:
Mientras redactamos esta introducción nos llega la noticia de que ha aparecido el vol. I de una edición en inglés que lamentablemente no hemos podido consultar para nuestra traducción:
H. D. BETZ , The Greek Magical Papyri in Translation, Chicago, 1986.
c) Estudios sobre la magia greco-egipcia en general:
A. ABT, Die Apologie des Apuleius und die antike Zauberei, Lepzig, 1908 (en RGVV IV, 2).
F. ANAGNINE, «Sincretismo religioso-filosofico nei primi secoli dell’era cristiana», Bull. d’inform. et de liais. de l’Assoc. internat. des Ét. Patr. 31 (1928), 1-16.
A. AUDOLLENT, Tabellae defixionum quotquot innotuerunt, París, 1904.
J. BIDEZ -F. CUMONT, Les mages hellénisés, París, 1938.
E. A. W. BUDGE , Egyptian Magic, Londres, 1899 (reimpr. 1975).
—, Amulets and Superstitions, Londres, 1930 (reimpr. 1978).
W. BUCHHOLZ, «Abracadabra», Zeitschrift für Religion und Geistergeschichte 3 (1948), 525-546.
F. CUMONT, Oriental religions in Roman Paganism, N. York, 1956.
—, «Les anges du Paganisme», Rev. Hist. Rel. 62 (1915), 159 sigs.
A. DEISSMANN, Licht von Ostem, Berlín, 19234 .
A. DELATTE, «Études sur la Magie grecque», Bull. de Cor. Hell. (1914), 189-249.
A. DIETERICH, Abraxas, Leipzig, 1891.
—, Eine Mithrasliturgie, Leipzig, 19233 .
E. R. DODDS , Los griegos y lo Irracional (trad. esp.), Madrid, 1960 (esp. Apéndice II, «Teurgia»).
F. DORNSEIFF , Das Alphabet in Mystik und Magie, Leipzig, 19262 .
S. EITREM , Opferritus und Voropfer der Griechen und Römer, Oslo (= Cristianía), 1914.
—, «La Théurgie chez les Néo-platoniciens et dans les papyrus magiques», Symbol. Osloenses 22 (1942), 49-79.
—, «La Magie comme motif litteraire chez les grecs et les romains», Symbol. Oslenses 21 (1941), 39-83.
A. ERMAN , Die ägyptische Religion, Berlín, 19092 .
W. GUNDEL , Weltbild und Astrologie in den griechischen Zauberpapyri, Munich, 1968.
R. HEIM , «Incantamenta magica graeca latina», Jahrb. Class. Philol. Supp. (1893), 463-576.
TH . HOPFNER , «Mageia», art. en PAULY -WISSOWA , Realencyclopädie der Klass. Altertumsw., IX, págs. 301-393.
—, «Die Kindermedien in den griechisch-ägyptischen Zauberpapyri», en Rec. études Kondakov, Praga, 1926, págs. 65-74.
H. LEWY , Chaldean oracles and theurgy, El Cairo, 1956.
M. P. NILSSON , «Die Religion in den griechischen Zauberpapyri», Bull. Soc. de lettr. de Lund II (1947-8).
A. D. NOCK , «Greek Magical Papyri», Journ. of Egypt. Archaeol. 15 (1929), 233 sigs.
E. PETERSON , Heis Theós, Gotinga, 1926.
—, «Engel und Dämonennamen», Rhein. Mus. 75 (1926), 393-419.
K. PREISENDANZ , «Bibliographie der Zauberpapyri», Arch. f. Papyrusforsch. 8 (1926).
R. REITZENSTEIN , The Hellenistic Mystery-Religions (trad. ingl.), Pittsburgh, 1978.
—, Poimandres, Leipzig, 1904.
R. REITZENSTEIN -H. H. SCHAEDER , Studien zum antiken Synkretismus aus Iran und Griechenland, Leipzig, 1926.
H. RIESENFELD , «Remarques sur les hymnes magiques», Eranos 44 (1946), 153 sigs.
R. WUENSCH , Aus einen griechischen Zauberpapyrus, Bonn, 1911.
—, Antike Fluchtafeln, Bonn, 1907.
—, «Zur Geisterbannung im Altertum», Festschr. z. Jahrhundertfeier der Un. Breslau (1911), 9-32.
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1 M. F. LENORMANT (Catalogue d’une collection d’antiquités égyptiennes, París, 1857) incluye el P IV en lo que él llama «frommage gnostique».
2 Cf. Fragment of a Graeco-Egyptian Work upon Magic, Cambridge, 1852.
3 Cf. Zwei griechische Zauberpapyri des Berliner Museums, Berlín, 1865.
4 Papyri graeci Musei Antiquarii Publ., II, Leiden, 1885.
5 «Griechische Zauberpapyrus von Paris und London», Denk. Wien. Ak. 36 (1888), y «Neue griechische Zauberpapyri», ibid. 42 II (1893).
6 Especialmente en Eine Mithrasliturgie, Leipzig, 19233 , aunque ya lo sugiere anteriormente en Abraxas, Leipzig, 19233 . Desde un principio se opusieron a esta idea F. CUMONT , Oriental religions in Roman Paganism, Nueva York, 1956; R. REITZENSTEIN , The Hellenistic Mystery. Religions (trad. ingl.), Pittsburgh, 1978, y otros.
7 Cf. The Hellenistic…, y Poimandres, Leipzig, 1904.
8 En esta Introducción no vamos a entrar en este terreno valorativo, así como tampoco en los problemas del sincretismo religioso. Para ello remitimos al lector a M. P. NILSSON , Geschichte der griechischen Religion, II, Munich, 19743 , y al excelente resumen que ofrece en Historia de la religiosidad griega (trad. esp.), Madrid, 1953, págs. 115 y sigs.
9 Para hacerse una idea de la envergadura de los trece primeros, baste saber que en la edición de PGM solamente el primer volumen comprende del P I al P IV y que, de 435 páginas de texto entre ambos volúmenes, los trece primeros ocupan 331.
10 Cf. The demotic magical Papyrus of London and Leiden, editado en Oxford, 1921, por F. LL . GRIFFITH y H. TOMPSON.
11 DIETERICH en Abraxas…, págs. 136 y sigs., trata de deducir, a partir de las dos versiones del papiro, lo que él considera la «versión originaria». Cf. también la interpretación de REITZENSTEIN en Hellenistic…, págs. 204 y sigs.
12 La datación de la mayoría es segura, dentro de los límites que se marca la propia papirología cuando no hay un indicio absolutamente decisivo. No obstante, en algunos casos incluso papirólogos notables, como Schubart, han corregido una primera datación. El caso más llamativo es el del P I que SCHUBART fechó en un principio en los siglos V/IV (Papyri graeci berolinenses, Bonn, 1911), pero luego lo rebajó al III en Griechische Palaeographie, Munich, 1923.
13 Cierto que son fragmentarias, pero, aun así, la diferencia es obvia. En todo caso la primera epaoidé está prácticamente completa (sólo faltan de 6 a 8 letras entre la rúbrica y el comienzo) y no hay invocación a dioses ni palabras mágicas. Tanto ésta como la siguiente sólo contienen frases que tratan de influir homeopáticamente sobre el enfermo. Cf. L. KOENEN, en Chronique d’Égypte 37 (1962), 167 sigs.
14 En la teocracia que caracteriza al sincretismo de la época helenística y posterior, al dios Supremo se le dan indiferente y, a veces, conjuntamente los nombres de divinidades importantes de varios pueblos. Así, los hebreos: Iao, Adonáis, Sabaot; los egipcios: Amón, Fre (Ra) etc.; los babilonios: Bel, Semesilam; los griegos: Zeus, Helios, Apolo. Otras veces son nombres creados ad hoc para representar el Tiempo, el Año o la Eternidad, como Eón Acéfalo o Abrasax, e incluso puros palíndromos como Ablanatanalba, etc. A menudo, sin embargo, todos éstos no son más que servidores subordinados al Ser Supremo a quien no se nombra porque su Nombre nadie puede conocerlo.
15 Especialmente en las Pharmakeútriai de Teócrito y algunas alusiones en autores de la Comedia Nueva.
16 No queremos referirnos en esta Introducción a todo aquello que pertenece simplemente a la mántica en sus diferentes formas: oráculos, sortilegios, etc., si no va acompañada de acciones rituales y otras características de la magia.
17 En las Etiópicas de Heliodoro uno de los personajes es un mago. Sobre este papiro, cf. C. BONNER, «A papyrus describing magical powers», Trans. Amer. Phil. Asoc. (1921), 111-118.
18 Probablemente, un médico del siglo V d. C.
19 Cf. JÁMBLICO, De mysteriis IX 1.
20 Es bien sabido que Apolonio de Tiana nunca se comportó como un mago y que, incluso, atacaba a la magia. Sin embargo, curiosamente en el lib. IV, cap. 5 de la Vida de Apolonio de Tiana, se cuenta cómo este taumaturgo desenmascaró en Corinto a una empusa que, convertida en mujer joven, vivía con un tal Menipo de Licia y le proporcionaba todas las riquezas imaginables. Si esta anécdota, «precisamente la más famosa de Apolonio», según afirma el propio Filóstrato, está en la base de la presente práctica mágica, resulta un indicio muy interesante sobre la forma como los magos acrecentaban el acervo de sus prácticas.
21 Sobre esta figura divina, cuya representación plástica aparece en II (reprod. en Tafel I de PGM ), una figura sin cabeza humana, pero con cinco cabezas de serpiente, con un cetro (?) en la derecha y una rama en la izquierda, cf. K. PREISENDANZ, Akephalos, der Kopflose Gott («Der Alte Orient», Beiheft 8), Leipzig, 1926.
22 Cf. TH . HOPFNER, «Die Kindermedien in der griechisch-ägyptischen Zauberpapyri», Rec. Études Kondakov, Praga, 1926, págs. 65-74.
23 Una práctica similar de animación de estatuas mediante la asfixia de aves se describe en PORFIRIO, Vita Plotini 10 (cf. E. R. DODDS , Los griegos y lo Irracional [trad. esp.], págs. 269 y sigs.).