Читать книгу La voz sola - Ana María Martínez Sagi - Страница 25

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MATERNAL

¿De dónde llegó este niño?

¿De qué país encantado

me lo has traído, Dios mío,

hasta mi tibio regazo?

¿Me lo das ya para siempre?

¿No será que estoy soñando?

¡Es tanta la maravilla

que me parece un milagro!

Tiene la carne de seda

y la fragancia del nardo.

¡Es tan bonito y tan frágil

que ni me atrevo a tocarlo!

Con dos luceros hicieron

estos ojitos tan claros.

Espejos vivos y azules

que hoy me miráis asombrados:

¡con qué luz tan deslumbrante

iluminaréis mis pasos!

Pies torpes y diminutos,

graciosa boca de raso:

¡qué no haré porque no huya

la sonrisa de tus labios!

La voz sola

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