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Trastorno de la personalidad obsesiva y obsesivo-compulsiva

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La palabra obsesión procede el latín obsidere que significa sitiar, porque la persona que sufre obsesiones se encuentra en estado de sitio. Aun sabiendo positivamente que sus obsesiones son absurdas, no hay modo de liberarse de ellas. Las obsesiones pueden ser menores, por ejemplo, no poder evitar darle mil vueltas a las consabidas preguntas al salir de casa: “¿He cerrado bien los grifos? ¿No me habré dejado el gas abierto? ¿Llevo las llaves?”; pero también pueden adquirir proporciones importantes que impidan el desarrollo de la vida normal, por ejemplo, la muerte, una enfermedad, una catástrofe.

Anteriormente, la obsesión se denominó la folie du doute, la duda enloquecedora, que a veces se presenta acompañada de ideas absurdas pero imposibles de eludir, llamadas ideas de contraste. Por ejemplo, en un funeral, puede aparecer la idea absurda de cantar o reír en voz alta. La persona que sufre ese trastorno, sabe de sobra que no va a ponerse a cantar ni a reír, pero la idea no remite y produce una gran dosis de angustia.

En otros casos, la obsesión se presenta para evitar una decisión que supone una carga de angustia. Se presenta con mucha frecuencia en casos de ruptura amorosa. Uno de los miembros de la pareja se da cuenta de que el otro no le quiere o de que su amor es causa de disgustos, polémicas y malestares. Incluso de que le somete a un trato degradante y le hace sufrir continuamente. Entonces determina romper la relación. Pero, en el mismo instante en que llega a esa determinación, la carga de angustia se hace insostenible. Sólo pensar en vivir sin su pareja le parece insufrible y, sin embargo, tiene que romper.

En ese momento acude la duda obsesiva como un mecanismo de defensa a eliminar la angustia y plantea la posibilidad de desdecirse. ¿Por qué ahora? ¿No podría darle otra oportunidad? Tal vez, si hablásemos, podríamos llegar a un acuerdo. Con ello, la persona da marcha atrás en su decisión y la relación continúa como estaba, porque ni el acuerdo funciona ni la oportunidad sirve para nada. Cada vez que se plantea la ruptura, la duda obsesiva le presenta otro planteamiento, incluso la posibilidad de que la culpa sea suya y no de la pareja, lo que incluye la búsqueda obsesiva del acto culpable. ¿Qué hice para que las cosas se deteriorasen? Y así, vuelta a lo mismo, sin que la persona sea capaz de romper el círculo vicioso de la obsesión.

La compulsión, que muchas veces acompaña a la obsesión, impele a realizar rituales que, aunque ilógicos y absurdos, no puede evitar llevar a cabo. Muchas personas sufren esto a pequeña escala, caminando por una calle sin poder evitar el no pisar las líneas que separan las baldosas del suelo. Otras personas no pueden evitar mirar debajo de su cama antes de acostarse. En ambos casos, saben positivamente que nada sucede por pisar la raya y que nada va a encontrar debajo de la cama. Pero no pueden evitar la compulsión.

Pero la compulsión puede llegar a tales extremos que impida a la persona vivir una vida normal. A veces se observa en personas que no toleran el menor indicio de polvo o suciedad, que vigilan atentamente la aparición de cualquier mancha, que obligan a las visitas a ponerse bayetas bajo los zapatos para no manchar el parquet, que mantienen la casa como un museo. La persona que sufre así, no puede presenciar la menor trasgresión sin sufrir una crisis y eso le impide invitar a sus amigos a disfrutar de su casa, porque está pendiente de sus movimientos por temor a que ensucien o arruguen algo.

Ayuda

La revista Psicología Online ofrece consejos muy prácticos para ayudar a las personas que sufren obsesión. Recomiendan contarlo a alguien, ponerlo por escrito, ponerse en movimiento, analizar el caso y, si es necesario, reparar el daño causado.

Este y otros artículos interesantes se pueden localizar fácilmente de la manera siguiente:

1 Ve a www.psicologiaonline.com.

2 Haz clic o toca la lupa que aparece en la parte superior derecha de la página.Escribe las palabras clave de la ayuda que necesitas: como dejar de pensar en algo que te atormenta.Encontrarás otros títulos como Cómo superar la obsesión por la limpieza.

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Caso

Juan José era un amigo encantador, afable y riente con todo el mundo. Pero la convivencia con él era sumamente difícil. No toleraba el menor desorden en su casa. Se pasaba las tardes ordenando y recogiendo todo cuando encontraba. Un cuadro torcido o un objeto fuera de su sitio podía ser causa de una discusión. Cuando sus amigos le visitaban, les mostraba con orgullo una vitrina del comedor de su casa, en la que guardaba perfectamente alineados los platillos y tazas de té y café, las copas y otros utensilios. Todo estaba en su lugar, totalmente limpio y brillante.

En el trabajo, su secretaria padecía cada vez que tenía que presentarle un escrito a la firma. Aunque la redacción fuese correcta y el formato fuera perfecto, Juan José investigaba exhaustivamente el papel hasta localizar algo nimio, invisible para cualquier otra persona, que podía ser una coma fuera de su sitio, una mancha minúscula en el papel o un cambio de intensidad en la tinta. Diríase que casi mostraba satisfacción al encontrar el desperfecto. La secretaria tenía que rehacer el escrito rezando para que el siguiente saliese perfecto.

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La personalidad obsesiva u obsesivo-compulsiva tiene las siguientes características:

 Son ordenados, meticulosos y perfeccionistas.

 Suelen ser inseguros, lo que les conduce a la continua repetición y comprobación de acciones para paliar su ansiedad.

 Son rígidos. Se aferran a convencionalismos sociales y cualquier trasgresión les molesta. Son exigentes y críticos.

 Son pesimistas. Necesitan tenerlo todo previsto por si algo sale mal.

 Necesitan controlarlo todo, investigan y buscan minuciosamente.

 Las responsabilidades les producen malestar. Pero, en el trabajo, son minuciosos y perfeccionistas.

La trastienda de la mente

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