Читать книгу La trastienda de la mente - Ana Martos - Страница 32

En su artículo El dolor como amenaza al yo social, Karos K. Williams afirma que el dolor es una amenaza para el yo, porque lo aleja de sus necesidades básicas de autonomía, de pertenencia y de justicia4. El dolor es, según este autor, la conciencia de un estado de necesidad que no se limita al que lo percibe, sino que se transmite a los demás y eso pone al doliente en manos de otros, ya que no es capaz de controlar su dolor por sí mismo y precisa de profesionales, de amigos o de familiares.

De esa falta de control se deriva una sensación de impotencia, a la que muchas veces se añade la humillación cuando los demás no comprenden el dolor sentido o, al no encontrar razones físicas o aparentes, subestiman ese sufrimiento o creen que el doliente lo inventa. Esto se acrecienta hasta el grado más elevado cuando el dolor procede de un caso de abuso o de acoso, ya sea físico o psicológico. No faltan en los noticiarios ejemplos de casos de este tipo capaces de igualar las culturas del tercer mundo y del primero.