Читать книгу Las patentes esenciales en los estándares tecnológicos: prevención y reacción frente a las conductas oportunistas - Adán Carlos González Ulloa - Страница 29

III. LAS ORGANIZACIONES DE ESTANDARIZACIÓN 1. CONSIDERACIONES PREVIAS

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Los estándares voluntarios se pueden generar por dos vías: a través de la coordinación de los competidores en el mercado o como resultado del trabajo realizado por una organización de estandarización. En el ámbito de las TICs resulta especialmente necesario que la estandarización sea impulsada por las organizaciones.

La coordinación por medio del mercado implica que las empresas deben competir con otras para que su solución técnica se convierta en el estándar. Esta fórmula presenta ciertas limitaciones para prosperar el sector de las TICs. Para empezar, el proceso competitivo en general es lento, especialmente para las necesidades de las TICs, cuyo ciclo tecnológico es corto y de rápida obsolescencia. Por otro lado, la coordinación dirigida netamente por las fuerzas del mercado genera un estándar de facto. Estos estándares tienen un inconveniente relevante: al no encontrarse sometidos a los requisitos exigidos por las organizaciones formales o informales, si el estándar contiene tecnología protegida por patentes, en principio, no quedará sujeto a ninguna obligación de licenciar ni de permitir su uso. Por último, la coordinación a través del mercado sólo es viable en tecnologías simples donde un producto coincide con una tecnología a estandarizar. Sin embargo, las TICs, en la mayoría de los casos, se caracterizan porque sus productos deben cumplir con cientos de estándares, los cuales a su vez contienen cientos e incluso miles de especificaciones técnicas particularmente detalladas. De ahí que una estandarización impulsada sólo por la competencia en el mercado TICs sea completamente inimaginable. En resumidas cuentas, en las TICs la única forma viable de estandarización es a través de organizaciones que asuman la dirección de todo el proceso.

Los primeros antecedentes de entidades de estandarización se remontan al siglo XIX. Esta actividad fue impulsada por entidades de carácter profesional, específicamente, las asociaciones de ingenieros207 como Institution of Civil Engineers (1818), Institution of Mechanic Engineers (1847), American Society of Mechanical Engineers (1880) o Verband Deutscher Elektrotechniker (1893). Estas instituciones se encargaron de forma limitada dentro del ámbito de sus competencias a desarrollar estándares con la finalidad principal de facilitar el intercambio de piezas o de partes de productos. A decir verdad, la primera institución que puede catalogarse como una organización de estandarización formal surgió años más tarde, fue la Engineering Standards Committee, establecida en Reino Unido en 1901 con la función de elaborar estándares en el área de ingeniería. En 1918, esta entidad cambió su denominación a British Engineering Standards Association y en 1931 tomó su actual nombre como British Standards Intitution (BSI). Por su parte, en 1917 en Alemania se fundó la Deutsche Institut für Normung (DIN) y en 1918 en Estados Unidos se constituyó la American National Standard Institute y en 1926 en Francia nació la Commission Permanente de Standarisation, antecesora de AFNOR208.

Hoy en día, las organizaciones de estandarización han evolucionado siguiendo dos caminos complementarios. El primero de ellos continúa la senda trazada por el establecimiento de organizaciones de carácter nacional reconocidas y formales. El segundo en cambio deriva del sistema original antes descrito, emprendido por múltiples grupos y asociaciones de carácter informal.

Las patentes esenciales en los estándares tecnológicos: prevención y reacción frente a las conductas oportunistas

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