Читать книгу Fragmentos de poesía latina épica y lírica II - Varios autores - Страница 7
ОглавлениеALBINOVANO PEDÓN
Fue amigo de Ovidio aunque más joven que él, ya que Séneca el Joven (cf. infra) llegó a conocerlo; Marcial lo admiraba como poeta elegíaco y epigramático. En época de Tiberio, escribió un poema épico sobre la guerra contra los germanos, cuyo único fragmento conservado trata sobre la expedición de Germánico al Mar del Norte en 16 d. C. Cf. P. ROHDEN, RE I, 1314, s. v. Albinovanus, n. 5; H. DAHLMANN, Cornelius Severus..., págs. 128-137; E. COURTNEY, FLP, págs. 315-319; infra, «Fragmentos de autor desconocido», 48.
Hexámetros dactílicos.
SÉNECA, Suasor. I 15
Ninguno de ellos (los oradores latinos) fue capaz de expresarse con tanto brío como Pedón, que dijo sobre la navegación de Germánico:
Ya desde hace tiempo ven que han dejado a sus espaldas el día y el sol, y —desterrados de los confines conocidos del orbe, audaces por ir a través de tinieblas no permitidas hacia el borde de la realidad y las orillas últimas del mundo— [5] ven que ahora se alza éste, el Océano, el que lleva en sus inertes olas descomunales monstruos, el que por todas partes lleva feroces ballenas y perros marinos entre los barcos que ha atrapado. El propio estruendo acumula temores. Ya creen que la flota encalla en el fango y que la ha abandonado el soplo que la impulsaba, y que ellos, por culpa de [10] los hados inactivos, están a merced de las fieras marinas, que ahora, en su infortunio, van a despedazarlos. Y alguien, erguido en lo alto de la popa, empeñado en romper con su vista obstinada el aire ciego, cuando nada logró distinguir en el mundo que se les había arrebatado, derrama estas palabras [15] de su pecho angustiado: «¿Dónde nos llevan? El propio día huye, y el extremo de la naturaleza cierra en perpetuas tinieblas el mundo que nos queda. ¿O es que buscamos unos pueblos situados más allá, bajo otro polo y otro mundo que no han tocado 〈las guerras〉? Los dioses nos llaman de [20] vuelta, y prohiben a los ojos mortales conocer el final de las cosas. ¿Por qué violamos con nuestros remos mares ajenos y aguas sagradas, y perturbamos las apacibles moradas de los dioses?»