Читать книгу Todo sucedió en Roma - Anne Aband - Страница 17

Оглавление

11

—¡Maledetto! ¡bastardo! —Renata tenía la cara enrojecida.

—No pasa nada. Yo… En fin, las relaciones a distancia… nos habíamos dado un tiempo…

—¿Aún lo excusas? Niña, no seas tonta. Es un cabrón y te la ha jugado.

—Renata, necesito calma. No quiero enfadarme.

—Pero ¡debes Debes enfadarte y gritar y patalear. No puedes decir que no ha pasado nada y llorar un ratito. Él te ha traicionado y lo mejor que podías hacer es irte esta noche con un tío y darte una buena alegría.

—No. No quiero liarme con cualquier tío que aparezca en mi vida. Yo no soy así. Me recuperaré y en el momento adecuado aparecerá alguien. Además, aún no he hablado con él.

Las chicas cruzaban un paso de cebra charlando animadamente. Francesco imaginó que Renata iría a buscar a la morena. Aún no se creía que hubiera aceptado ir a la cena. No le diría nada a la signora porque seguramente le retiraría del caso. Y la verdad, no quería eso para nada. Entro en una floristería cercana y compró un centro de flores para las anfitrionas. Había observado que a Alicia le encantaban las flores, pues en el parque se pasaba largos ratos observándolas, haciéndoles fotos con el móvil, mientras que sus perretes jugaban en el césped. Quizá cuando acabase el trabajo podría volver, «por casualidad», instalarse en el barrio y a lo mejor comenzar una relación con ella. O al menos conocerla mejor, sin el problema de incompatibilidad con su profesión.

—¡Qué dices? —Renata paró en seco y tomó de los hombros a Alicia sacudiéndola menos ligeramente de lo que debía.

—Yo…

—No se merece que le dediques un solo pensamiento, ni un minuto, ni un segundo… ¡niente! ¡nada!

Alicia miró a los ojos de su amiga que se había agachado ligeramente hasta ponerse frente a ella. Sus pálidos ojos azules destelleaban furia contenida. Nunca la había visto así.

—Tienes razón, Renny —Alicia acarició el rostro de su amiga para calmarla—. Lo olvidaré. No se lo merece.

La italiana tomó de la mano a la joven morena que le correspondió con un abrazo sincero. Algunas fotos fueron tomadas en ese momento, quizá podrían ser aprovechadas en algún momento.

Todo sucedió en Roma

Подняться наверх