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EL PROYECTO ESTROPEADO
El presente ejercicio tiene como finalidad la aceptación realista de los inconvenientes incontrolables de la vida. Se trata de mantenerse fiel a los valores más profundos, aunque las circunstancias estropeen el proyecto ideal que la persona se ha formulado.Una cosa es el sentido global de la propia vida, y los sueños idealizados propios de la fase del adulto joven que aún no ha pasado por la fase que Guardini (1970) llama “la crisis de la experiencia”, y otra cosa es tener que pasar por esa crisis y otras sucesivas y comprobar que el inmaculado y hermoso proyecto vital se va llenando de rasguños, arrugas, modificaciones, sin por eso perder su valor. Más bien, al contrario, ganando en realismo, creatividad y poso vital.El ejercicio se puede hacer en grupo, por parejas, o bien en terapia individual utilizando como pareja al psicoterapeuta.Materiales: un folio (mejor grande, DIN-A-3, por ejemplo) y rotuladores de colores.GUARDINI, R. (1970). Las edades de la vida. Su significación ética y pedagógica. Madrid: Cristiandad, 2ª ed. (Traducción del original en alemán de 1959). |
Busca una postura cómoda y relajada. Igual te va bien, para hacer esta introspección, estar unos momentos con los ojos cerrados.
Mira en tu interior más íntimo y tómate unos momentos para hacerte cargo de tu proyecto vital, en conjunto. ¿En qué quieres emplear tu vida? ¿Qué desearías lograr? ¿En qué crees que vale la pena emplear el tiempo de la misma que se sea dado?
Puede que surjan distintos aspectos en áreas diferenciadas que te gustaría conseguir. Puede que surja un solo tema que se diversifica en distintas áreas… Sea lo que sea, toma conciencia de ello.
Ahora, imagina un dibujo en que pudieras plasmar, expresivamente, ese proyecto.
Cuando lo tengas más o menos intuido, abre los ojos y empieza a dibujarlo en el papel.
(Al poco de empezar, se le pide que entregue el folio a su pareja, que realiza algún dibujo sobre el folio del otro, sin que tenga que guardar relación con el mismo, o bien algunos alargando o modificando los trazos ya hechos antes de devolvérselo).
Mira tu dibujo. Igual notas un pellizquito de desilusión en tu estómago, o un enfado en tu mandíbula o tu vientre. Observa tu reacción ante la intromisión del otro.
Estás en un mundo en el que no solo cuentan tus proyectos, sino también los de los otros, que también “dibujan” cosas que tienen que ver con los suyos, y se superponen a lo que tú deseas, modificándolo, alterándolo…, a veces completándolo y a veces estropeándolo.
Sea como sea, mira a ver cómo puedes continuar dibujando tu proyecto, adaptándolo a la realidad de cómo está ahora. Igual puedes incluso apoyarte en este dibujo modificado para retocarlo y añadir matices, pero conservando la idea de fondo, puede que enriquecida y todo.
…
(Un poco después, mientras está haciendo esto, se le pide que entregue nuevamente el folio a su pareja o al terapeuta, que le arrugará un poco –tampoco demasiado- y le hará un pequeño rasguño, o arrancará un trocito).
Mira ahora, sin tocar el papel, qué ha pasado con tu dibujo, y conecta con tus sensaciones internas ante el “estropicio”. ¿Sientes frustración? ¿desánimo? ¿rabia? ¿tristeza? ¿desolación? Prueba a escuchar tu cuerpo ponerle nombre a tu emoción.
A veces, la vida te fastidia tus planes, por hermosos que sean.
No todo lo puedes controlar, por buenas que sean tus intenciones y por bien que hagas tus proyectos y ejecutes correctamente tus actuaciones. Hay accidentes que quitan oportunidades, personas que frenan tu proyecto, desgracias imprevistas.
Pero eso no significa que tengas que renunciar a tu proyecto. Míralo ahora. Prueba a seguir expresándolo, teniendo en cuenta las arrugas o accidentes que ahora tiene. Puedes intentar planchar las arrugas con las manos, o remarcarlas con los rotuladores, o hacer algunas nuevas que completen las anteriores y ayuden al dibujo haciéndolo tridimensional. Puedes convertir las heridas del papel en algo interesante que subraye la persistencia expresiva del conjunto del proyecto más allá de las arrugas o las carencias…
Convierte el dibujo de tu proyecto estropeado en una obra de arte. No un dibujo ingenuo, sino algo lleno de historia, una historia humana en la que no faltan los problemas y el dolor, pero que hable de tu creatividad, de la superación de retos y logro de algo hermoso, coherente, más tuyo que nunca.
Busca la forma de hacerlo: tantea, dibuja, arruga o corta, modifica… hasta tener un folio que exprese el triunfo del meollo de tu proyecto por encima de las dificultades.
…
Mira ahora tu dibujo. Tu interesante, expresivo y hermoso dibujo, marcado con las cicatrices de las heridas vividas. Cicatrices que son el relato de tu valor en la lucha por conseguir tu proyecto, sin renunciar a él, aprovechando con creatividad los resquicios y oportunidades que la vida te ofrece.
Disfruta de tu persistencia en mantenerte nuclearmente coherente contigo mismo, con tus valores y el sentido que le quieres dar a tu vida.