Читать книгу De crisálida a mariposa - Yolanda Gónzalez Vara - Страница 14

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Sin conocimiento

no puede haber empatía ni respeto.

Hay ocasiones en que, en diferentes ámbitos y después de una conferencia o taller, he escuchado estas preguntas reflexivas:

• «Si lo hubiera sabido antes...».

• «Me llega un poco tarde toda esta información».

• «¿Por qué no nos preparan para ser madres y padres?».

• «¿Por qué no se estudia todo esto en el sistema educativo y en Magisterio?».

Son personas adultas que reconocen la importancia de una formación informada sobre los procesos madurativos de la infancia y de la adolescencia para no interferir ni generar sufrimiento mutuo innecesario.

Y es que sentir amor por los hijos e hijas no es suficiente.

La infancia y la adolescencia reclaman, como entidad definida, sentirse amados y respetados. No siempre el amor de los progenitores es transmitido de la manera saludable que necesitan las criaturas y los adolescentes en cada etapa del desarrollo. En muchas ocasiones se erigen barreras inconscientes que emergen de la propia historia personal y del ejercicio del estilo educativo e impiden que el flujo del amor pueda ser recibido sin estos condicionamientos, que los convierten, en muchas ocasiones, en relaciones difíciles o disfuncionales.

Es un hecho comprobado que la mayoría de madres y padres, por el hecho de serlo, desarrollan lazos afectivos con sus criaturas, así como diferentes tipos y estilos de cuidado hacia su prole. En general consideran que atienden y educan a sus hijos e hijas de la mejor manera posible. Y es cierto, pero desde su perspectiva. ¿Y desde la de los hijos e hijas?

La percepción de los hijos e hijas con respecto al amor de los progenitores no siempre coincide con la vivencia de los padres y madres.

De crisálida a mariposa

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