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SI YO NO HUBIERA EXISTIDO

A veces, el sentido de la vida se escurre entre las rutinas y los pequeños detalles de día a día que parecen no tener importancia. En el fluir cotidiano, parece no haber más que inercia y el conjunto del sentido de la vida escapa como se escapa el agua si queremos cogerla entre los dedos.En el presente ejercicio se trata de encontrar el sentido desde la omisión de la propia existencia, ayudando a tomar conciencia del significado que ella ha tenido y tiene para otras personas y el conjunto de la sociedad. La primea parte está inspirada en la película It’s a wonderful life, de Frank Capra (1946).El terapeuta adapta la fantasía propuesta a las circunstancias propias de la persona que tiene delante. Aquí se ofrece un esquema general.

Colócate en una postura cómoda, que te permita focalizar la atención en la fantasía que te voy a proponer. Puede ser en posición tumbada y con los ojos cerrados (es lo más común), o cualquier otra que a ti te vaya bien.

Nota los detalles de tus sensaciones corporales: el peso de tu cuerpo y los diferentes contactos del mismo con el suelo, la ropa, etc. Nota los ruidos y acaso olores que estás percibiendo.

Empuja al fondo de tu atención todos estos detalles exteriores, y céntrate en las sensaciones procedentes de tu respiración, dándote cuenta del vaivén interior que esta imprime a tu cuerpo.

Nota cómo expande y contrae tu cuerpo y lo llena de suaves olas que van liberando tensiones, poco a poco, abandonándolas fuera como las olas abandonan en la arena pequeñas algas, conchas o pequeños trocitos de madera.

Observa cómo esta respiración se da rítmica y sin esfuerzo…

Mientras la respiración realiza su tarea, envíala también al fondo de tu atención, y busca en un interior un espacio neutro en el que focalizar, destinado a dejar aparecer la fantasía que te iré proponiendo. Un espacio amplio, adecuado para visualizar, o tener la sensación de que allí están sucediéndose las escenas que te propongo a continuación.

Imagina que según estás aquí, poco a poco, sientes cómo vas elevándote con suavidad del suelo. Te das cuenta de que estás en una especie de alfombra mágica, una especie de plataforma firme y blanda, donde te apoyas con seguridad.

Esta alfombra mágica es muy especial y puede transportarte y viajar en el espacio y el tiempo. Ahora nota cómo sube más y más, y te coloca entre las nubes. Puedes sentarte cómodamente, porque la alfombra es gruesa y mullida, y ver lo que ocurre debajo. Hace una temperatura agradable y la sensación es luminosa y espaciosa.

La alfombra se ha desplazado unos años hacia el pasado, y se ha colocado encima del ambiente en que vivían tus padres antes de que te hubieran concebido.

La alfombra desciende lo suficiente como para que puedas ver con claridad lo que sucede ahí abajo.

Observa la casa en la que viven tus padres, sus entradas y salidas, su vida cotidiana. Si quieres, puedes volverte invisible, descender en ella y espiar, sin que te vean, cómo es su día a día, o simplemente verlo desde lo alto…

Si tienes hermanos mayores, u otras personas que vivan en la casa, observa también la vida de estos, su relación con tus padres o cualquier otro detalle de su convivencia.

Ahora deja que el tiempo se mueva al momento en que tu madre se da cuenta de que está embarazada. Mira cómo es ese proceso, qué parece que siente, cómo y cuándo se lo dice a tu padre y al resto… y la reacción de ellos…

Pero no…

Muévete unas semanas más atrás e imagina que tú nunca hubieses llegado a nacer, ni tan siquiera a ser concebido…

¿Cómo hubiera seguido la vida de tus padres sin ti?

Mírales ahora en lo que fue el período de embarazo y nacimiento, sin ese embarazo. Observa a tu madre sin los signos del mismo… El momento de tu nacimiento con su ausencia en el mundo… y los meses siguientes sin ese bebé que fuiste.

¿Qué les habría faltado? Como en esos dibujos en que se trata de encontrar ocho diferencias, te invito a preguntarte ¿qué sería distinto, para ellos, si tú no hubieras existido?

Toma conciencia de su vida sin ti, dejando que te venga cualquier tipo de imagen o intuición. También puedes observar cómo habría seguido la vida de las otras personas cercanas (hermanos, si has tenido, abuelos…) sin tu infancia entre ellos…, sin que nunca hubieras formado parte de su vida.

¿Qué preocupaciones, alegrías, tristezas, diversión y disgustos no habrían tenido lugar nunca? ¿Qué anécdotas de tu infancia no se habrían contado nunca? ¿Qué abrazos, sonrisas y miradas no habrían tenido lugar?

Quédate unos momentos ahí, permitiendo que venga lo que quiera, sin rechazarlo…

Deja que la alfombra se eleve un poco y se mueva en el tiempo yendo a tu época escolar. Imagina vacío el lugar de las sucesivas clases donde te sentaste. A tu grupo de compañeros y amigos sin ti. ¿Qué les habría faltado? ¿Qué les aportabas que no habrían tenido? ¿Cómo serían sus juegos, aventuras y complicidades infantiles sin ti? Y en tu familia… ¿qué habría faltado si tú no estuvieras allí, creciendo con ellos y entre ellos? Fíjate, como en los hallazgos de las ocho diferencias, en detalles pequeños que nunca hubieran tenido lugar si tú no hubieras existido.

Sigue dejando que la alfombra se mueva a la época de la adolescencia y juventud… rememora esa época especial, con sus sueños, inquietudes, proyectos… ¿qué no se habrían planteado tus amigos y compañeros, tu familia, si tú no hubieras existido nunca? ¿qué habrían dejado de recibir? ¿qué sueño no se habría soñado nunca? ¿qué palabra de apoyo no se hubiera pronunciado? ¿qué escucha no hubiera tenido lugar?.... ¿qué sonrisas no se habrían intercambiado? Quédate unos momentos repasando la diferencia de cómo habría continuado el ambiente en que creciste, las carencias que nunca notarían, pero reales, si tú no hubieras existido y que tu vida hizo posibles…

Deja que todos estos pequeños descubrimientos resuenen en tu interior, respirándolos despacio, anclándolos en tu memoria corporal… Notando lo que tú has aportado a las personas que te rodearon durante tu infancia y juventud…

Sigue más adelante en el tiempo y deja que la alfombra suba arriba y vuele unos años, a tu edad adulta, que abarque un espacio y período amplio, hasta hoy, y mira el conjunto de ese período y lo que allí ocurre si tú no hubieras existido… Puedes bajar la alfombra voladora a ras de tierra, si quieres, para recorrer los distintos ambientes en que te mueves habitualmente…

¿Qué personas tendrían una vida diferente (amigos, pareja, padres…) o no existirían (hijos, si los tienes…) por el hecho de que tú no exististe? ¿Qué cariño no se dio, qué gesto de solidaridad no existió nunca, qué aportación a esclarecer la verdad o a solventar un conflicto no tuvo lugar, porque tú no exististe nunca? ¿Qué belleza dejó de darse o de ser contemplada?

Pregúntate ¿qué personas que son destinatarias de tu trabajo se habrían quedado sin el resultado del mismo si tú no hubieras existido? ¿Qué personas a las que han ido a parar parte de tus impuestos o de tus iniciativas o apoyos sociales habrían tenido una menor calidad de vida, por faltarles mi aportación? ¿Qué crecimiento profesional no se habría dado gracias a mi creatividad en relación con mi trabajo?...

En definitiva ¿qué le habría faltado al mundo, si yo no hubiera existido?

Deja que vayan surgiendo sensaciones, imágenes, pensamientos, sin censurar nada de nada.

Ahora, la alfombra voladora te lleva a un lugar de la naturaleza apartado y tranquilo. Se posa en la tierra. Respiras el olor de este paisaje, notas la luz tamizada, la suavidad de la temperatura y de los sutilísimos sonidos del viento en los elementos del paisaje, el olor…

Dejas que repose todo lo que ha ido surgiendo acerca de lo que hubiera ocurrido si no hubieses existido nunca….

Guarda todo esto sin criticarlo… Puedes volver a revisitarlo siempre que quieras…

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