Читать книгу Los grandes mitos de Occidente - Ana-Grace Avilés Martínez - Страница 26

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Mito número 6


«Globalización, un fenómeno reciente»
Mercantilismo, imperios y colonias

Según la teoría mercantilista para que un Estado prospere debe poder cobrar impuestos; para poder cobrar impuestos y prosperar, un Estado debe estar en la capacidad de enriquecer a sus pobladores. La teoría mercantilista sostiene además que el comercio refuerza las riquezas nacionales, por lo que, enriquecer a los mercaderes supuso, y supone todavía, el enriquecimiento nacional. Aunque sean estas «solamente» teorías, son pensadas, enseñadas y empleadas como certezas.

Se cree que la materia transformada en objetos varios se convierte en riqueza material porque se supone que los objetos son capaces de generar bienestar. ¿Por qué muchas cosas siguen siendo valoradas como «riquezas» si no generan bienestar alguno? Ya veremos esto más adelante, sigamos con el mito que corresponde ahora. A los mercaderes de las épocas coloniales se les recomendaba fundar compañías para que vayan a ocupar y a explotar territorios, estos repatriaban todo lo que podían a las tierras imperiales para ahí, distribuir y vender la materia de los lugares colonizados. Las materias importadas eran transformadas para darles valor comercial y de tal manera poder venderlas a mayores precios en las ciudades de los imperios. Así fue cómo se explotaron tierras y grupos humanos desde épocas coloniales.

La expansión de tipo colonial comenzó en el siglo XVI con la conquista de las Américas, la marcha de los portugueses por el océano Índico hasta la Indonesia actual, etc. Al ser los territorios dominados transformados en dependencias del Gobierno conquistador, la conquista y la posesión de un gran número de tierras, garantizaba muchos beneficios a los conquistadores. Los mercaderes de Occidente, organizados en compañías: portuguesas, holandesas, inglesas, francesas y británicas, recibían derechos y regalías de parte de los Gobiernos reales, esos derechos tomaban forma en los poderes para administrar, en el cobro de impuestos, etc.

La globalización en la época colonial

La globalización, vista como el incremento de la dinámica de los intercambios, ha ido sucediendo desde hace siglos. La globalización está ligada a los antiguos imperios coloniales y a sus conquistas ya que, en su afán expansivo y de dominación, se fueron acrecentando los intercambios comerciales, los cuales conllevaron aumento también, en los intercambios entre culturas.

La esclavitud colonial comenzó en el siglo XV cuando varios países europeos buscaron gente del África negra para llevarles como esclavos al continente americano. Si la globalización supone ser la organización mundial del mercado, el comercio internacional de esclavos fue ya una forma de globalización. El racismo procuró la mano de obra de gente del África que fue a trabajar en el nuevo continente en favor de la economía de Europa. El modelo global ya funcionaba entonces, eso que hoy en día resulta cotidiano, el café, el té, el chocolate, la repostería, el algodón, la porcelana, entre otras tantas cosas, entran en la vida de los europeos en aquel entonces. La industria de las armas fue también internacional porque los comerciantes de esclavos traficaban armas. La circulación de bienes y el mercado, organizado e industrial, creció exponencialmente por las demandas del consumidor de las antiguas ciudades europeas. Los imperios coloniales son la base de lo que se vive ahora porque, desde el poder, impusieron su visión de las cosas, pero principalmente, impusieron su visión sobre las relaciones de intercambio.

A finales del siglo XVIII, principios del XIX, comenzaron las grandes campañas antiesclavistas promulgando la idea de que es mejor «civilizar» —a los pueblos conquistados— que el tráfico de esclavos. La colonización del África, después de haber estado ligada al fenómeno de expansión, se hizo en nombre de la supresión de la esclavitud. Los poderosos de Europa se sentían superiores, más humanos, con un discurso de buenas intenciones dijeron estar en el deber de llevar el bienestar, «su bienestar» a los pueblos colonizados. Hacemos el bien a los otros y ellos nos pagan con sus riquezas, parece haber sido la consigna; las ideas de Descartes dan razón de la ideología de aquellas épocas, pues este filósofo pensaba que el hombre europeo era superior y que, por lo tanto, estaba obligado a convertirse en el amo del mundo, poseer la naturaleza y controlarla. La superioridad del hombre europeo era el resultado de, los llamados, progresos de la ciencia, la posesión de medios técnicos, las fuerzas militares, etc. Mas, se justificó, sobre todo, en la idea de que Europa se sentía en posesión del verdadero mensaje divino. Estas ideas motivaron todas las conquistas que conllevaron enormes injusticias humanas y, por supuesto, ecológicas.

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