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3. La comedia de enredo y errores
ОглавлениеEl anónimo Sobre la comedia (II 12, págs. 8 sig. Kaibel) afirma que los poetas de la Mésē «se ocupan de los argumentos». Ciertamente, el desvanecimiento de la comedia política o de la idea dominante —aquella en la que la trama se resuelve frecuentemente antes de la parábasis— favoreció la diversificación de los temas e intereses de los poetas cómicos y confirió a la trama una importancia cada vez mayor. Ya es posible observar esta evolución en la última comedia conocida de Aristófanes, Cócalo , representada por su hijo Araro, que según la Vida de Aristófanes 49-51 (test. 1. 49-51 K.-A.) introdujo la seducción, el reconocimiento y otros elementos desarrollados después por Menandro.
Por otra parte, el travestimiento mitológico, que suponía la pérdida de la dignidad divina de dioses y héroes, supuso una puerta abierta para el desarrollo, a partir de la comedia de este tema, de una comedia de enredo. Además, en la incorporación de la acción realista libremente inventada la Comedia Media era, en gran medida, deudora de la tragedia, sobre todo respecto al motivo amoroso, ajeno a la comedia más antigua. En la Vida de Eurípides de Sátiro (fr. 39 col. VII Arnim) se subraya en qué medida el poeta trágico influyó en los argumentos y motivos de lo que allí se denomina «Comedia Nueva».
El paso de la comedia de tema mitológico a la de enredo también debió de ser favorecido por las comedias ya mencionadas de leyendas que versan sobre el nacimiento de un dios, que nos recuerdan los dramas satíricos y cuyo origen se encuentra en la Comedia Antigua, aunque su pleno desarrollo se produjo después. Los mitos, humanizados por la última tragedia y caricaturizados por los cómicos, proporcionaron los materiales de la intriga, la confusión de identidad o incluso la exposición de sentimientos. Un buen ejemplo de esta transición es la comedia Anfitrión de Plauto, cuyo modelo puede haber pertenecido, como se ha dicho, a la Comedia Media.
Los iguales o Los portadores de obelias de Efipo debió de ser probablemente una comedia de errores. Por su contenido, los fragmentos conservados bien podrían insertarse en la trama de una comedia que implicara una celebración por algún motivo, tan frecuente en las comedias de intriga a la manera de Menandro: en el fragmento 15 K.-A. un amo avaro y su despensero hablan sobre una lista de la compra y en el 16 K.-A. se alude a un banquete. Un título como Los gemelos , tan frecuente entre los poetas de la Comedia Media (Anaxándrides, Antífanes, Aristofonte, Eufrón y Jenarco), da buena cuenta del desarrollo de argumentos de enredo e intriga en esta etapa. Las gemelas es, según Webster 77 , la única comedia segura de errores anterior al modelo de Los Menecmos de Plauto; se representaría entre los años 360 y 350 a. C. y su título alternativo, La flautista , hace suponer la presencia de una gemela en el establecimiento de un lenón. Precisamente Los Menecmos de Plauto incluye la sucesión de siete errores, y para ella Webster 78 defendió un modelo griego de finales de la Comedia Media, datable en torno al 340 a. C., tal vez Los hermanos de Alexis.
La trama de una comedia de intriga se desarrolla normalmente en torno a la consecución de la muchacha amada, como demuestran los argumentos de Menandro. Aunque el tema pertenece ya, en su forma más sencilla, al inventario del viejo mimo, el motivo amoroso es otra de las influencias de la tragedia de Eurípides en la comedia. Dentro de la comedia ática, Crates y Ferécrates, que en cuanto a temas muestran una mayor proximidad al mimo, serían el puente que aseguraría la continuidad de estos temas, desarrollados por la Mésē y consagrados como el modelo definitivamente nuevo de comedia en la Néa .
Este tipo de argumentos 79 incluyen el intento de un joven de apoderarse, o bien asegurar la posesión, de una muchacha a través de la fuerza o la astucia; la presencia de unos obstáculos para la consecución de tal fin —el lenón como dueño, o un rival, el padre de la muchacha o un miles gloriosus o soldado fanfarrón—, así como la intervención de unos ayudantes del joven enamorado, principalmente un seruus currens o un seruus callidus , esclavo intrigante o astuto, respectivamente 80 . La intriga, así pues, gira en torno a su conflicto amoroso. El tratamiento cómico del tema del amor experimentó un importante impulso en la Comedia Media 81 .
Webster 82 distinguió dos tipos de temas amorosos. El primero de ellos tiene que ver con heteras codiciosas, contra las cuales se estrellan los anhelos de los enamorados. Antilaide de Epícrates (2-4 K.-A.), que pudo representarse entre el 380 y el 370 a. C., nos presenta el carácter inaccesible de heteras ambiciosas cuando son jóvenes. Los fragmentos de la comedia del mismo autor Cinágide , o La cazadora , probable apodo de hetera, tal vez de los años 360 a. C. (6-9 K.-A.), nos hablan de amores y placer. El segundo tipo de argumentos amorosos se refiere a muchachas propiedad de un lenón, a la manera de las comedias de Plauto, y por tanto de sus modelos griegos, en su mayoría de la Néa; a este grupo pertenecerían las comedias arriba indicadas con títulos que son gentilicios femeninos.
La Suda (α 1982) afirma que Anaxándrides, cuya producción dramática podemos datar entre el 382-376 y el 349 a. C. 83 , fue el primero en llevar a escena asuntos de amor (érōs) 84 y seducciones (phthorá) de muchachas. Este dato recuerda la información ofrecida por la Vida de Aristófanes , que constata el uso de la seducción (phthorá) y el reconocimiento (anagnṓrisis) en Cócalo de Aristófanes, cuya datación coincide plenamente con el desarrollo de la Comedia Media 85 . Probablemente la Suda se hacía eco, aunque de manera imprecisa, de una tradición que asignaba al poeta de la Mésē la originalidad de servirse de temas amorosos y de seducciones de muchachas como incidentes de la vida cotidiana y en argumentos no mitológicos 86 . Webster 87 intentó imbricar ambas noticias al suponer que Aristófanes introdujo este tema en la comedia desde la tragedia y que fue Anaxándrides quien lo transfirió a la comedia de la vida cotidiana.
Entre las comedias de intriga amorosa se sitúan también aquellas cuyos títulos hacen referencia a la separación de los amantes, muy numerosas entre los autores de la Nueva, pero ya presentes entre los de la Media, como La que se separa (de Cróbilo), y La heredera (de Alexis, Heníoco y Antífanes), si le suponemos un argumento semejante al de El escudo de Menandro.
Las comedias de intriga, con motivo amoroso incluido, debían de comenzar frecuentemente con un monólogo del enamorado, o bien del esclavo o parásito de aquél, que explicaba al público las circunstancias de su amor y le daba la información necesaria para seguir la trama. A un monólogo tal debieron de pertenecer los versos de Alexis (247 K.-A.) pertenecientes a una comedia con el sugerente título de Fedro , en los que un enamorado, de regreso del Pireo, cual un personaje de los diálogos platónicos, anda reflexionando sobre las cuitas de su amor no correspondido. Otra queja de amor se encuentra en Campilión de Eubulo, en un fragmento (40 K.-A.) pleno de sugerencias literarias y en el que se recoge el motivo de Eros alado 88 . En un fragmento de El pitagorista de Aristofonte (11 K.-A.) un enamorado acude de nuevo a la figura de Eros para exponer las causas de su mal de amores 89 . Un paraklausíthyron , es decir, una escena de enamorado quejoso ante la puerta de la casa de su amada, constituye el contenido de unos versos de la comedia Neera de Timocles (25 K.-A.).
Al parecer, la figura del lenón o amo de burdel —que tan importante lugar ocupa en la comedia de intriga, a juzgar por su presencia en algunas obras de Menandro— no se desarrolla como personaje antes de Eubulo. En Nanio (67 K.-A.) leemos un elogio de la prostitución, frente a los inconvenientes del adulterio, probablemente pronunciado por quien obtiene mayor beneficio de ella 90 . Por otro lado, en una comedia precisamente titulada El lenón (87 K.-A.) leemos una descripción de este personaje, en boca de uno de sus esclavos, de un parásito o de una de las mujeres del burdel 91 .
Los fragmentos de tres comedias que llevan como título el nombre de la hetera Neótide , representadas, respectivamente por Eubulo, Anaxilao y Antífanes, permiten reconstruir motivos comunes: dos hermanos, muchacho y muchacha, son secuestrados, vendidos y separados; un joven está enamorado de una buena hetera; y un hijo perdido es reconocido. No sería improbable, pues, que a la manera de lo que conocemos bien por Menandro 92 , el joven y la hetera resultaran ser hermanos 93 . De las tres comedias, la de Antífanes puede fecharse el 342/1 a. C. 94 ; la de Anaxilao entre 340 y 335 a. C., por el catálogo de heteras del fragmento 22 K.-A.; y en el caso de Eubulo, que representó sus comedia probablemente entre 380 y 335 a. C., debió de tratarse de una comedia próxima al final de su carrera.
En las comedias de intriga juega un papel muy importante la anagnṓrisis o reconocimiento, mediante el cual personajes que se encuentran a causa del azar en circunstancias difíciles son reconocidos como padres, hijos o hermanos en su propia identidad. Tal recurso está presente en la literatura griega desde el mismo Homero, con el famoso reconocimiento de Ulises por Euriclea en la Odisea (XIX 380–405), pero encuentra en la tragedia, y especialmente en la de Eurípides 95 , su máximo desarrollo. Desde ésta llega a la comedia, pero si en Aristófanes tales escenas de reconocimiento suponen una parodia crítica y divertida de Eurípides 96 , en la Comedia Media obedecen a los nuevos intereses temáticos y estructurales del género. Así lo vemos en dos comedias de Plauto para las que podemos discutir un modelo de la Comedia Media, Los Menecmos , una comedia de errores múltiples, y El cartaginesito , con tres escenas de reconocimiento. Unos versos de La hidria de Antífanes (210 K.-A.) se refieren al carácter noble de una hetera, que probablemente, a la manera de las comedias de Menandro, resultaría ser en su origen una mujer libre.
Los crepundia , objetos que acompañaban a la criatura que en su día fue vendida o expuesta, constituyen con frecuencia los elementos que permiten tales reconocimientos. El título alternativo de la comedia Agónide de Alexis, El caballito , puede referirse tanto a una estatuilla como a una especie de túnica pequeña, prendas que tal vez permitirían el reconocimiento de una hetera llamada, precisamente, Agónide; además, esta obra contenía probablemente todos los ingredientes típicos de una comedia de intriga: un joven enamorado, una muchacha, un extranjero y un engaño 97 . Podemos considerar también un objeto de reconocimiento la «copa gramática» mencionada en el fragmento 69 K.-A. de Eubulo, perteneciente a otra comedia con título de hetera, Neótide 98 .
Si, como algunos han defendido 99 , el modelo de Pséudolo de Plauto es Pseudómenos (El mentiroso) de Alexis, estaríamos ante el mejor ejemplo de desarrollo de la comedia de intriga ya en la Comedia Media 100 . Otra comedia de Plauto, El persa , incluye también el engaño de un esclavo a un chulo, aunque en esta ocasión en beneficio exclusivamente propio. Webster 101 ha sostenido como datación del modelo griego una fecha no posterior al 334 a. C. En tales comedias participaban, además del joven enamorado, un esclavo intrigante, un chulo adversario y un soldado fanfarrón como obstáculo, e intervenían otros personajes secundarios como el parásito y el cocinero, de los que nos ocuparemos más adelante. Los fragmentos de la Mésē muestran situaciones semejantes y confirman, por tanto, la existencia de la comedia de intriga ya en este período.