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Magnitud de la carga del entrenamiento y principio de la sobrecarga
ОглавлениеLa carga de trabajo del entrenamiento causa las respuestas de los deportistas y sirve como estímulo para su adaptación. Tres son los factores que pueden regular la magnitud del estímulo: el volumen de la carga, la intensidad de la carga y la adaptación a los ejercicios nuevos. Es importante tener en cuenta que las mejoras de la condición física se consiguen sólo cuando la magnitud del estímulo es suficiente. El principio de la sobrecarga postula que el aumento de la condición física requiere una magnitud de carga (estímulo) que exceda el nivel acostumbrado.
La consecuencia del principio de sobrecarga es que la magnitud de la carga es de importancia primordial y debe ser evaluada y programada minuciosamente. A continuación se muestra el enfoque general de la caracterización de la magnitud de la carga (tabla 1.5).
Volumen de la carga de entrenamiento. A lo largo de la historia, el modo más sencillo de aumentar la magnitud de la carga ha consistido en incrementar el volumen del entrenamiento. Para los deportistas de elite de muchos deportes, el número de entrenamientos empezó a ser dos o tres por semana en 1930, aumentó a entre seis y ocho en 1960 y alcanzó de nueve a catorce en 1980. La frecuencia de los entrenamientos ha permanecido en el mismo nivel desde entonces. Durante mucho tiempo se ha considerado que el deseo de incrementar el volumen del entrenamiento estaba limitado por factores fisiológicos y sociales. Se pensaba que fisiológicamente se habían alcanzado los límites de las reservas humanas; socialmente, las preocupaciones se manifestaron sobre las necesidades de los deportistas respecto a la educación, la profesión, la privacidad, etc. A pesar de ello, el volumen del entrenamiento siguió aumentando en los deportes en todo el mundo hasta finales de la década de 1980. El volumen total del entrenamiento se ha estabilizado, o incluso puede haberse reducido, sólo en las dos últimas décadas (véase capítulo 4). De cualquier modo, aumentar el volumen de la carga de entrenamiento es una medida con la que se puede observar muy bien el progreso personal de los deportistas en cualquier deporte. La evaluación del volumen de la carga es una operación rutinaria en los deportes de resistencia en los que el volumen del entrenamiento se calcula tradicionalmente por bloques, aunque puede ser una tarea difícil en deportes de balón o de combate, en los que el número de acciones específicas del deporte no es fácil de contabilizar.
Tabla 1.5. Caracterización de la magnitud de carga.
Componente de la carga | Características generales | Indicadores posibles |
Volumen de la carga de entrenamiento | Suma de todos los ejercicios realizados representados por una característica cuantitativa | Número total de entrenamientos durante un período, por ejemplo: por semana, por mes, por año, etc. Duración y distancias totales del entrenamiento durante un períodoNúmero total de arrancadas, lanzamientos, saltos, etc. durante un período |
Intensidad de la carga de entrenamiento | 1) Define la intensidad de la carga2) Suma de los ejercicios realizados con un aumento del esfuerzo | Nivel del esfuerzo (en %) respecto al máximoNivel de esfuerzo indicado por la respuesta de la frecuencia cardíacaCorrespondencia con cierta zona de intensidadVolumen parcial de los ejercicios con aumento del esfuerzo (distancia, tiempo empleado, número de intentos, etc.) |
Adaptación a los ejercicios nuevos | Ejercicios que contengan elementos, detalles desconocidos o una nueva combinación de elementos conocidos | Número de ejercicios nuevos (o relativamente nuevos) integrados en el programa de entrenamiento |
Intensidad de la carga del entrenamiento. La intensidad de la carga del entrenamiento se considera actualmente en función de dos aspectos:
■ como medida del nivel de esfuerzo en relación con el máximo (a veces en relación con el nivel de esfuerzo de la competición);
■ como parte del volumen total de entrenamiento, que se realiza con un esfuerzo mayor (superior al normal).
Evidentemente, los ejercicios más intensos producen unas repuestas más elevadas en los cuerpos de los deportistas. Por consiguiente, la intensidad de la carga se evalúa tanto como valores de la carga externa (velocidad, potencia, peso levantado), como por medio de los indicadores de respuestas del cuerpo. La frecuencia cardíaca (FC), por ejemplo, es uno de los indicadores más empleados como respuesta fisiológica. Para una amplia variedad de entrenamientos, la respuesta de la FC proporciona suficiente información para del nivel de intensidad.
En los últimos años, las zonas de intensidad (ZI) se han empleado ampliamente en muchos deportes tanto para la programación como para la evaluación después del entrenamiento (Viru, 1995). En este enfoque, el intervalo total de la intensidad está subdividido en cierto número de ZI (normalmente cinco). Cada ZI se define con un número como indicador relevante y proporciona un intervalo de diferentes valores que se consideran apropiados para esa zona. Normalmente, el lactato sanguíneo, la FC, la velocidad (o el tiempo empleado o la potencia) y el índice de frecuencia de movimientos se utilizan para definir una zona específica de intensidad. El progreso sustancial de este enfoque se ha conseguido en la última década gracias al desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas al deporte, como monitores de la FC, analizadores portátiles de lactato sanguíneo y sistemas de medida cronoelectrónicos.
Adaptación a los ejercicios nuevos. La novedad del ejercicio es el tercer componente de la magnitud de la carga del entrenamiento, y las respuestas de los deportistas dependen en gran medida de lo acostumbrados que estén a ciertos ejercicios o entrenamientos. Sin embargo, a diferencia del volumen y de la intensidad, rara vez se considera que la adaptación al ejercicio nuevo sea un factor de la carga. Se sabe que los entrenadores creativos se esfuerzan mucho por encontrar ejercicios nuevos y originales con el fin de enriquecer el entrenamiento y hacer que parezca más atractivo. El efecto de estas innovaciones se obtiene a través de una respuesta fisiológica más pronunciada.
Ejemplo. Igor Koshkin (URSS), uno de los expertos mundiales en natación más famosos y entrenador del tres veces campeón olímpico Vladimir Salnikov, dijo a otros entrenadores: “Si los nadadores comienzan a hacer el pino (la vertical) como ejercicio, el efecto inicial será notable y positivo debido a su novedad. Pero su efecto durará poco tiempo, ya que este ejercicio no afecta las capacidades específicas de los nadadores”.
Este comentario resalta la complejidad del problema de la adaptación al ejercicio nuevo. De hecho, no es difícil encontrar un ejercicio que no sea familiar a los deportistas, pero no es fácil encontrar un ejercicio desconocido que responda a las demandas fisiológicas, biomecánicas y psicológicas específicas de un deporte. Por ello, la especificidad del entrenamiento, que se tratará a continuación, es también un factor de la adaptación indispensable en el entrenamiento deportivo.