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EL ESCUDO ANTI-ABSURDO
El “escudo anti-absurdo” está parcialmente inspirado en la propuesta de Víktor Frankl, el creador de la Logoterapia, cuando se refiere a tres motivaciones que acostumbran a dar sentido a la vida:a) la vivencia de alguna de las llamadas por Maslow “experiencias cumbre”. Se trata de una vivencia gratificante que, solo por el hecho de haberla experimentado, la vida vale la pena. Si además se tiene la esperanza de volver a vivirla, con más motivo tiene sentido.b) la experiencia de un trabajo productivo. Muchas personas no han vivido ninguna experiencia cumbre, pero la vida tiene sentido para ellas, sabiendo que con su trabajo son útiles a la comunidad humana.c) soportar con dignidad el sufrimiento. Hay personas que ni han vivido experiencias cumbre ni tienen un trabajo que consideren útil para la comunidad. Pero siempre podrán estar motivadas por vivir una vida digna, no importa el sufrimiento que tengan que arrostrar, sin ceder a niveles de inhumanidad.El ejercicio que sigue es, pues, un ejercicio global, destinado a afianzar el sentido de la vida.Materiales: Rotuladores de colores y hojas DIN-A3 |
Coge una hoja de papel y un rotulador de un color que te guste.
Dibuja en la hoja la silueta de un escudo, en la forma que prefieras (redondo, ovalado, rectangular, en forma de hoja, y dividirlo en cuatro partes (cuarteles)
Relájate un momento, si prefieres con los ojos cerrados, mirando en tu interior.
Busca en tu centro un espacio libre de pensamientos y sensaciones, y que te ayude a contactar contigo y con tu sentido vital.
Recuerda un momento gratificante de tu vida, un momento significativo, placentero, de admiración hacia algo o alguien, de plenitud. Deja que vayan apareciendo y selecciona uno. Siéntelo en tu centro. Incorpórate y dibuja en una de las cuatro partes del escudo algo que para ti lo represente.Míralo, reviviendo como puedas ese instante, respirando profunda y suavemente mientras miras el dibujo. Eso forma parte de tu historia para siempre. No se puede borrar, está ahí. Puede haber momentos malos, desgracias… pero en tu vida está también este momento, esta experiencia especial y llena de sentido por sí misma… Nadie la puede negar o borrar. Ni siquiera tú. Guárdalo en tu interior como un regalo de la vida.
Vuelve a colocarte en posición relajada y a cerrar los ojos (si eso te va mejor)
Ahora recuerda un momento de tu vida en que hayas sido útil. Algo que hiciste o dijiste, tu comportamiento, sirvió para ayudar a alguna persona o solucionar un problema. Seguro que hay muchos momentos de éstos. Elige uno que para ti sea especialmente significativo.Fue un momento de sentirte bien por estar haciendo algo bueno, algo que beneficia a alguien, algo que deja -ya para siempre- una huella, aunque sea pequeña, pero imborrable y luminosa en la historia común de los humanos. Una huella que nadie puede negar ni tachar, ni esconder. Ni siquiera tú. Está ahí para siempre.Siéntelo en tu cuerpo y busca alguna forma de dibujarlo que lo represente en otra de las parcelas del escudo.Una vez dibujado, recuerda con precisión las sensaciones internas corporales y emocionales y procura revivirlas al máximo. Respira lenta y suavemente mientras miras el dibujo y dejas que se arraigue en tu interior la conciencia y la sensación de esa huella con la que enriqueciste el espacio de todos.
Ahora vuelves a tumbarte o colocarte en posición relajada.
En tu pasado no sólo hay momentos gratificantes. También ha habido situaciones problemáticas, sufrimientos y momentos dolorosos. Recuerda uno de esos momentos conflictivos que resolviste con dignidad. Algo negativo sucedió en tu vida, pero supiste resolverlo de una manera adecuada para ti. También verás que no hay sólo uno, pero selecciona aquél al que te guía tu intuición.Recuerda las malas sensaciones que tuviste, pero también las buenas sensaciones de haberlo resuelto sin desmoronarte ni traicionar tus valores.Recuerda estas últimas sensaciones. Mira en qué lugar del cuerpo las sientes y qué cualidad tienen.Busca una manera de dibujar en otro de los espacios del dibujo ese momento y tu manera de resolverlo.Mientras lo miras y respiras, constata que eso fue así, y que en tu pasado está ya para siempre tu manera de afrontar ese momento, que permite valorar la capacidad humana (tuya en este caso) de soportar sufrimientos y dificultades con dignidad.
Nuevamente recuperas la postura de relajación, tumbándote, si así te va bien.
Todo esto que has visualizado, que has sentido forma parte de tu vida, de tu historia, nada, nadie, ni siquiera tú, puede borrarlo ni cambiarlo. Esto sucedió y forma parte de ti y de lo que eres ahora.
Observa tu interior, y las sensaciones en el centro de tu cuerpo. Pregúntate cuáles son algunas de las aspiraciones que tienes de cara al futuro, para que éste tenga un significado humanizador para ti o para los otros. Deja que vayan pasando unas y otras.Selecciona una de esas aspiraciones. Siente en tu cuerpo las peculiares sensaciones que te suscita el imaginarte actuando para conseguirla y cómo la vas consiguiendo. Ponle algún tipo de olor y melodía, si quieres…Busca ahora tu manera propia de dibujar algún símbolo que la represente y haz ese dibujo en el espacio que aún queda en blanco en el escudo.Una vez terminado, observa este dibujo y toma conciencia de que esa meta te está esperando, llamando desde el futuro… Respira suave y profundamente esa llamada, dejando receptivo el centro de tu cuerpo para que le llegue, como si te abrieras a ella…
Finalmente, observa el escudo en su conjunto, como si fuera una síntesis de tu vida, la pasada y la futura. Deja que te lleguen sensaciones de sentido y plenitud cuando lo miras, respirando estas sensaciones. Disfrútalas. Repasa cualquiera de los aspectos del escudo. Quédate ahí unos momentos interiorizándolo.
Guárdalo dentro de ti. Puedes acudir a él cuando dudes si tu vida tiene sentido.
Mira a ver cómo puedes integrar todo esto en la sensación de fondo de tu vida cotidiana.