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DESPIDIÉNDOSE DEL PASADO

Este ejercicio, ya descrito –con algunas variantes, como es usual en la práctica- en Gimeno-Bayón y Rosal (2016, pp. 424s.) en su aplicación grupal, permite recorrer la trayectoria global del sujeto y repasar las decisiones cognitivas, afectivas y práxicas que tomó y de las que quizá no es consciente.Estas decisiones antiguas, aunque seguramente tenían todo el sentido cuando se tomaron, y entonces eran las más adecuadas e inteligentes de que el sujeto era capaz, teniendo en cuenta su contexto, su desarrollo y la información que poseía sobre las opciones disponibles, pueden haberse quedado anticuadas y ser disfuncionales en la actualidad.Se trata de una fantasía que el terapeuta puede ajustar, en cuanto a etapas, para que no sean demasiadas y cansen a la persona. En general, más de tres estaciones puede ser cansado, pero eso queda a juicio del terapeuta, por lo que conoce de la historia vital del sujeto.Aquí se describirá en su versión individual. Es relevante que el/la terapeuta preste atención a las decisiones tomadas en cada etapa, por si alguna de ellas sigue viva y rígida en la actualidad, incluso cuando es perjudicial en el aquí y ahora.Material para el terapeuta: papel y bolígrafo, para anotar las respuestas que vaya dando la personaGIMENO-BAYÒN, A. & ROSAL, R. (2016). Psicoterapia Integradora Humanista. Manual para el tratamiento de 33 problemas psicosensoriales, cognitivos y emocionales. Bilbao: Desclée de Brouwer (2ª ed.).

 Colócate en una posición cómoda, en la que no necesites ocuparte de mover tu cuerpo, porque este se encuentra a gusto y en calma.

Te invito ahora a visualizar, hasta donde te sea posible, una fantasía…

 Imagínate que vas a hacer un viaje en tren, y estás sentado en uno de sus vagones, a punto de arrancar. Toma nota, por un momento, de cómo es ese vagón. No hay nadie más en él, de modo que puedes focalizarte exclusivamente en tus vivencias a lo largo de todo el viaje.

Se trata de un viaje al pasado y en él recorrerás algunos puntos de tu vida, yendo desde el ahora hacia atrás, en sentido inverso al tiempo, y también tú vas sentado en sentido inverso a la marcha del tren.

Nota un suave ronroneo inicial de movimiento en el tren. Poco a poco, empieza a moverse lentamente, y luego va ganando velocidad. Cada vez coge más fuerza. Por las ventanillas van apareciendo paisajes que apenas tienes tiempo de distinguir, porque van huyendo hacia el fondo y siendo sustituidos por otros. Igual te parece reconocer algún objeto o lugar, pero antes de que lo hayas podido identificar, ya ha desaparecido.

Deja que el tren recorra un trecho…

 Ahora, aminora la marcha… parece que se va a parar dentro de un momento. Lo va a hacer en una estación que representa un momento de tu vida de hace, aproximadamente, cinco años.

Deja que el tren se pare.

La estación no es un edificio al uso, sino que, a través de la ventanilla, ves, no muy lejos del lugar donde paró el tren, el escenario donde transcurrió un hecho significativo de esta época.

… Mira de qué escena se trata…reconócela… observa el ambiente, los personajes, el momento del día, la luz, los sonidos y olores…

Bájate del tren y métete en esa escena, en el lugar que ocupabas en ella y con la edad que tenías entonces. Tienes cinco minutos para recrearla desde ti, con la mayor vivacidad posible. Identifícate con ese yo de hace cinco años, metiéndote en su piel.

Fíjate en tu relación con los otros personajes de la escena. ¿Qué sientes, hacia cada uno de ellos? ¿Qué te parece que ellos sienten hacia ti? Deja que se desarrolle la acción que tuvo lugar aquí hace unos cinco años. ¿Cómo te sientes, conforme va transcurriendo? ¿Cambia lo que ocurre algo de tus relaciones con los otros personajes, o contigo, acaso?

…

A la vista de lo que pasa aquí ¿qué acabas pensando acerca de ti?... (el terapeuta le puede pedir que vaya respondiendo en voz alta a esta pregunta, y anotándolo en un folio) ¿sobre los otros? … ¿sobre la vida? …

¿Decidiste algo, en vista de eso, de cara al futuro? …

¿Qué clase de sentimientos quedan acompañando a esta escena, cuando termina?

…

 Ahora sal de tu yo de hace cinco años, retoma tu edad, y súbete al tren. Nuevamente se va poniendo en marcha, lentamente, hasta aumentar la velocidad y recorrer un nuevo trecho hacia el pasado… el paisaje vuela rápido hacia el fondo…

 Al cabo de un poco, el tren pierde velocidad… cada vez va más despacio… se para en una estación situada en los alrededores de tus veinte años… Ves allí cerca una escena significativa de tu vida de esa época…

Bájate nuevamente y repite el proceso que hiciste en la estación anterior. Pero antes, mira desde fuera los detalles de la escena, y a tu yo veinteañero. Detente a observar tu rostro, tu peinado y vestido, tu expresión, tu entorno y a los otros personajes que aparecen allí….

Otra vez te incorporas a tu yo antiguo, notando cómo te sientes ahí, contigo, con la situación y con las demás personas de la escena…

Deja que transcurra esa acción, notando lo que fluye interiormente dentro de ti, mientras se va dando, y lo que parece que va ocurriendo en el interior de los otros…

Una vez que termina la escena, lo mismo que antes, te preguntas: este hecho que tuvo lugar hacia mis veinte años ¿qué me lleva a pensar acerca de mí? (nuevamente el/la terapeuta le pide que lo diga en voz alta, y lo anota en el papel)… ¿sobre los demás?... ¿sobre la vida?...

A raíz de esta escena ¿tomé alguna decisión de cara al futuro?...

¿Qué sentimientos interiores me han acompañado durante la escena? ¿Cuál es el sentimiento global final?

…

 (El ejercicio continúa pidiendo a la persona que vaya a dos estaciones más: una de una época menor a los 15 años, y otra menor de los 10 años, repitiendo las consignas).

…

 Ahora el tren se mueve nuevamente, pero parece ir más lento. Va apareciendo el paisaje de un prado muy tranquilo, con algún árbol. Se oye el rumor de un arroyo por allí cerca, y de la brisa agitando suavemente las hojas. Todo respira paz.

Bájate al prado. Fíjate en el tipo de luz que hay, la temperatura agradable, el sosiego que desprende este ambiente.

Túmbate y descansa un poco, notando cómo tu respiración se acompasa a la serenidad del lugar… Deja que esa paz penetre por todo tu cuerpo…

Luego, con calma, te levantas y te diriges nuevamente al tren, que ahora va a recorrer el camino en sentido inverso al de antes, es decir, desde el pasado hacia el futuro. Tú ahora, vas sentado en el sentido de la marcha del tren.

 Cuando llega y se para en la primera estación, o sea a la escena más antigua, bájate un momento para despedirte, de alguna forma, de los personajes. Puedes decirles una frase a algunos de ellos, o dedicarles una mirada… A tu yo antiguo, despídete con un gesto amistoso, o un abrazo…

Puedes aprovechar para decirle lo que has aprendido desde entonces respecto a lo que él vivió y concluyó, y si sigues pensando igual, o ves que tienes que modificar algo esas creencias respecto a ti, los demás, la vida…, de posibles decisiones… Si te parecen exageradas, o inadecuadas para ti ahora…

Por un momento te metes en tu yo antiguo escuchando a tu yo actual y recibiendo su gesto. Si quieres puedes responderle o pedirle algo antes de que se vaya…

Toma de nuevo tu edad actual y marcha al tren. Antes de que se ponga en marcha, mira por la ventanilla el conjunto de la escena que dejas y mira a ver si te puedes llevar de ella algún aprendizaje… Si quieres puedes formularlo en voz alta (y el terapeuta lo anota)

 Ahora sigue el tren su camino, y para en la estación de menos de quince años, y repites el proceso…

 (se le van dando las mismas consignas en esta estación, en la de los veinte años, en la de hace cinco años…)

 Finalmente, coges el tren y regresas a tu momento actual. Te quedas unos momentos sentado en el vagón, repasando el contenido de todo el viaje, lo que más te costó…, lo que aprendiste…, lo que has sentido hacia los yoes que fuiste… acaso lo que quisiste decir y quedó pendiente…

 Ahora coge la maleta que llevas en la repisa de arriba del vagón. Bájala. Apóyala en el asiento y la abres. En ella hay una serie de objetos (tantos como estaciones) y cada uno de ellos es el símbolo de un aprendizaje…

Explora cada uno de esos objetos, descifrándolos, disfrutándolos con tranquilidad, quedándote con la riqueza que cada uno de ellos te aporta…

Comenta ahora cualquier cosa que desees de lo que te ha aportado el viaje…