Читать книгу Expresión y comunicación. SSC322_3 - Ana María Gómez Flores - Страница 41
2.1. Clasificación y elementos
ОглавлениеLa clasificación realizada por Norris y Hoffman (1993)[1] distingue los siguientes contextos:
El contexto físico incluye objetos, personas, características del ambiente y el espacio físico que puede ser señalado en el entrenamiento de habilidades pragmáticas, siendo relevantes en la comunicación el contacto y la distancia física que establezcamos con nuestro interlocutor.
El contexto de los eventos se asocia a la comunicación en la medida en que permite establecer proyectos temporales y relaciones de causalidad, adquiriendo importancia, por ejemplo, al estructurar rutinas que ayuden a los niños en la adquisición de habilidades comunicativas. La comprensión de los eventos es central para el aspecto comprensivo del lenguaje.
Norris y Hoffman (1993) también consideran en su clasificación el contexto situacional, que incluiría el contexto físico y de los eventos, recién revisados. Ellos dan relevancia al grado en el cual el aprendizaje y uso del lenguaje está contextualizado a objetos y eventos presentes en la situación.
Dentro del contexto del discurso se pueden distinguir diferentes tipos de enunciados. Incluye todo lo que se ha dicho o se dirá en un discurso. Distinguen, además, el contexto semántico, que puede asociarse al discursivo, para referirse a conceptos o ideas, quedando la interpretación de las palabras al conocimiento personal, científico, cultural, histórico, etc. y la referencia a objetos, eventos o conceptos en forma concreta, abstracta o metalingüística.
Siempre hay un contexto y ciertos elementos del lenguaje que son los que hacen que funcione o no funcione bien. Por lo tanto, el ámbito de las presuposiciones, como se verá en el próximo capítulo, va a depender del contexto social, cultural y, sobre todo, del contexto en el que transcurre el discurso.
Por tanto, es en estos contextos donde se generan las correspondencias lingüísticas y su función comunicativa concreta, así, se puede concluir que el lenguaje surge de la interacción y ejerce su influencia en las actitudes conductuales del ser humano.
El niño se forma y aprende cuando es capaz de establecer los ajustes necesarios que le capacitan para ser funcional o práctico dentro de un determinado sistema comunicativo, interviniendo para tal fin contextos relacionales, psicológicos, culturales y afectivos. La calidad y naturaleza del contexto en el cual ocurren sus interacciones influirá en la adquisición de la conducta lingüística y comunicativa.
Ejemplo
Norris y Hoffman distinguen los siguientes contextos: contexto físico, contexto de los eventos, contexto situacional y contexto del discurso.