Читать книгу La voz sola - Ana María Martínez Sagi - Страница 42
ОглавлениеRESIGNACIÓN
Una amargura honda…
Un sueño de algas muertas…
¿Qué arenas recubrieron
la herida que no cierra?
No me digáis el nombre
de mi tortura cierta.
Ese nombre que hincó
sus raíces secretas
y me dejó por siempre
mutilada y sin fuerza.
Perdiéronlo las rutas
por las que huí sin tregua.
Mares me lo anegaron.
Sepultáronlo tierras.
Cenizas apagaron
la lumbre de sus huellas
y un viento solapado
me lo arrancó con pena.
Albergue me habéis dado
y otra voz más ligera
y otros cielos clementes
y otras heridas nuevas.
Pero este nombre claro
que no pronuncio apenas
no lo resucitéis
voces de mis tormentas
peso de mis silencios
sed de mi boca yerta.
Dejádmelo perdido.
—arpón entre la niebla—.
El Tiempo me lo aduerme…
El aire me lo siega…