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INTRODUCCIÓN 1. COMEDIA MEDIA:
CONCEPTO, CRONOLOGÍA, FRAGMENTOS Y FUENTES

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Con el nombre de «Comedia Media» se designa aquel período de este género griego que transcurre entre las últimas obras de Aristófanes, con quien acaba la «Comedia Antigua», y la llamada «Comedia Nueva», entre cuyos poetas destaca Menandro.

Para acotar los límites cronológicos de la Comedia Media aplicamos varios criterios. Como fecha convencional de su inicio se toma el 404 a. C., año del final de la Guerra del Peloponeso, cuyas consecuencias en la historia política y social de Grecia fueron importantísimas y tuvieron un reflejo enorme también en la evolución de la literatura griega. Otros estudiosos redondean la fecha y la hacen coincidir con el inicio del siglo IV a. C., sin que nos evitemos, en cualquier caso, la cuestión de la transición de una etapa a otra de la comedia ática 1 .

Según un criterio histórico, el final de la Comedia Media se hace coincidir con la fecha de la batalla de Queronea (338 a. C.), tan decisiva para la historia de los griegos, o con el comienzo del reinado de Alejandro Magno dos años más tarde 2 . Según un criterio literario, con la aparición en el 321-320 a. C. de Menandro, el mejor conocido de los poetas de la Comedia Nueva. Dejando de lado tales precisiones, podemos decir, con Arnott 3 , que las últimas comedias de los poetas de la Mésē se representaron antes de los últimos treinta o veinte años del siglo IV a. C.

Durante el período de la Comedia Media la producción dramática en Atenas fue especialmente intensa. Tragedia y comedia siguieron, sin embargo, caminos diversos. Mientras los tres grandes trágicos, Esquilo, Sófocles y Eurípides, habían agotado las posibilidades de su género, la comedia experimentó una evolución que se adaptaba y respondía a las nuevas tendencias literarias y estéticas de una sociedad que asistía a la decadencia y disolución progresivas de la polis, al tiempo que se encaminaba al nuevo sistema de valores del mundo helenístico.

Podemos incluir en la Comedia Media las dos últimas obras conservadas completas de Aristófanes, Las asambleístas (391 a. C.) y Pluto (388 a. C.), así como los fragmentos de Cócalo y Eolosicón , las dos últimas comedias aristofánicas; y ello no sólo por cuestión de cronología, sino sobre todo porque reflejan ya un nuevo modelo de comedia, cuyos temas y forma se alejan de la producción aristofánica previa y se aproximan a la de los poetas cómicos posteriores 4 . Asimismo, otros poetas que representaron algunas de sus comedias después del 400 a. C. y, por tanto, deberían ser incluidos cronológicamente entre los poetas de la Mésē son asignados por la tradición a la Comedia Antigua por los mismos criterios que hacen de Aristófanes el mejor representante de ésta. Sin embargo, los títulos y fragmentos de algunos poetas cómicos incluidos en la Comedia Antigua, como Platón o Teopompo, nos resultan de gran utilidad para intentar reconstruir la evolución de la comedia griega en los últimos años del siglo V y los primeros del IV a. C 5 .

Anaxándrides, Filetero, Eubulo y Efipo constituyen la primera generación de poetas asignados a la Comedia Media. Su período de producción se sitúa a partir del 480 a. C., y más de la mitad de sus títulos conservados permiten suponer argumentos mitológicos. En el otro extremo, la carrera de Alexis, que se extendió hasta la década del 270 a. C., y una parte no reducida de cuyas obras puede datarse después del 320 a. C., supone el ejemplo más significativo de transición: sus personajes, tipos, escenas y situaciones prefiguran ya el material que la Comedia Nueva utilizará con normalidad.

Los criterios que nos permiten incluir a los poetas cómicos en una u otra de las etapas de la comedia griega son, pues, de diversa índole. Las fuentes de los fragmentos o las noticias antiguas sobre los poetas añaden a veces, junto al nombre del cómico, su pertenencia a la Comedia Antigua, Media o Nueva. En ocasiones, los fragmentos incluyen alguna alusión histórica o biográfica que nos permite datar la comedia a la que pertenecen los versos. Un criterio más subjetivo, pero a veces el único posible, es el del contenido de los fragmentos o los títulos de las comedias, que permiten adivinar una temática general a partir de la cual incluir a un poeta en una época determinada.

Completan nuestro conocimiento de la Comedia Media, sobre todo de sus posibles argumentos y escenas, las adaptaciones que realizaron los poetas latinos de la palliata . Así, entre las comedias de Plauto, El persa nos recuerda el gran número de gentilicios en singular o plural que constituyen títulos de comedias de poetas de la Mésē; comedia de intriga, su modelo pertenecería a los últimos años de esta etapa de la comedia griega 6 . El modelo de Anfitrión correspondería a un estadio en el desarrollo de la comedia mitológica 7 . Sobre el original griego de El cartaginesito , algunos han concluido que el modelo griego pudo ser no sólo Menandro, sino también Alexis. También pueden albergarse dudas sobre los posibles modelos de la Comedia Media para Pséudolo y Los Menecmos . En cualquier caso, la técnica de la contaminatio utilizada por los autores de la palliata impone una especial precaución sobre la fidelidad a los modelos.

De la intensa actividad de los poetas cómicos de este período dan cuenta los numerosos títulos conservados, así como las noticias de representaciones que conocemos, principalmente, a través de la Suda . Sin embargo, hemos de conformarnos con leer una parte mínima y fragmentaria de tan abundante producción.

En nuestra traducción se recogen 1.336 fragmentos de 45 poetas que hemos asignado a este período. El número de fragmentos conservados de cada autor varía considerablemente. Con mucho, Alexis y Antífanes son los autores de quienes conservamos un mayor número de fragmentos (342 y 327, respectivamente); les siguen Eubulo, poeta de los primeros años de la Comedia Media, con 150, y su coetáneo Anaxándrides, con 82. De los 49 fragmentos de Anfis, los 42 de Timocles y los 40 de Nicóstrato podemos extraer algunas conclusiones significativas sobre la relevancia de estos poetas en el conjunto de la Mésē; de otros, finalmente, como Augeas y Sosipo, no conservamos ni un solo verso.

Merece especial atención la consideración de las fuentes de los fragmentos conservados, pues casi en su totalidad son de transmisión indirecta, es decir, se trata de versos recogidos por autores de la Antigüedad tardía o estudiosos de época medieval. Así, debemos tener en cuenta que quienes nos han proporcionado noticias sobre autores, títulos y pasajes de comedias de esta época utilizaron el material que tenían a su alcance según y en función de sus intereses como anticuarios, historiadores del pensamiento o lexicógrafos. Este hecho puede, sin duda, distorsionar o determinar nuestro conocimiento parcial y fragmentario de la comedia de esta época; pero invirtiendo el mismo argumento, podemos decir que, si las fuentes encontraron en las comedias de esta época un valioso material para ilustrar sus disquisiciones literarias, filosóficas o lingüísticas, fue porque en ellas se daban temas y motivos adecuados a éstas.

A Ateneo de Náucratis (II-III d. C.) debemos tres cuartas partes de los fragmentos conservados de la Mésē . Para ilustrar su Banquete de los eruditos 8 , obra de estilo difuso y asunto heterogéneo, especie de enciclopedia simposial y libro de gastronomía, se sirvió de numerosos versos de poetas cómicos, especialmente de la Comedia Media, que tratan de temas y motivos propios no sólo del simposio o reunión de bebedores y del buen —o mal— yantar, sino de la vida social de la Atenas de la época, por la que desfilan parásitos, pedantes, aduladores y heteras. No podemos considerar mera casualidad la frecuencia con la que Ateneo recurre a los poetas de la Comedia Media, más que a ninguna otra de las etapas de la comedia griega, pero tampoco podemos ignorar la tarea selectiva de tan importante fuente.

A Juan Estobeo (V d. C.) se debe una recopilación de textos en prosa y verso, concebida para la instrucción de su hijo Septimio. De los libros II, III y IV, que tratan de cuestiones éticas, proceden las máximas y aforismos que constituyen una quinta parte de los fragmentos conservados, cuyo tono moralizador queda aislado del contexto cómico.

La Comedia Media proporcionó un valioso material a Diógenes Laercio (III d. C.), cuyas Vidas de los filósofos se centran más en las vidas y anécdotas de éstos que en los sistemas filosóficos de que son responsables. Otros fragmentos, unas veces de carácter moralizador y otras simplemente de tono práctico, han llegado a nosotros gracias al autor cristiano Clemente de Alejandría (II-III d. C.), quien ilustra con ellos sus obras Protréptico, Pedagogo y Strómata .

Otras fuentes son menos interesantes desde el punto de vista de su contenido literario. Los escolios ilustran puntualmente con una referencia a los poetas de la Mésē un determinado pasaje de la literatura griega, e incluso latina. Finalmente, un buen número de usos léxicos son incluidos en las recopilaciones de los lexicógrafos. Entre éstos, Pólux (II d. C.) es autor de un Onomasticón , un catálogo de términos ordenado por temas. Otras alusiones al uso de determinado término en un poeta de la Comedia Media proceden del Lexicón de Focio, patriarca de Constantinopla (IX d. C.). El léxico de la Suda (X d. C.) nos proporciona noticias de los poetas cómicos, pero su valor para el corpus de fragmentos es muy poco significativo. En los Anecdota Graeca (1814-1821) de Immanuel Bekker se recogen, entre otros muchos autores y obras, fragmentos y noticias también de la Mésē 9 .

Fragmentos de la comedia media

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