Читать книгу ¡Viva la libertad! - Alexandre Jollien - Страница 26

Caja de herramientas frente a la dependencia CHRISTOPHE

Оглавление

Admitir que no existe una solución simple y única. Comprobamos a menudo cómo las personas a las que atendemos subestiman la complejidad de las estrategias que hay que desplegar para liberarse de las dependencias. No es tan solo una cuestión de voluntad. Dicho de otro modo, no es que haya simplemente que contraponer nuestro cerebro a la afectividad o a nuestras pulsiones. Se trata en realidad de una empresa magna, con tres grandes frentes:

• frente psicológico, con dos ejes principales: ¿cómo luchar contra la adicción?; ¿cómo enriquecer mi vida, abrirme a otros intereses, y así fortalecerme?;

• frente de mi entorno: ¿qué es lo que hay en mi entorno, que me remite una y otra vez a mis errores?; ¿qué es lo que me ayuda en mi lucha?;

• frente de mis relaciones: ¿hacia quién debería volverme para hallar consuelo, para obtener información?

Reflexionar sobre el retorno de las tentaciones. Hay que ser conscientes de que, tarde o temprano, volveremos a vernos expuestos ante el desencadenante de la adicción (ya sea el alcohol, la droga, el tabaco, las imágenes de contenido sexual, etc.). ¿Cómo vamos a reaccionar entonces? Es preferible plantearse la pregunta de antemano, por no decir entrenarse para ello. En ciertos casos concretos, y en determinados momentos, hay terapeutas del comportamiento contra las adicciones que prescriben ejercicios a sus pacientes: les proponen permanecer delante de una botella, respirar de la copa de vino, retener un sorbo en la boca, escupirlo y vaciar la botella por el fregadero. El haberlo hecho «en la realidad» aumenta las posibilidades de reproducir el acto posteriormente, en soledad.

Tener presente que las adicciones son temibles. No afectan más que a nuestras necesidades fundamentales. ¡Uno no se hace adicto a un par de calcetines, o a una lámpara! Uno se hace adicto al alcohol, al amor, al sexo, al azúcar, a cosas que satisfacen nuestras necesidades… De modo que, con suma frecuencia, uno no puede contentarse con pasar sin ellas, puesto que al abstenerse se está privando de una necesidad fundamental. Debemos reorientarnos hacia otras formas de abastecer a estas necesidades, por lo que cabe preguntarse: ¿Qué estoy buscando en esta dependencia? ¿Qué otras vías debo hacer el esfuerzo de explorar para satisfacer esta necesidad? ¿Cómo sería una vida sin esta dependencia, pero en la que quedara satisfecha la necesidad y me sintiera feliz?

No olvidar jamás que la vida es la más eficaz de las terapias. Por mucho que yo sea terapeuta y crea en lo que hago, he constatado que la vida puede ser tan benefactora, por no decir más, como la psicoterapia o los medicamentos, ¡porque aporta todos los reconstituyentes al mismo tiempo! El ejemplo que pongo a menudo es el de la vitamina C. Puede encontrarse en forma de comprimido, ciertamente, pero también en los kiwis, en las naranjas y en muchas otras frutas: la vitamina C así absorbida es mucho mejor, porque la acompañan numerosos nutrientes (ausentes de las pastillas) que amplifican su efecto. En la vida, de forma similar, hay cambios, circunstancias, que, de modo simultáneo, nos traen encuentros, fuentes de placer diferentes, un nuevo entorno, emociones nuevas. Y de pronto, todos esos elementos, asociados a nuestros esfuerzos, sintonizan entre sí y nos ayudan a tomar la buena dirección. De modo que hay que hacer todo lo posible por no apartarse uno mismo, por mantenerse en el curso de la vida cotidiana: acciones, salidas, encuentros, descubrimientos… ¡Es ahí donde radica el mayor filón de soluciones y de recursos!

¡Viva la libertad!

Подняться наверх