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Mito número 8


«El ejemplar modelo de producción industrial»
Sobre una fruta se construyó un imperio

En el mercado de los Estados Unidos a finales del siglo XIX, la banana fue un producto exótico reservado a las élites por su alto costo. Minor Cooper Keith, catalogado en el imaginario norteamericano como visionario y duro hombre de negocios hizo de la banana un producto de consumo popular. Minor Cooper Keith «democratizó» el consumo de la banana a un altísimo costo ecológico, humano, social. Luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, Cooper Keith llegó a Centroamérica para construir vías férreas prometiendo, a las recientemente independizadas naciones de América Central, «desarrollo» basado en monocultura y exportación; Cooper Keith negoció precios y usufructos a su conveniencia, fue fácil confiscar las tierras de todos los pequeños campesinos y de todos los aborígenes porque ninguno tenía títulos de propiedad. La empresa de Cooper Keith utilizó las vías férreas de manera gratuita, pero además impuso la «optimización» de impuestos, en las escuelas de negocios se utiliza la palabra «optimización» para hablar de la exoneración de impuestos.

Al cabo de treinta años, la United Fruit Company nacida en 1899, se convirtió en potencia regional, su ley se impuso en inmensas plantaciones que desde Centroamérica bajaron hasta Colombia. La UFC instaló en sus plantaciones gente miserable traída desde Jamaica para que, sin relaciones locales, no logre agruparse en sindicatos, no reclame sus derechos y se someta sin más a las condiciones esclavistas del trabajo tóxico de las bananeras. Para que la multinacional no vaya a instalarse a otros países, los Gobiernos locales también se sometieron a todo como se han seguido sometiendo hasta nuestros días. Los sueños de progreso y de desarrollo de los gobernantes locales, sumados a la enorme pobreza dejada por siglos de colonialismo permitieron y aún permiten todos los atropellos.

En 1933, cuatro años después de la muerte de Cooper Keith, Samuel Zemurray nacido en Moldavie, tomó el timón de la multinacional, fue llamado el «tsar de la banana». En 1954 con el apoyo del Gobierno de Eisenhower, sacó del poder de Guatemala al socialdemócrata Jacobo Árbenz Guzmán quien había nacionalizado millares de hectáreas de la UFC a través de una reforma agraria. Así fue cómo se desató en la zona una guerra civil que, hasta 1996, habría llevado a la muerte a más de cien mil personas.

Entre 1899 y 1989, la United Fruit Company plantó bananas en América Central dictando sus leyes. La historia del comercio de la banana es la historia modelo de la producción industrial28. Las multinacionales necesitan apropiarse de grandes espacios de tierras fértiles para poder producir en cantidades enormes. La UFC provocó en Panamá, en Costa Rica y en tantos otros lugares de Latinoamérica, la expulsión de aborígenes y de campesinos para apropiarse de sus tierras, instalar sus industrias y producir a granel bajo sus propias reglas sin respeto ni regulación alguna. Los precios de las bananas campesinas se volvieron muy costosos frente a los precios de las bananas producidas industrialmente por la UFC, este desajuste de precios llevó a la ruina a los pequeños productores de banana campesina obligándoles a entregar sus tierras a la gran bananera internacional, de esta manera, la UFC se apropió de las tierras más fértiles de Centroamérica. Uno de los actos que caracterizan el modelo económico que impera hasta nuestros días, es la expropiación de tierras; los campesinos británicos también fueron expropiados de las tierras que cultivaban, de las que vivían y en donde ellos mismos vivían. Las reformas agrarias comenzaron en Gran Bretaña en el siglo XVI y se consolidaron en el siglo XVIII, las tierras campesinas fueron cercadas obligando a los campesinos expropiados y expulsados a trabajar para las fábricas que acababan de nacer. Hoy en día, no ha cambiado nada. Las multinacionales, apoyadas en los Gobiernos, siguen el mismo camino produciendo de manera industrial un solo tipo de cultivo. La monocultura empobrece los suelos y los fertilizantes y pesticidas con químicos sintéticos, aniquilan los suelos, envenenando a todos los que ahí trabajan, envenenando a su vez a todos los que siguen comiendo los productos que ahí se cultivan.

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28 El documental de la historiadora francesa, Mathilde Damoisel, «La Loi de la banane», muestra los orígenes de la United Fruit Company, una de las primeras empresas multinacionales.

Los grandes mitos de Occidente

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