Читать книгу La trastienda de la mente - Ana Martos - Страница 30

Es difícil relacionarse con una personalidad paranoide, porque su desconfianza les hace casi impermeables a las recomendaciones terapéuticas, ya que se niegan a tomar conciencia de sus problemas. Su postura permanentemente a la defensiva impide acercarse a ellos y aplicarles un tratamiento psicológico, pero sí es posible aplicar una terapia médica, porque ciertos medicamentos reducen la ansiedad y la agresividad e incluso la ideación paranoide.

Desde luego que no hay que interpretar sus actos o palabras para no despertar su suspicacia y sus defensas, como sucedió con Agustín. Es mejor recurrir a su sentido práctico, ya que suelen tenerlo, para centrar el trato en aspectos tangibles. Si el estudiante de psicología hubiera sabido lo que es una personalidad paranoide, en lugar de dar explicaciones y mencionar fallos y conflictos, le hubiera hablado de resultados positivos de inteligencia, habilidades manuales, etc. para después, con mucho tiento, tocar el conflicto más leve en forma de pregunta o de supuesto.

Los trastornos paranoides tienen mucho que ver con la inseguridad. Una persona que se siente segura de sus principios no tiene problemas para discutirlos con otros. La persona que no puede discutir sus principios es porque no los tiene tan claros o porque no se siente lo suficientemente segura de ellos y de sí misma como para someterlos a debate.

Por eso, uno de los puntales de la psicoterapia para tratar los trastornos paranoides se centra en enseñar al sujeto a mejorar su comportamiento ante las situaciones que le producen malestar, fomentando su asertividad y sus habilidades sociales. Eso le confiere una sensación de control que aumenta su seguridad.