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UN MAPA CORPORAL DE LAS EMOCIONES

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Volviendo a la relación entre el universo de las emociones y el cuerpo, resulta muy interesante la investigación dirigida por el Departamento de Ingeniería Biomédica y Ciencia Computacional y la Unidad de Investigación del Cerebro de la Universidad Aalto, en Finlandia.4

La investigación se tituló Bodily Maps of Emotions, y a lo largo de cinco experimentos diferentes, de Europa occidental, a Asia oriental, investigaron las emociones estableciendo una topografía corporal a partir de la activación fisiológica causada por emociones específicas.

Los resultados fueron concordantes tanto en los sujetos occidentales como en los orientales, por lo que una de las conclusiones de la investigación fue que las emociones son culturalmente universales, tal como ya había sugerido Ekman.

Según los investigadores del estudio:

Aunque a menudo somos conscientes de nuestro estado emocional, como la ira o la felicidad, los mecanismos que generan estas sensaciones subjetivas aún están por conocer. En la investigación usamos una herramienta topográfica para revelar los distintos estados emocionales asociados a sensaciones corporales culturalmente universales […] Monitorear la topografía de las sensaciones corporales provocadas por cada emoción ofrece una herramienta única para la investigación de las emociones, e incluso podría proporcionar un biomarcador para los trastornos emocionales.5

Como ya hemos visto desde el inicio de este capítulo, el cuerpo participa plenamente en la experiencia emocional. Es por esto por lo que las emociones se relacionan con los cambios que tienen lugar en nuestro sistema nervioso, en el esqueleto-muscular y en el neuroendocrino. Sin embargo, hasta este estudio no disponíamos de una topografía corporal que pudiera plasmar las sensaciones físicas que acompañan las emociones.

Este mapa nos permite representar gráficamente nuestras emociones, diferenciando entre los sentimientos de ira, alegría, miedo, enfado, etc., lo cual le convierte en una herramienta extremadamente útil para nuestra inteligencia emocional.

Hay personas, como yo misma, con quienes es imposible hablar de cosas importantes cuando tienen hambre. En Hungría existe un dicho que reza: «No se puede cantar el himno con la barriga vacía».

Otras personas están «a la que salta» o rompen a llorar por cualquier cosa, cuando en realidad están cansadas y solo necesitan poder hacer una pausa. Comprender las señales del cuerpo, así como nuestras necesidades específicas, que acostumbran a ser muy distintas de una persona a otra, nos permitirá vivir de forma más armónica con nosotros mismo y también con los demás.

En el siguiente mapa percibiremos claramente que el cuerpo y las emociones son las dos caras de la misma moneda: cuando se produce una emoción, una parte de nuestro mapa corporal queda activada, y viceversa. Cuando algo ocurre en una parte concreta de nuestro cuerpo, se desata la emoción correspondiente.

Emociones y cuerpo forman una única integridad somatosensorial: esta refleja todo lo que nos va sucediendo a lo largo de nuestra vida y, como dice Bessel van der Kolk, el cuerpo es el que nos lleva la cuenta.


Los voluntarios del estudio dibujaron los mapas de las ubicaciones corporales donde sienten emociones básicas (fila superior), y otras más complejas (fila inferior). Los colores cálidos muestran las regiones que notaron que eran estimuladas durante la emoción. Los colores fríos indican áreas desactivadas. Ver la imagen original en el siguiente enlace: https://escuchavital.com/bodily-map-of-emotions/.

Para familiarizarnos con las sensaciones del cuerpo, podemos centrarnos en las siguientes señales:

 Sensación de temperatura (escala que va de la sensación de congelamiento hasta la de arder).

 Ubicación (en qué parte del cuerpo lo siento más presente).

 Textura (más denso, menos denso, ligero, pesado, liberado, etc.).

 Color (es posible que lo relacionemos con un determinado tono en nuestra mente).

 Intensidad de la sensación (fuerte, media, débil).

 Relación con otras partes del cuerpo (conectado o separado).

A partir del mapa de las emociones del experimento, he desarrollado la siguiente tabla, aunque te invito a que descubras si tus sensaciones son distintas.

Ira Ardor en el cuerpo, más intenso en la cabeza y en los puños, pero también se ubica en el pecho, en los brazos, cuello y hombros. Podemos experimentarlo como un volcán a punto de entrar en erupción. Sentimos correr la sangre caliente por las venas.
Miedo Sensación de encogimiento, de volvernos pequeños e invisibles, localizada en el pecho, y más concretamente en el corazón. Tanto puede sentirse frío como calor, con la mente activada, y un ligero temblor en el intestino. Sensación de peso, de densidad y falta del aire. Pérdida del apetito, barriga irritada.
Disgusto Notamos rechazo en el intestino y un nudo en la garganta, además de una sensación calurosa en el cuello, mientras las manos se activan para protegerse. Rigidez, necesidad de bloquear lo que nos disgusta.
Alegría Es una sensación en la que participa todo el cuerpo. Sin embargo, irradia desde unos centros en concreto: el pecho y la cabeza. Una corriente cálida conecta todas las partes del cuerpo, a la vez que sentimos luminosidad y ligereza.
Tristeza Sentimiento de densidad en el pecho, oscuridad fluida. Es una emoción localizada en la cabeza y en el pecho. A veces podemos notar las extremidades frías o desconectadas, y mucho peso en el cuerpo entero.
Sorpresa Se siente en el pecho y en la cabeza un calor que se activa de golpe, parpadeando y sin la presencia de otras partes del cuerpo. Necesidad de contacto, de tocar, de utilizar las manos.
Neutralidad Temperatura tibia, sensación de presencia corporal en la totalidad del cuerpo. Respiración sin prisa, estado «blanco» y desapegado. No se siente nada en particular.
Ansiedad Pecho y barriga muy presentes. El vientre se encoge, mientras sentimos calor en el pecho. Respiración agitada. Sensación de mareo a causa de la tensión y las preocupaciones. Sensación de desconexión de las manos, brazos, piernas y pies, sin centro ni estabilidad.
Amor Luminosidad y calor en todo el cuerpo, con centros localizados en el pecho y la barriga. Hormigueo en el vientre. Manos y brazos muy presentes, con sensación de calidez. Rostro también cálido y mirada luminosa. Sensación de apertura, de seguridad, de estabilidad.
Depresión Sensación de frío y de desconexión en los brazos, manos, piernas y pies. Cabeza y mente activas, mientras sentimos una densa oscuridad y un peso en el pecho. Sensación de falta de aire.
Desprecio Cabeza muy activada y caliente, mientras en la parte baja del vientre sentimos frío, casi congelación. Puños y manos activos. Superficie de la piel muy presente, con las mandíbulas activas y apretadas. Sensación de rigidez.
Orgullo Sensación de calor en el pecho y en la cabeza, sin mucha presencia de otras partes del cuerpo. Brazos calientes, manos listas para tocar. Ligereza y estabilidad.
Vergüenza Ojos ardiendo. Pecho, cabeza y barriga calientes. Necesidad corporal de esconderse, de protegerse. Desconexión y sensación de frío o frescor en otras partes del cuerpo, sobre todo en los pies. Sensación de inmovilidad y densidad, pesadez en el cuerpo.
Envidia Localizada en el centro del pecho y en la cabeza, a veces con sensación de acidez. Pérdida de conexión con el cuerpo. Falta de presencia, de estabilidad. Inmovilidad.
Reconecta con tu cuerpo

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