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Introducción

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Escribimos en tiempos de pandemia, el llamado Covid-19 ha obligado a la población mundial a aislarse y, paradójicamente, a repensar sus vínculos con el otro. Cosa curiosa, si creemos estar ante una sociedad hipertecnológica, que concibe un cambio profundo en la forma en que convive y trata con las cosas a través de una especie de “realidad virtual”, que supone la ausencia de las dimensiones física y biológica de los seres. Un ser humano perpetuamente abstraído, un homo absortus que concentra su atención, su actividad y su pensamiento en lo que ocurre en una pequeña pantalla, aislándose de lo que lo rodea encerrado en su propia burbuja, ahora añorando, reclamando y revalorizando el contacto físico.

Este comentario es reflexivo. Tal vez esta especie de plaga bíblica que hoy asola al planeta, signifique para la sociedad en que vivimos un recordatorio de que el verdadero mundo es el natural, un mundo que tiene sus ciclos, su viento, su agua, sus aromas… Ese mundo que nos espera afuera y merece ser vivido.

La emisión de un sello postal siempre obedece a un motivo: conmemora un episodio en particular y lo fija en el tiempo. Desde una perspectiva simple, un sello postal es un pequeño trozo de papel impreso con un valor por el servicio de correo de un destino a otro. Pero no es sólo eso. Para el coleccionista, los sellos postales son un universo de relojes detenidos en un tiempo preciso, cada uno contiene una historia. La filatelia es una guía que conduce a los libros y en ellos se aprende a mirar intelectualmente la historia, la sociedad, el mundo… la vida. A educarse con lucidez, a reconocer los valores, las luces y las sombras de los pueblos y de los hombres en el devenir de su historia.

Los temas abordados en el trabajo, como en toda selección son arbitrarios, sin embargo, nos hemos preocupado de incluir entre ellos a aquellos que permitieran transmitir aspectos quizá poco conocidos, o tal vez olvidados. Hemos considerado que la forma más práctica de presentarlos era por orden alfabético; el uso de la cronología o la temática para agruparlos hubiera sido engorroso. Hemos tratado de plasmar en los escritos una mirada ecuánime, despojada de chauvinismo y demagogia. El lector sabrá perdonarnos si no lo hemos logrado, al fin la forma en que se percibe la realidad está determinada por la historia de cada uno y su modo de ver la vida.

Ojalá es una interjección que denota el deseo de realización de algo. La expresión proviene del árabe “in sha’a Allah” que significa “si Dios quiere”. Tenemos la esperanza de que cuando pase esta pandemia podamos construir un mundo “algo” mejor. Y también el deseo de que algunas de estas líneas hayan sido del agrado del lector. ¡Ojalá así sea!

El sello y la pluma

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